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Sánchez vuelve a esconder la Constitución en Cataluña y define la autodeterminación como "un asunto complejo"

El Gobierno se abre a un cupo fiscal: "Se estudiarán los planteamientos tributarios de la Generalitat en el Consejo de Política Fiscal".

El Gobierno se abre a un cupo fiscal: "Se estudiarán los planteamientos tributarios de la Generalitat en el Consejo de Política Fiscal".
Sánchez y Torra, durante su encuentro. | EFE

Ni una sola mención a la Constitución Española. El presidente del Gobierno volvió este jueves al deja vú de Pedralbes en cuya reunión en 2018 se suprimió una referencia expresa a la Constitución en aras de cerrar una declaración pactada con la Generalidad. Año y medio después, Pedro Sánchez ha vuelto a Cataluña y ha vuelto a esconder la Carta Magna en una comparecencia en la que ha defendido que "sólo con la Ley no basta", que "la Ley es el camino y el diálogo el instrumento" y que la autodeterminación "es un asunto complejo".

Así se pronunció en la rueda de prensa en el Palau de la Generalitat tras hora y media de reunión con Torra en la que fue preguntado por la Mesa de Diálogo entre gobiernos y la exigencia de Torra de transitar por la vía de la autodeterminación: "Yo soy un firme defensor del autogobierno de Cataluña", dijo para añadir acto seguido que "las posiciones de la Generalitat demuestran que el diálogo será largo y complejo" y es necesario "un recorrido que hay que hacer paso a paso".

Sánchez se entregó al diálogo "franco y sincero" sin dar portazo tajante a las exigencias de Torra y el independentismo. Se limitó a constatar "cuán diferentes y cuán alejadas y dispares son nuestras posiciones" y a manifestar que "aquellos que tenemos convicciones firmes no tenemos miedo a hablar de nada". Llamativa ha sido también la renuncia a las "querellas estériles" que ha denunciado el presidente Sánchez en el actual escenario de "desjudicialización del conflicto catalán".

Satisfacción en Moncloa: "Objetivo cumplido"

Sin embargo, y pese a haber consolidado el viraje discursivo de Pedralbes, el Gobierno de no tener "nada que ver" con esa primera reunión de Sánchez y Torra en Barcelona. El equipo de Sánchez presume de haber "cumplido los objetivos" empezando por cumplir con el trámite previo a la celebración de la Mesa de diálogo entre gobiernos pactada con ERC aunque ahora queda concretar el quién y el cuándo: la composición de ese foro y la fecha.

También se vanaglorian de haber "normalizado en las relaciones", pese a la tensión evidente de ambos equipos en las cuestiones de protocolo: "Hay normalidad en las calles, no había ni manifestantes", dicen en el gabinete del presidente sacando pecho por ser "la primera vez desde 2010 que entra una bandera española y un presidente en el Palau", no ocurría desde Zapatero y Montilla. A sumar, "la rueda de prensa blanca" de Torra, según Moncloa que no ha hecho gala de su beligerancia habitual.

Restan importancia a la carga simbólica del plano escénico: el tratamiento a Sánchez como si fuera un jefe de Estado extranjero, la recepción con honores, la guardia de gala de los Mossos... y airean otros "gestos" que "se os están escapando. Por ejemplo: que el president Torra "haya comparecido con una bandera de España en la sala de prensa" o que protocolo de Moncloa haya suprimido del recorrido en la visita al Palau el lugar donde cuelga un enorme lazo amarillo que colgaron los trabajadores. "Hemos dicho que ni hablar pasaría el presidente por ahí". Gestiones protocolarias que evidencian la tensión que tanto niegan.

La Mesa, en febrero

También presumen de haber presentado un documento propio que, pese a estar "abierto" en origen a las aportaciones del presidente catalán, no se ha prestado a una negociación para su redacción que pudiera constituir una cesión del Ejecutivo como ocurrió con la supresión de una referencia expresa a la Constitución en la llamada Declaración de Pedralbes. En el documento que portó Sánchez a Torra, "Acuerdo para el Reencuentro", se fijó de antemano la celebración de la mesa de diálogo entre gobiernos en el mes de febrero con el objetivo de "buscar soluciones políticas que reflejen los intereses de una amplia mayoría de catalanes". Un calendario abierto que se circunscribe al mes de febrero pero que, según fuentes socialistas, deja para las "próximas reuniones con ERC" la concreción de la fecha.

En su comparecencia, Sánchez se mostró dispuesto a encabezar la primera de las reunión cuya composición y calendario supeditó al diálogo entre Gobierno central y gobierno catalán. "Tendremos que acordar pero manifiesto mi voluntad de encabezar esa reunión a lo largo de febrero". Preguntado por la posibilidad de incorporar a un mediador como exige Torra y como propuso el Ejecutivo de Sánchez en la anterior legislatura, el presidente lo descartó amparándose en que "el mediador van a ser los 47 millones de españoles que van a ser testigos de un diálogo franco, sincero, diáfano" y "absolutamente transparente".

El documento y el 'cupo'

Un documento en el que el propio Gobierno de Pedro Sánchez se abre al tiempo a aceptar propuestas inasumibles hasta la fecha, aunque sin una concreción sobre el qué, el cómo y el cuándo. El punto ocho del documento "Agenda para el Reencuentro", que le ha entregado este jueves Pedro Sánchez a Quim Torra en su reunión en el Palacio de la Generalidad, concede la "autonomía financiera y tributaria de Cataluña". De este modo, el Gobierno de España se compromete a "estudiar los planteamientos tributarios de la Generalidad en el Consejo de Política Fiscal y Financiera de cara a la elaboración del nuevo sistema de Financiación Autonómica".

Reforma de la financiación para la que el Ejecutivo pretende "contar con la participación de todos los territorios y que permita garantizar la lealtad y solidaridad entre territorios y la igualdad de todos los españoles". Aunque al tiempo recoge "la capacidad de las CCAA para proveer los servicios y prestaciones sociales que son de su competencia".

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