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Sánchez desespera a Podemos con su parsimonia: es "una tomadura de pelo"

El presidente deja para septiembre la negociación, que ahora incluye a más actores. En Podemos esperan un "plato de lentejas" cocinado por Redondo.

Tras una nueva ronda de reuniones con "actores sociales", Pedro Sánchez dejó claro este viernes que no tiene prisa: aplazó a "finales de agosto o principios de septiembre" la presentación de su "proyecto", es decir, de su programa enriquecido con las propuestas recibidas estos días, a sus posibles socios, entre los que incluyó a Podemos pero también a los nacionalistas catalanes. También reiteró su petición a PP y Ciudadanos, que ya ha dicho que no se reunirá con Sánchez, de que se abstengan.

En Podemos, esta nueva dilatación de los plazos tras la investidura fallida y después de que Sánchez hablara de "desconfianza" mutua con Iglesias ha sido interpretada como una "tomadura de pelo". Así lo ha definido el secretario de Comunicación de la formación, Juanma del Olmo, que ve en las palabras de Sánchez una maniobra dilatoria con la que piensa pasarse "todo agosto burlando la negociación".

En términos similares se ha pronunciado Gloria Elizo, vicepresidenta del Congreso, que echa de menos una negociación seria "más allá de palabras vacías y discursos de distracción". "Este país merece un Gobierno sólido y estable", ha escrito en otro mensaje en Twitter.

Por su parte, el diputado Pedro Honrubia ha apuntado que Pedro Sánchez y su jefe de gabinete, Iván Redondo, están "cocinando a fuego lento el plato de lentejas que ofrecerán en septiembre a Unidas Podemos y otros "socios" potenciales para justificar una repetición electoral que ya tienen decidida y culpar de ello a todos los demás".

En estos días de sucesivas reuniones de Sánchez con distintos colectivos, Pablo Echenique ya había lamentado la estrategia del presidente y las declaraciones de Carmen Calvo. El cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, ha pedido a Iglesias que deje de "insultar" a la formación morada y sus votantes.

Los tiempos de Sánchez para presionar a Podemos

De la comparecencia de Sánchez y las posteriores declaraciones de Isabel Celaá se deduce que los contactos anunciados serán con las fuerzas "susceptibles" de apoyar una investidura: Unidas Podemos, el PNV, los separatistas catalanes y el PRC, aunque este último partido ya le ha otorgado su voto afirmativo. No obstante, no se han concretado aún el orden ni la fecha en la que se producirán las reuniones. Sólo había ya fecha para una reunión con el PNV, el próximo 19 de agosto.

Tampoco se ha concretado si será Sánchez quien se reunirá con todas ellas o delegará en alguno de los responsables socialistas, como la vicesecretaria general Adriana Lastra, quien fue la encargada de los contactos con los partidos no mayoritarios en la anterior ronda, entre ellos ERC.

El plazo límite para que Sánchez sea investido es el 23 de septiembre, día en que se disolverán las Cortes de forma automática si no hay acuerdo. El pleno de investidura fallido puso en marcha la cuenta atrás para la próxima convocatoria electoral, que se deberían celebrar el próximo 10 de noviembre si no hay investidura.

El presidente en funciones ha decidido dejar para última hora las negociaciones, que se celebrarán casi al final del plazo de dos meses que marca la ley. Entre finales de agosto y principios de septiembre, Sánchez tendrá que obtener los apoyos suficientes, el Rey tendrá que convocar de nuevo a los partidos y se celebrará un nuevo pleno de investidura en caso de que el candidato tenga alguna posibilidad de convertirse en presidente.

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