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Bronca en el gobierno catalán tras la reunión con Sánchez: ERC se niega a acatar las órdenes de Torra

El todavía presidente regional exige a sus "socios" republicanos que convoquen la comisión bilateral con el Estado.

El todavía presidente regional exige a sus "socios" republicanos que convoquen la comisión bilateral con el Estado.
Quim Torra y Pedro Sánchez este jueves | EFE

Un día después de la reunión entre el todavía presidente de la Generalidad, Quim Torra, y el del Gobierno, Pedro Sánchez, el ejecutivo catalán registra un conflicto interno de considerables dimensiones. El consejero de Relaciones Institucionales y Exteriores, el republicano Alfred Bosch, se niega a acatar la orden de Torra de activar la comisión bilateral entre la administración autonómica y el Estado.

Torra llegó a un acuerdo con Sánchez tanto para reunir la mesa de diálogo entre gobiernos como para reactivar la comisión bilateral, un instrumento que data de los tiempos del pujolismo y cuya última reunión se produjo en agosto de 2018. En aquel momento, la delegación del Gobierno estuvo encabezada por la entonces ministra de Administraciones Públicas, Meritxell Batet, y la del "Govern" por el antecesor de Bosch, Ernest Maragall. La comisión llevaba sin reunirse desde 2011 y no se alcanzó ningún acuerdo.

El presidente catalán ha dado instrucciones para reactivar dicha comisión bilateral al objeto de que ese foro se encargue de lo que el separatismo agravios históricos, supuestas deudas pendientes, traspasos e inversiones y se ha encontrado con la negativa de Bosch, en teoría un subordinado, quien ha enmendado la plana a Torra con el argumento de que la comisión bilateral no es prioritaria, a diferencia de la mesa de diálogo.

Malestar republicano

La reacción de Bosch responde al enorme malestar que hay en ERC por el resultado de la reunión entre presidentes, por haber quedado fuera de foco, sin protagonismo ninguno y al margen de la agenda de Sánchez en Barcelona.

Los republicanos reprochan a Torra y a Junts per Catalunya (JxCat) que tras rechazar y torpedear la negociación con "Madrid" se hayan apropiado de la "mesa". Los posconvergentes responden que fueron ellos, los republicanos, quienes pusieron el grito en el cielo porque Sánchez quería posponer el comienzo del diálogo hasta después de las autonómicas y que también fueron ellos quienes insistieron en que la primera cita debía ser entre Sánchez y Torra.

El presidente de la Generalidad, a pesar de su horizonte judicial y a que en breve quedará apartado de la política, no ha querido renunciar al liderazgo y pretende quedar como el impulsor de una nueva fase de diálogo con el Gobierno, de ahí la orden para reactivar la comisión bilateral. Tras la destemplada respuesta de Bosch, Torra ha declarado a través de Twitter que "en la Mesa de Negociación con el gobierno español se debe hablar del conflicto político (autodeterminación y fin de la represión. La Comisión Bilateral debe abordar incumplimientos, agravios y déficits del Estado con Cataluña. Una cosa y otra no se pueden mezclar. Todo se debe activar".

Relaciones rotas

Las relaciones entre republicanos y posconvergentes están rotas después de la retirada del acta de diputado de Torra y de que este anunciara que había perdido la confianza en sus socios, atacara a ERC por falta de lealtad y dijera que convocaría elecciones cuando estén aprobados los presupuestos autonómicos. Sin embargo, el "Govern" sigue en activo y no es descartable que si la orden de Torra no es acatada se produzca el cese o la dimisión de Bosch.

ERC aparece ahora como la gran ausente y perdedora de la operación diálogo impulsada por los propios republicanos.

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