El Ministerio del Interior sigue moviendo piezas sobre el tablero para tratar de frenar el aumento progresivo de los disturbios en las calles de las ciudades catalanas tras la sentencia del Tribunal Supremo a los políticos golpistas. Todo ello sin que se les pueda acusar en ningún momento de un uso excesivo de la fuerza. Incluso, a costa de que se pueda poner en duda, y podría ser con razón, si se está haciendo todo lo preciso o no para mantener el orden público en Cataluña.
La última medida que ha tomado el departamento de Fernando Grande-Marlaska, que ayer jueves desplazó a la Ciudad Condal el camión antidisturbios lanza-agua de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, ha sido dar luz verde para que los efectivos de la Guardia Civil que han sido desplegados como refuerzo en la región puedan apoyar en tareas de seguridad en Barcelona capital, según han confirmado fuentes del Instituto Armado a Libertad Digital.
Hasta ahora estos agentes se había mantenido al margen de los disturbios en la capital catalana por una cuestión de competencias. Y es que la Guardia Civil tiene como función mantener la seguridad ciudadana en zonas rurales y la Policía Nacional en núcleos urbanos. Por esta cuestión era por lo que los únicos agentes nacionales que estaban apoyando a los Mossos d´Esquadra en zonas urbanas eran los de la Policía Nacional.
Los agentes de refuerzo de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil tan sólo han sido desplegados desde su llegada a Cataluña en las instalaciones del aeropuerto de El Prat. Y no en todo el aeropuerto, sino solo en la zona interior del mismo, controlando que todo estuviera en orden desde el control de seguridad para entrar en las zonas de tránsito hasta el embarque. Es por eso que sólo Policía y Mossos desalojaron la entrada a la terminal y sus exteriores el pasado lunes.
Las mismas fuentes indican que la orden ha sido verbal y que sirve para rebajar el descontento que en estos días había entre los efectivos de esta unidades de antidisturbios del Instituto Armado. Y es que estos agentes no comprendían cómo era posible que el Ministerio del Interior tuviese en la recámara al millar de agentes del GRS desplazados a Cataluña cuando sus compañeros de la Policía Nacional y los Mossos d´Esquadra se encontraban desbordados en las últimas noches.
A última hora de este viernes, el ministro del Interior ha dado marcha atrás a esta decisión y ha dicho que no se hará el despliegue de la Guardia Civil en el centro de Barcelona. También ha mantenido que no se llevará a cabo el consejero de Interior de la Generalidad, Miquel Buch.