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Ciudadanos, abierto a estudiar la alianza con el PP en el País Vasco y el Senado

Los de Rivera insisten en rechazar una alianza global bajo la marca España Suma, pero creen posible explorarla allí "donde realmente sume".

Los de Rivera insisten en rechazar una alianza global bajo la marca España Suma, pero creen posible explorarla allí "donde realmente sume".
Albert Rivera preside una reunión de la Ejecutiva de Ciudadanos. | EFE

Albert Rivera, quien ya se encuentra en Madrid para retomar su actividad política tras sus vacaciones, tiene claro su rechazo a una alianza global con el PP como la que plantea Pablo Casado bajo la marca España Suma, registrada este verano por los populares con sus correspondientes equivalentes en cada comunidad autónoma. Así lo han reiterado los portavoces de Ciudadanos cada vez que han tenido ocasión, la última vez Inés Arrimadas este mismo martes.

Sin embargo, fuentes de la dirección naranja, que celebrará en los próximos días su primera reunión después del verano, confirman que sí estarían abiertos a explorar esa posibilidad en el País Vasco e, incluso, en el Senado. Se trata, en palabras muy gráficas de un peso pesado de la cúpula riverista, de estudiar la propuesta allí donde "realmente España sume", evitando caer en el juego, argumenta, de un Casado que les ve como un competidor fuerte y que teme el sorpasso, que estuvo muy cerca de producirse en las elecciones generales del 28 de abril.

Entonces Ciudadanos se quedó a apenas 200.000 votos del PP y le superó en cinco comunidades autónomas, incluida Madrid, donde Rivera le dobló el pulso a Casado. Además, en el cuartel general naranja presumen de estar ya por encima de los populares en todos los tramos de edad salvo el de los más mayores, que siguen sustentando, explican, la hegemonía en el centro derecha del PP.

Pero todo eso no impide que se abran negociaciones para las listas al Congreso en el País Vasco, sin perder de vista las autonómicas vascas del año que viene. En ese territorio, Ciudadanos no ha logrado implantarse, tras fracasar en los comicios regionales de hace tres años, y lo que es más importante, el centroderecha español se quedó sin un solo representante en las tres provincias en las generales, perdiendo el PP los dos escaños por Álava y Vizcaya obtenidos en 2016.

En la primera de las circunscripciones, los populares perdieron el escaño por el que pugnaba Javier Maroto en favor de Bildu por apenas 300 votos, mientras que Ciudadanos obtuvo poco más de 7.000 votos y Vox algo más de 5.500.

El precedente de Navarra Suma

La concurrencia conjunta de PP y Ciudadanos no sería una novedad absoluta, pues bajo las siglas Navarra Suma concurrieron conjuntamente tanto a las generales de abril en esa comunidad como en las forales y municipales de mayo. Si bien es verdad, y así lo subrayan desde la cúpula naranja en privado, que entonces había una tercera fuerza, Unión del Pueblo Navarro (UPN) que ejercía de "catalizador".

Un escaño en Álava (no sería imposible alcanzar el de Vizcaya, pero se antoja más difícil) podría parecer poco, pero dadas las mayorías que últimamente ha dibujado un Congreso de los Diputados cada vez más atomizado, quién sabe si sería clave para decantar la balanza en una investidura.

En el caso del Senado, Rivera ya rechazó la oferta de Casado para abril, aunque para entonces proliferó la conocida como fórmula 1 + 1 + 1, una recomendación a los votantes del centroderecha para combatir la mayoría del PSOE en la Cámara Alta que finalmente terminó siendo una realidad tras el recuento de las papeletas sepia de la Cámara Alta.

En cualquiera de los casos, todavía no ha habido ningún tipo de contacto con el PP y la nueva Ejecutiva de Ciudadanos, renovada en julio tras la crisis que desato la dimisión del entonces portavoz económico, Toni Roldán, tiene que ir retomando el pulso después de la convulsión interna vivida.

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