La subida del PSOE, moderada pero sostenida en el tiempo, era imparable hasta la convocatoria de la repetición electoral. Fue ése el momento en el que la tendencia del círculo virtuoso se tornó en un círculo vicioso: tras aparecer como uno de los principales culpables de la nueva convocatoria a las urnas, Pedro Sánchez cosechó un inicial estancamiento que se ha transformado ahora en bajada, moderada pero también sostenida en el tiempo, y que podría convertir los 123 escaños, en su techo de cristal.
Según adelantan fuentes socialistas a Libertad Digital, los sondeos propios que manejan Gobierno y PSOE ya sitúan al partido por debajo de su resultado electoral del 28 de abril, por debajo de los 123 escaños, lo cual impediría a Pedro Sánchez obtener rentabilidad electoral por la repetición de los comicios. Algo que provoca la inquietud del PSOE ante las escasas posibilidades de encontrar un revulsivo que permita cambiar la tendencia y que hace enmudecer ahora a quienes se felicitaban porque podrían obtener entre 140 y 150 escaños el 10 de noviembre.
Efecto Errejón
Son varios los motivos que convergen en esta espiral destructiva para el PSOE. Primero se vio tocado hace un par de semanas por el factor Errejón, su irrupción en el panorama político tras confirmar su candidatura y que le llevó a protagonizar varias entrevistas en diversos medios de comunicación. Algo que pasó factura a los resultados de PSOE y Podemos en las encuestas internas –dicen sin dar datos concretos–, pero que "duró poco". Según fuentes de Moncloa, "ya se pasó el efecto champán de Errejón", las burbujas se evaporaron y permitieron devolver a ambas formaciones de izquierdas a su espacio electoral "natural".
Fracasa la captación de voto de Cs
El escenario de "recuperación" se topó con un segundo motivo: el "fracaso" en la estrategia de captación de voto de Ciudadanos que pretendía arañar una gran parte de esos 2 millones de indecisos de la formación naranja cuyo 50% de votante el 28-A estaría dudando si volver a votarle el 10-N. "No hemos rascado nada de Ciudadanos", admiten literalmente las citadas fuentes, "se está yendo todo a PP y VOX".
El polvorín catalán
No sólo no han conseguido ampliar su espacio en la frontera derecha de su electorado sino que han visto mermada su frontera izquierda en un territorio que tradicionalmente otorga las victorias electorales al PSOE: Cataluña. Fuentes socialistas hablan de un "boquete" en el PSC provocada por la estrategia inicial de dureza con el independentismo y de amagar con el 155. Tan es así que la estrategia fue rectificada bruscamente por la línea de la moderación, la templanza y la proporcionalidad justo antes de iniciarse los altercados violentos en Cataluña. Pero esto tampoco funciona.
La tendencia bajista continúa sumando los dos efectos adversos que podrían darse contra el PSOE de forma simultánea. Se queda lo malo de los dos escenarios: sufre el castigo por mostrar dureza y la erosión al tiempo por cambiar rápidamente a la tibieza.
Hay estancamiento, pero mucha volatilidad
En el PSOE admiten que "hay estancamiento" pero rebajan los pronósticos de las encuestas porque también "hay mucha volatilidad y aún no ha empezado la campaña electoral". Confían en que habrá "un empujón final"en la última semana pero reconocen que "los bloques quedarán igual". Es decir: que ni siquiera la movilización del electorado progresista en el último momento podría permitir una subida respecto a los actual representación parlamentaria.
Por contra, en Moncloa niegan que haya nerviosismo por los sondeos internos y apuntan a que quedarán por encima de los 123 escaños pero ya ni siquiera sitúan sus pronósticos más allá de los 130 diputados. "Estamos tranquilos", dicen fuentes gubernamentales que niegan que haya un descenso en los resultados del PSC y pronostican que ganarán las elecciones generales en Cataluña frente a ERC, por la irrupción de la Cup en el panorama nacional.