La cabeza de lista del Partido Popular en Cataluña, Cayetana Álvarez de Toledo, "disfruta" en campaña electoral. "Me lo pasé tan bien en el debate de TV3...", dice la portavoz de los populares que este martes plantó clara al separatismo en su propia televisión.
Un día después, Álvarez de Toledo recibe a Libertad Digital en un hotel en Barcelona en el que durante la entrevista aparece también la exdirigente de UPyD, Rosa Díez, que horas después pedirá en un acto de los populares en el Salón del Tinell de la Ciudad Condal el voto para Pablo Casado.
Pero Álvarez de Toledo no tiene prisa, quiere dejar claro en esta conversación que "solo la unión del voto en el PP" puede sacar a Sánchez de la Moncloa y busca remarcar las "profundas" diferencias que le separan del partido de Santiago Abascal: "Vox es una abdicación", sentencia sin pelos en la lengua.
Durante una hora, la portavoz del PP repasa también cómo le ha cambiado la vida en los últimos meses tras aceptar la oferta de Casado de ser la cabeza de lista por Barcelona. "Mi obligación era decir que sí, porque si te pasas la vida escribiendo sobre un asunto y de pronto te ofrecen saltar a la arena y asumir tu responsabilidad, no puedes decir que no. Habría sido un gesto de grave incoherencia", explica. "Al nacionalismo hay que plantarle cara; cuando lo haces, retrocede". El problema, que reconoce Álvarez de Toledo, "es que durante décadas no le plantamos cara".
Al término de esta entrevista, se conocían además las polémicas declaraciones de Pedro Sánchez en las que aseguraba que se comprometía a traer a Puigdemont. "¿La Fiscalía de quién depende? Pues ya está", decía en RNE. "El comentario de Sánchez sobre la Fiscalía es falaz, patético y peligroso", asegura Álvarez de Toledo, que explica: "Es falaz por inconstitucional: el presidente del Gobierno puede dar criterios generales sobre política criminal, no instrucciones sobre casos concretos. Es patético porque pone de relieve que no sabe qué decir sobre Cataluña para no decir lo que tiene que decir: como medida urgente, que va a aplicar ya mismo la Ley de Seguridad Nacional para garantizar que el Tsunami de Torra no revienta las elecciones. Y es peligrosa porque estúpidamente da coartadas a los golpistas cuando aseguran que en España el poder Ejecutivo controla al poder Judicial. Y eso es falso. En el juicio contra el proceso separatista, la Fiscalía demostró una independencia limpia, formidable. No se plegó a las sucias presiones del Gobierno y mantuvo la acusación de rebelión. Su labor merece el máximo reconocimiento, como también lo merecen los jueces y policías que actúan en Cataluña. Sufren un acoso insoportable y por eso, entre nuestras medidas para la democratización de Cataluña, vamos a proponer otorgarles incentivos. Un plus territorial como tienen en el País Vasco. El Estado debe volver a Cataluña. Y volverá".
Pregunta: Dice que volverá pero hasta que eso suceda, ¿cree que el próximo domingo el Gobierno de Pedro Sánchez garantizará que todo aquel que quiera acudir a votar en Cataluña lo puede hacer en libertad?
Respuesta: Más le vale. A pesar de todas nuestras advertencias e insistencias, el Gobierno decidió no aplicar la Ley de Seguridad Nacional. El Tsunami antidemocrático ha decidido reventar la jornada de reflexión y ya veremos si también la jornada electoral. Están buscando otro 1 de octubre. Parece que el anterior les supo a poco. Entonces intentaron votar contra la democracia. Ahora amenazan con impedir el voto democrático. Pero la pregunta relevante, como siempre, no es qué hacen ellos, sino qué hacemos nosotros. Qué hace el Estado para defender la democracia. Hasta ahora, lo que ha manifestado el Gobierno es una inquietante combinación de cobardía y cálculo frente a la violencia. Sánchez quiere mantener abierta la puerta a un pacto con las fuerzas políticas que hoy jalean al Tsunami democrático. Fue presidente gracias a Torra y Junqueras. Y ahora no descarta volver a pedir su apoyo en una hipotética investidura. Se vio de manera cruda en el debate. Cuando Pablo Casado le preguntó si buscaría el pacto con Torra se limitó a bajar la cabeza. Esa mirada al suelo es una confesión: hará lo que sea para mantenerse en el poder, incluso un pacto contra la democracia.
Pregunta: Pablo Casado lanzó un mensaje en el debate asegurando que "no voy a revelar las conversaciones privadas que he tenido con Pedro Sánchez, pero él sabía perfectamente las sentencias del Tribunal Supremo que iban a tener lugar en plena campaña electoral". ¿Cree que Pedro Sánchez planificó la investidura fallida para que la repetición electoral coincidiera con la sentencia del Tribunal Supremo y así poder gestionar su estrategia electoral que más le conviniera en cada momento?
Respuesta: No sé si el señor Sánchez tenía información sobre la sentencia. Sería insólito, abracadabrante. En cualquier caso, la fecha de la sentencia era vox populi. Como es vox populi la voluntad de Sánchez de repetir las elecciones. Incluso saboteando un acuerdo con Unidas Podemos. Sánchez escogió la fecha. Probablemente, pensó que le convenía. Pero lo cierto es que nos ha hecho un maravilloso regalo a todos los españoles. Nos ha dado la oportunidad de enterrar la aciaga etapa Sánchez-Torra para iniciar una nueva época. Para eso sólo hace falta una cosa: que el PP saque un escaño más que el PSOE. Con un solo escaño, ¡uno solo!, todo puede cambiar.
Pregunta: Pongámonos en el caso de que Pablo Casado llegue a la Moncloa. En enero, algunos de los presos condenados por sedición podrían estar en la calle. ¿Qué hará el PP para evitar que salgan de las cárceles catalanas?
Respuesta: Ya lo ha dicho Pablo Casado. La Fiscalía puede recurrir las decisiones que tomen las autoridades penitenciarias controladas por la Generalidad. Y en el peor de los casos los presos se trasladan fuera de Cataluña. Junqueras, al Puerto de Santa María. No puede haber impunidad. Y menos para quienes han cometido delitos de tanta gravedad: nada menos que la destrucción de la convivencia y la degradación de una comunidad como Cataluña. Por otra parte, hay un asunto interesante: fíjese cómo Torra y compañía sólo amagan con la desobediencia. No se atreven a ir hasta el final. El otro día protagonizaron una farsa ridícula a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. "Hemos venido a autoinculparnos", gritaban. Y yo les dije: "Oiga, para solidarizarse con sus colegas tiene usted un camino mucho más recto y fácil: abra las puertas de Lledoners, suéltelos y ya verá cómo acaba usted compartiendo celda con ellos. Eso es solidaridad, lo demás patochadas". Lo mismo le pasa a Torrent, que amenaza con ir caminito de Forcadell pero no acaba de dar el pasito definitivo. Son dos ejemplos luminosos del valor pedagógico de la cárcel. Frase que dije en su día, para hiperventilación de Rahola.
Pregunta: Usted hace unos días, el sábado, pidió "perdón" en nombre del PP por dejar "desamparados" a los demócratas en Cataluña. ¿Esta se la trasladó antes a la cúpula de su partido?
Respuesta: La autocrítica siempre es difícil, pero es como el chiste: si no la haces tú, te la hacen los demás. En este caso, los votantes. El PP perdió ríos de credibilidad en Cataluña y los dos partidos que recibieron ese caudal fueron Ciudadanos y Vox. Nosotros necesitábamos dejar claro nuestro propósito de enmienda, que arranca con una sincera petición de perdón. A partir de ahora, debemos trabajar duramente para la reconstrucción no solo del vínculo entre el PP y Cataluña, sino entre catalanes. Eso es nuestro Libro Blanco para una Cataluña en Libertad. ¿Sabe usted que la enfáticamente denominada Alta Inspección Educativa consta en Cataluña de una sola persona? Es alucinante.
Pregunta: Tras ese encuentro, Alejo Vidal Quadras aseguró en Twitter que "Pablo Casado ha de hacer suyas las palabras de Cayetana Álvarez de Toledo y de Alejandro Fernández reconociendo que el PP no fue lo bastante firme desde 1996 en adelante en su defensa de los derechos de los catalanes constitucionalistas. Así ganará credibilidad y votos". ¿Cree que hay miembros en la dirección del PP que no se atreven a pedir perdón de forma tan clara?
Respuesta: O quizá no comparten mi opinión. Yo creo que la firmeza frente al nacionalismo es una de las principales demandas de nuestros votantes. Y con razón. Además, es un hecho objetivo que lo ocurrido en Cataluña influyó decisivamente en la fragmentación del espacio electoral del PP. Hay que sellar esa fractura. Volver a reagrupar el espacio de centro-derecha. Y eso exige lanzar un mensaje nítido: no cometeremos los errores del pasado; a partir de ahora, ningún constitucionalista va a sentirse desamparado.
Pregunta: ¿Cree que en estas elecciones a Ciudadanos le va a ir tan mal como dicen las encuestas?
Respuesta: Ciudadanos ha sido una decepción. Rivera se equivocó de estrategia. Se empeñó en un camino cegado: la sustitución del PP. Al rechazar el papel de brida de Sánchez, incumplió su misión fundacional. Y luego se negó a forjar con nosotros la coalición España Suma. Habría sido una operación grande, brillante y útil para España. Yo le ofrecí a Inés Arrimadas ser cabeza de lista por Barcelona. Y sentí especialmente que no lo aceptara porque es una excelente portavoz y porque habríamos reagrupado el voto constitucionalista. Aquí, en Cataluña, también se equivocaron. No se presentaron a la investidura —una oportunidad histórica para dar visibilidad y fuerza política a la otra Cataluña— y no aprovecharon el rearme social y civil del constitucionalismo, provocado por el proceso, para articular una verdadera alternativa. Ese es el proyecto pendiente, el plan que estamos impulsando con Alejandro Fernández y para el que, por supuesto, contamos con Cs.
Pregunta: ¿Y cree que Vox va a crecer tanto como marcan las encuestas?
Respuesta: No lo sé. En todo caso, antes que las previsiones están los programas. Vox es una abdicación. Lo es por dos motivos. Primero, por su desistimiento constitucional. Vox da por fracasada la Constitución. Considera que el Estado nacido en 1978 es un "Estado fallido". Lo llaman así. Pretenden liquidar la etapa más justa y fértil de la historia de España por culpa de un hatajo de separatista de reaccionarios desleales. Es decir, nos propone que tiremos la Constitución con el agua sucia del nacionalismo. Y eso me parece una frivolidad y un error. La Constitución es lo mejor que hemos hecho los españoles en 500 años de difícil historia en común. Jamás hemos gozado los españoles de más libertad, más igualdad, más oportunidades y más prosperidad que en estos cuarenta años. Yo no estoy dispuesta a renunciar a la Constitución porque el separatismo haya decidido cargársela. En ese sentido, el discurso de Vox me parece la expresión de una resignación. En contra de lo que ellos dicen, es un discurso lánguido, que abona la falacia del fracaso español. España no está condenada a repetir sus fracasos. La Constitución no ha fracasado. Han fracasado las políticas de apaciguamiento. Basta con una nueva política para que viva la Constitución.
Pregunta: ¿Tenía usted un segundo reproche?
Respuesta: Sí, como ciudadana y votante, a mí me gusta que me digan la verdad. Que no me cuenten cuentos. Y Vox cuenta cuentos. Propone la derogación del Estado de las Autonomías cuando sabe perfectamente que esa propuesta es inviable. Del mismo modo, anuncian muros "infranqueables" en Ceuta y Melilla. Esos muros también son ficciones. La política ficción es política populista. Yo creo que hay que tratar a los ciudadanos como adultos. Respetar su inteligencia. No engañarles. Las recetas sencillas están basadas en una simplificación artificial de la realidad. Esa simplificación puede resultar electoralmente útil pero siempre desembocan en lo mismo: frustración. Lo mismo pasa con los separatistas. Es tan fantasioso y falaz prometer una Cataluña independiente como una España sin autonomías. La Constitución hizo compatible la vieja diversidad española con los dos grandes valores modernos: igualdad y libertad. "Juntos los distintos para ser libres e iguales", como no me canso de repetir. Unos pretenden una Cataluña uniforme. Otros sueñan con una España uniforme. Pero no lo son. E intentar imponer la uniformidad es siempre ingeniería social.
Pregunta: ¿Consideran que el PSOE de Pedro Sánchez sigue estando dentro del constitucionalismo?
Respuesta: El PSOE tiene una relación difícil con el constitucionalismo. Y el que más difícil la tiene es el PSC. Por ejemplo, suele decirse que el PSC es un partido de izquierdas con simpatías o querencias hacia el nacionalismo. No es así. Son nacionalistas que militan en la izquierda para que el nacionalismo pueda completar su proyecto hegemónico y enmascarar su profundo carácter antiigualitario y segregador. Antes que un hombre de izquierdas, Iceta es un infiltrado.
En pocas palabras. Desde Libertad Digital pedimos a Álvarez de Toledo que defina a las siguientes personas de la forma más breve que pueda.
1. Pablo Casado: "Suma española de cordialidad y convicción"
2. Inés Arrimadas: "Magnífica ministra para Casado"
3. Rosa Díez: "Coraje progresista"
4. Irene Montero: "Ex futura vicepresidenta del Gobierno"
5. Pablo Iglesias: "Nuevo rico"
6. Amancio Ortega: "Antídoto del populismo"
7. Laura Borrás: "Fracaso amarillo"
8. Leonor de Borbón: "Luz"
9. Rufián: "Constitucionalista en el armario"
10. Papa Francisco: "Alias Bergoglio"