No han gustado nada al Gobierno las declaraciones del presidente catalán, Quim Torra, en las que condiciona el futuro de la mesa de diálogo a que el Gobierno acepte sus condiciones para ejercer el "derecho de autodeterminación" porque "nosotros vamos a negociar esto, no una reforma del estatut".
Unas palabras que han suscitado el malestar en el Ejecutivo a una semana de que se produzca el encuentro con Pedro Sánchez el próximo jueves 6 de febrero en Barcelona y que ha motivado el toque de atención de la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, quien este jueves dejó en el aire el encuentro al ser preguntada por los periodistas en un acto en Madrid.
"Esa reunión, de producirse, se produce en los términos de la seguridad jurídica, el Estado de derecho y la estabilidad de nuestro país. Una reunión para hablar de los problemas de Cataluña, no para hablar de algunas planteamientos que he podido ver en los medios de comunicación", dijo la número dos del Ejecutivo trasluciendo el enfado gubernamental con las palabras del president.
Sin embargo, en privado fuentes del Gobierno explican a Libertad Digital que se trata de una advertencia/amenaza para rebajar las exigencias de Torra. Un aviso a navegantes en aras de mantener la cordialidad y el respeto mutuo en los días previos a una reunión que "sí va a producirse" y no se cancelará para no alimentar el argumento victimista del desprecio del Estado y el cerrojazo al diálogo intergubernamental.
Suspendida la mesa de diálogo
Es el motivo por el que se resisten en Moncloa a cancelar una reunión que consideran ya poco fructífera dado que el interlocutor es un presidente "interino o provisional" a la espera de la convocatoria de elecciones catalanes, previsiblemente a finales de mayo/principios de junio. Un argumento que, según adelantan las fuentes socialistas consultadas por Libertad Digital, han motivado también que Pedro Sánchez haya dejado caer la mesa de diálogo entre Gobiernos para "el próximo gobierno catalán" porque "no tiene sentido reunirse con quien no será el interlocutor en unos meses".
Una información que ha sido confirmada posteriormente desde el Palacio de la Moncloa a través de un comunicado: "el Gobierno espera poder iniciar dicho diálogo en cuanto haya hablado el pueblo catalán y se constituya el nuevo Parlament, así como el nuevo Govern". Algo que "no impide la necesaria relación entre administraciones para resolver los problemas urgentes de la sociedad catalana" como se demostró el "buen ejemplo" de las medidas adoptadas por la borrasca Gloria. "El Gobierno expresa su voluntad de mantener esa colaboración entre los distintos ministerios y mantiene, como no podía ser de otra manera, el encuentro con el president Torra".
Mini gira catalana
Una normalidad –expresada en ése "como no podía ser de otra manera"– a apenas una hora después de que Calvo dejara en el aire el encuentro, y que ya adelantaban las fuentes consultadas por este periódico. Las citadas fuentes también avanzaban que el presidente ampliará 24 horas su agenda en Cataluña en una mini gira que se desarrollará los días 6 y 7 de febrero con el objetivo de restarle protagonismo a Torra perjudicando a sus socios de ERC.
Según el comunicado del PSOE, el presidente Sánchez se reunirá con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y con la presidenta de la Diputación de Barcelona, Nuria Marín, así como con la entidad Barcelona Global que "engloba a 221 empresas, centros de investigación, emprendedores, escuelas de negocio, universidades e instituciones culturales, y a más de 780 profesionales que promueven el talento y la actividad económica en Barcelona".
Fuentes socialistas añaden que el también secretario general del PSOE pretende asistir también a una Ejecutiva del PSC y que incluso Pedro Sánchez pretende comparecer ante la prensa.