Se van encajando las piezas de un puzzle en cuya imagen sólo falta la confirmación oficial de ERC. El candidato a la investidura, Pedro Sánchez, ha pisado este lunes el acelerador para lograr ser investido según sus planes los días 2, 3 y 5 de enero. Todo estaba organizado. Pese a figurar en blanco su agenda, en Moncloa y Ferraz tenían preparados dos actos ‘sorpresa’ con PNV y Podemos con el objetivo de proyectar movimiento y seguir dándose los pasos necesarios para empezar el año en Moncloa despojado de la categoría "en funciones".
El primero de ellos, a las 13:00 horas con el PNV, en una firma solemne entre Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar que, según fuentes socialistas, "jamás se produciría si el Presidente del PNV no tuviera la confirmación de ERC de que se va a abstener". Es, en definitiva, "un paripé" pero en el que hay que respetar la pompa y ceremonia que aporta ERC en la medición de sus tiempos.
A estas horas, en Moncloa están a la espera de una llamada de ERC tras la reunión de su Ejecutiva. Se trata de un trámite puesto la confirmación de que "aceptan el acuerdo" y, por tanto, se abstendrán, llegó en la tarde del domingo a través de una llamada de los negociadores. La otra confirmación necesaria, la de Bildu, llegó este lunes en forma de tuit pero ya se había producido de viva voz en la reunión que mantuvo hace una semana la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, con la formación proetarra, según informan fuentes socialistas.
Un contexto en el que Sánchez se ha visto forzado hoy a moverse y a dejar de esperar a ERC. Sin haber conseguido atar aún -públicamente al menos-, su investidura, ha presentado su programa de gobierno con Pablo Iglesias escenificando su ‘pacto del abrazo 2’. A las 17:00 horas en el Congreso, con la misma opacidad y secretismo habituales y sin permitir preguntas de los periodistas, presidente y vicepresidente in pectore se felicitaron por su acuerdo "histórico y progresista".
Un pacto de gobierno sin grandes novedades en lo programático, más allá de la derogación total de la reforma laboral, que en palabras de Sánchez supone "una coalición progresista para que España avance" y salga del bloqueo político. Punto en el que formalizó su petición: "pedimos a las demás fuerzas parlamentarias que se sumen al avance". El líder socialista puso el acento en "la idea de progreso" y en la necesidad de aplicar estos proyectos "más pronto que tarde".
Una escenificación pública que quiso solemnizar también por la mañana con el presidente del PNV con un pacto en el que Sánchez prometió al presidente, Andoni Ortuzar, la modificación de la "estructura del Estado", el traspaso de competencias pendientes entre las que está la regulación del tráfico, poniendo en cuestión la tarea que actualmente desempeña la Guardia Civil en favor de la Ertzaintza., cuya presencia es altamente cuestionada en el País Vasco. Cesiones sobre las que avanza la inminente convocatoria de la sesión de investidura por parte de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que tiene de plazo hasta este martes 31 hasta el mediodía.