El Ministerio del Interior ha enviado en los últimos meses a varios miles de agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado a Cataluña para contener los disturbios callejeros que los independentistas más radicales están organizando tras la sentencia que condenó a los líderes golpistas del 1-O. Los efectivos son desplegados en turnos rotatorios, que se prolongan durante varias semanas, para evitar que un número fijo tuviese que estar desplazado durante meses.
Pero el malestar en estos agentes se ha generalizado por la falta de previsión en la organización de estos despliegues. Un ejemplo de ello es que los efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil número 5, destinados de forma habitual en Zaragoza, han tenido que hacer frente en las últimas horas a la factura de las habitaciones de hotel que han estado ocupando durante su estancia en Cataluña.
Según ha denunciado la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), con presencia en el Consejo de Personal del Instituto Armado, estos agentes han tenido que adelantar de su bolsillo cantidades que llegan hasta los 616 euros, debido a que la Dirección General de la Guardia Civil no les ha adelantado ningún dinero en concepto de dietas. Ahora les tocará esperar a que la institución les reponga el dinero lo antes posible.
Este caso, según explica la misma asociación, no es único, pues también ha pasado con los efectivos de otros grupos GRS desplazados a la región, aunque en los anteriores casos la cuantía económica que han tenido que adelantar para pagar el hotel no ha llegado a superar los 400 euros.
También existe un fuerte malestar entre los guardias civiles que han sido desplegados en Cataluña por la falta de días libres tras regresar a sus lugares de origen. Es el caso, por ejemplo, de los efectivos del GRS número 8, con base en Santa Cruz de Tenerife, que regresaron a la isla el día 14 y el mismo día 15 fueron desplegados en el sur de la isla sin tener tan siquiera una jornada completa de descanso.