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Pedro Sánchez fracasa en su investidura y rompe relaciones con Pablo Iglesias ante un probable 10-N

124 votos a favor de PSOE y PRC, 155 votos en contra y 67 abstenciones de la alianza Frankenstein. La candidatura de Sánchez decae.

124 votos a favor de PSOE y PRC, 155 votos en contra y 67 abstenciones de la alianza Frankenstein. La candidatura de Sánchez decae.
Pedro Sánchez e Iván Redondo saliendo del Congreso. | EFE

Tensaron tanto la cuerda que se rompió. Tras una semana frenética de desconfianza mutua, negociaciones escasas y muchas apariencias, se cayó el telón de teatro. Pedro Sánchez fracasó en su segundo intento de investidura y en su segunda votación. Pasadas las 15:30 horas de este jueves, el panel de votaciones apareció rojo con los 155 votos en contra de PP, Ciudadanos, VOX, JXCat, CC y Navarra Suma; los 124 a favor de PSOE y Partido Regionalista de Cantabria; y las 67 abstenciones de sus e aliados Frankenstein: Podemos, ERC, PNV, Compomís y Bildu.

Una votación fallida que llegó tras un debate de reproches que bien podría ser el inicio de la campaña electoral que parece atisbarse en el horizonte. Y así se construyó el discurso del excandidato Pedro Sánchez. Pensando en un posible 10 de noviembre, Sánchez armó un discurso por y para Pablo Iglesias... para desmontarle.

"Gobernar es pisar tierra firme, encarar la realidad. La izquierda útil es la que cambia las cosas. ¿De qué sirve una izquierda que pierde incluso cuando gana?", disparó Pedro Sánchez dirigiendo su mirada y su discurso directamente a Pablo Iglesias: "¿Qué va a hacer, señor iglesias? ¿Va a unir su voto a las derechas y a la ultraderecha para votar en contra del PSOE? ¿Va a volver a hacerlo por segunda vez?".

Con un discurso duro y efectista, Sánchez ha comenzado preguntando también a Iglesias si le parecía una "humillación ofrecerle una vicepresidencia social o el ministerio de Sanidad o de Igualdad". Ovacionado en varias ocasiones por su bancada, el presidente en funciones ha negado que lo sea y ha calificado la última oferta realizada este miércoles como "sensata y razonable" aunque "no fuera lo que usted deseara" porque "no se puede poner Hacienda en manos de alguien que no ha gestionado nunca", que "no tiene experiencia de gestión".

El presidente lamentó que no se haya llegado a un acuerdo: "Entre fuerzas de izquierdas, tendría que haber estado claro desde el primer momento . Se desvanece una oportunidad histórica...". Interrumpido por los aplausos de una bancada socialista en pie, ha puesto el broche: "Me dijo que no sería presidente del Gobierno sin su apoyo. Y yo le digo que si para ser presidente tengo que renunciar a mis principios no lo seré".

Sánchez también reprochó a Iglesias que haga una última oferta en "tiempo de descuento" sin saber que todavía quedaba una más. Minutos después, el líder de Podemos desvelaba un mensaje de "alguien muy relevante del PSOE, con autoridad moral" que le ha instado a pedir las "competencias en políticas activas de empleo". Con tono abatido y desoyendo las críticas previas de las ministras Calvo y Montero por considerar que Podemos está en "una subasta", Iglesias solemnizó sus rebajas: "Renunciamos a Trabajo si ustedes nos ceden competencias para dirigir las políticas activas de empleo en este país". La ministra del ramo, Magdalena Valerio, negaba con la cabeza desde su escaño verbalizando lo que repitió posteriormente la portavoz socialista, Adriana Lastra: "Las políticas activas de empleo están transferidas a las Comunidades Autónomas".

Casado y su "elefante morado"

"Ha perdido la confianza hasta de sus socios de moción de censura", destacaban desde el Partido Popular nada más producirse la votación fallida de investidura de Pedro Sánchez. Minutos antes, Pablo Casado subía a la tribuna para destacar que había sido "la historia de un gran fracaso y una de las páginas más lamentables de la historia democrática". "Y cuando despertó Pedro Sánchez, el elefante morado con lazo amarillo todavía estaba allí", añadía recordando su discurso del lunes.

El presidente popular acusaba tanto a Podemos como a los socialistas de haber protagonizado un "espectáculo bochornoso" por su negociación con los morados. "Para este viaje no hacían falta alforjas", ha sentenciado el líder del PP que este jueves subía a la tribuna con papeles y un discurso escrito, algo poco habitual en él.

Fuentes del Partido Popular destacan que "en cinco minutos, Casado ha desmontado la investidura vacía de Sánchez y su política de pactos, y ha dejado clara su lealtad institucional, tendiendo la mano para Pactos de Estado".

"La banda de Sánchez"

Por su parte, desde Ciudadanos, Albert Rivera ha cargado contra Pedro Sánchez por tratar a España como "un botín para repartirse". "¡Cómo puede ser que no se hayan puesto de acuerdo por un ministerio, qué triste!", ha exclamado el líder naranja desde la tribuna. Rivera ha insistido en la misma estrategia que el pasado lunes en su discurso: referirse a "los socios" del PSOE "como la banda de Sánchez".

"El plan Sánchez era esto, llegar al final y repartirse el botín, pero no se han puesto de acuerdo en cómo hacerlo", ha zanjado el presidente de Cs. Críticas a las que se ha sumado también su número dos, Inés Arrimadas, que ya en el patio del Congreso ha calificado lo que se ha vivido este jueves como "un espectáculo lamentable" y "vergonzoso".

Vox pide elecciones

El presidente de Vox, Santiago Abascal, pedía a la salida del Pleno nuevas elecciones generales. "Lo mejor es que vayamos a elecciones y que los españoles vuelvan a elegir", reclamaba advirtiendo que sería "malo para España" que acabe gobernando un "Frente Popular". Durante su discurso, Abascal se dirigía sólo a los socios de Pedro Sánchez después de que el presidente en funciones rechazara siquiera mirarle en su respuesta durante el Pleno de la primera votación.

Algo de lo que, según fuentes del partido, el líder de Vox "tomó buena nota". De ahí que optara esta vez por no hablar al candidato socialista. "Señor Iglesias, no apoyaremos nunca a un Gobierno con ministros chavistas que lleva a España a la destrucción de las libertades a manos del neocomunismo que representan", aseguraba mirando al líder de Podemos. A Gabriel Rufían le trasladaba que "no apoyarían un Gobierno que haya obtenido el salvoconducto del golpismo" de su partido, a lo que añadía, en referencia al PNV y Bildu, que "nunca apoyarían un Gobierno deseado por el separatismo y el terrorismo".

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