El que fuera fiscal de la Audiencia Nacional durante 26 años y del Tribunal Supremo ha muerto este domingo en Madrid a los 73 años como consecuencia de una insuficiencia respiratoria, según ha informado a Libertad Digital su entorno familiar.
La Fiscalía General ha enviado un comunicado donde lamenta la pérdida de Eduardo Fungairiño y traslada "su pésame a la familia, amigos y compañeros". La capilla ardiente se instalará este domingo a partir de las 18:30 en el Cementerio de La Paz en Tres Cantos.
Como fiscal de la Audiencia Nacional se convirtió en el mayor enemigo de la banda terrorista ETA y en un símbolo de la lucha contra el terrorismo. Investigó numerosas causas, como los casos de Henri Parot, José Javier Arizcuren Ruíz, Kantauri, Francisco Múgica Garmendia, Pakito; Santiago Arróspide, Santi Potros, Ignacio Etxebarria, Mortadelo, o contra Idoia Lopez Riaño, alias Tigresa.
Por esta lucha contra el terrorismo, en 1990 fue objeto de un atentado con paquete bomba enviado por ETA. La policía lo desactivó antes de que le estallara en las manos.
Fue destituido como fiscal jefe por Cándido Conde Pumpido en 2006, en plena negociación del Gobierno de Zapatero con ETA y como exigencia de la banda terrorista, lo que generó una enorme indignación en las victimas y buena parte de la sociedad española.
Tal y como escribía Federico Jiménez Losantos en 2006, la destitución del fiscal Jefe de la Audiencia Nacional Eduardo Fungairiño, por ser un obstáculo en los planes del Gobierno con respecto a la ETA, conseguía un efecto insólito en la opinión pública: miles de personas convocadas por la AVT le rendían homenaje en el monumento a la Constitución, en plena Castellana, mientras en Libertad Digital se recogían miles de testimonios en su apoyo.
Licenciado en Derecho, en noviembre de 1972 ingresó en la Escuela Judicial y en 1980 fue nombrado fiscal en la Audiencia Nacional, donde ocho años después tomó posesión del cargo de teniente fiscal. Fungairiño también se ocupó de casos de narcotráfico y delitos económicos, así como peticiones de extradición y de colaboración judicial o comisiones rogatorias en el extranjero. También ejerció como fiscal en el macro juicio por el envenenamiento masivo con aceite de colza desnaturalizado, en el que intervino durante los nueve años que duró su instrucción.
Tras su salida de la Audiencia, Fungairiño fue adscrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
El 7 de enero de 1984 fue condecorado con la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort, y está en posesión asimismo de la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort, por una Orden de 7 de Enero de 1988.