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La triste ironía del suicidio de Rivera

En vísperas de otro aquelarre separata seguimos en bucle hasta el día 23.

El Mundo dice que "el PSOE vota ya con Bildu en Navarra contra el Constitucional". El que manda, manda. El editorial se echa las manos a la cabeza. El PSOE "respalda una iniciativa de los abertzales, Geroa y Podemos" para atacar a la policía frente a ETA. "La facción navarra del PSOE no es solo rehén del nacionalismo más radical: ya comparte sus tesis. Es el precio inmoral del poder". Gistau ruega a Casado que deje de dar la murga con España Suma, "que vende puerta a puerta pero no le compran ni en su propio partido". Se comporta como "quien intenta juntar pandilla en el patio porque no se atreve a encarar solo a un político más fuerte". Se está poniendo de pesadito. Y el grupo de opinión TADEU dice que hay que ver lo chungo que está todo. Que está mal que "el PSOE y sus estrategas y UP anden jugando al Game Of Chicken desde hace meses, o que un suicida Rivera se haya puesto el interés del país por montera persiguiendo un espejismo, o que Casado no se abstenga, como lo hizo el PSOE con Rajoy, para que sea investido Sánchez sin el peaje independentista simplemente para que Rivera, que no lo va a hacer, no pueda decir que solo él lidera la oposición". Aparte de que, a estas alturas, Rivera puede decir misa en latín que nadie le va a creer. Sí, está todo fatal.

El País dice que "PSOE y UP se reúnen hoy enrocados en sus posiciones". El hartazgo llega hasta tal punto que ni siquiera en el periódico de Prisa le dan la más mínima importancia a esta reunión y la relegan a un minúsculo lugar en portada. En vista del aburrimiento del día de la marmota continuo, Víctor Lapuente la emprende contra el partido de Rivera y mira con nostalgia cuando "hace poco más de un año, Rivera surfeaba sobre la ola perfecta. La corrupción asolaba al PP y el independentismo asaltaba el orden constitucional. Ciudadanos se elevaba en las encuestas, con serias opciones de ganar unas elecciones". Sí, eran aquellos tiempos en los que Rivera nos vendió la trola de la unidad de España, de que Cs venía a frenar a los nacionalismos, de que había que regenerar. "La triste ironía es que, precisamente porque Rivera ha convertido al PP en su adversario electoral, fiándolo todo a lograr el sorpasso y ser fuerza hegemónica de la derecha, ahora viva secuestrado por los populares. Renunciando a ser un partido autónomo, poderoso y flexible, Ciudadanos es ahora un apéndice, rígido e inane, de los populares". El botones de Casado. Lo mismo en las próximas elecciones desaparecen. Si no sirven para nada, al menos que no estorben.

ABC abre con la exclusiva de un nuevo plagio. "El presidente del Senado también plagió en su manual de filosofía". Ana I. Sánchez es otra de las que se aburre y habla de Ciudadanos. Aquel Rivera que decía "sólo nos importan las personas, ha sido engullido por intereses puramente partidistas" y "en vez de guiarse por la generosidad y el sacrificio en interés de España, le puede la ambición de llegar a la Moncloa". Pues cada vez está más lejos. "El trompazo que le anticipa ABC es el resultado de esa falta de utilidad política". Vamos, que votar a Rivera es tirar la papeleta al retrete. Encima, el muy cara dura se va ahora a hacer campaña a Cataluña. "Inés Arrimadas ganó las últimas y Rivera está obligado a mantener el peso político de su partido allí si quiere ganar el pulso a Casado en el futuro. El PSC le pisa los talones y en esto está enfocado". O sea, que dejan tirada Cataluña saliendo por pies después de ganar las elecciones y ahora van a hacer campaña. Y luego dirán que el que no tiene escrúpulos es Sánchez.

La Razón dice que "el Rey hará ronda incluso sin un pacto Sánchez-Iglesias". Que ronde, que ronde. Confía Marhuenda en que Pedro y Pablo no la líen y traten "con el debido respeto el principio de neutralidad" de la Corona. Vamos, que traten de llevarse al Rey al huerto "para obtener ventaja negociadora alguna". Espera que este par de zascandiles eviten "utilizar la preceptiva ronda para forzar una sesión de investidura sin las suficientes garantías de éxito, pero con el objetivo de mantener la presión hasta el final". "Lo lógico y lo deseable es que el Rey reciba información veraz de los representantes políticos sobre su posición ante una nueva candidatura del líder socialista, y que este último decida en función de los apoyos que consiga si acepta el encargo de formar gobierno o renuncia para que se convoquen nuevas elecciones". Pues si el rey consigue que le digan la verdad exigimos que la rueda de prensa la dé don Felipe y nos la cuente.

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