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Interior no tiene fecha para aplicar el tercer tramo de la subida salarial a policías y guardias civiles

El ministro Marlaska espera que se apruebe dentro de los presupuestos, aunque si se retrasan se haría a través de decreto-ley.

El ministro Marlaska espera que se apruebe dentro de los presupuestos, aunque si se retrasan se haría a través de decreto-ley.
Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior. | EFE

Los policías nacionales y guardias civiles tendrán todavía que esperar un tiempo para ver reflejado en su nómina el tercer tramo de la subida salarial. ¿Cuánto? Pues la verdad es que no se sabe. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no quiso comprometerse a poner una fecha, ni exacta ni aproximada, durante su comparecencia en la tarde-noche del lunes en la comisión sobre su departamento en el Congreso de los Diputados.

Sólo facilitó dos datos relevantes. El primero, que la comisión técnica está estudiando todavía qué porcentaje de la bolsa de 247 millones de euros para 2020 irá a parar a cada uno de los dos cuerpos de seguridad. Precisamente, ese reparto provocó un enorme enfado interno en el Instituto Armado el pasado año al caer del lado de la Policía Nacional un 1,27 por ciento de la bolsa de aquel año (4,3 millones) que las asociaciones profesionales de la Benemérita creen que les pertenecía.

La otra información fue que se aprobará sí o sí este año tal y como estaba pactado, y que desde el Ministerio del Interior se barajan dos opciones para actuar. La preferida por el ministro es que esa subida de sueldo vaya incluido en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2020, si es que el actual Gobierno consigue sacarlas adelante en un tiempo prudencial. Si no es así, ese aumento de las remuneraciones se aprobaría a través de un decreto-ley.

La aprobación de este tercer tramo de la subida salarial sería el último del acuerdo que sindicatos de la Policía Nacional y asociaciones profesionales de Guardia Civil alcanzaron con el Ministerio del Interior en 2018 (entonces dirigido por el popular Juan Ignacio Zoido) para tratar de equiparar sus salarios con los que cobran sus compañeros de las policías autonómicos. Para unificar criterios, se eligió a los Mossos d´Esquadra (en la Ertzaintza, incluso, los salarios son ligeramente superiores).

En aquel acuerdo se estableció asimismo que una consultora externa debía elaborar un informe en el que se valorase si la bolsa de dinero fijada inicialmente, 807 millones en tres años, era suficiente o no para alcanzar un equiparación salarial real entre cuerpos estatales y autonómicos. El informe de la consultora, tras una reelaboración encargada por el ministerio de Marlaska, terminó diciendo que era suficiente, pese a que los salarios a mismo rango y experiencia, siguen estando lejanos.

El acuerdo con Interior fue apoyado por la gran mayoría de los sindicatos policiales (SUP, CEP, UFP y SPP) que en aquellos momentos tenían representación en el Consejo del cuerpo. Lo mismo sucedió en el Instituto Armado, donde fue apoyado por la práctica totalidad de las asociaciones profesionales representativas (APROGC, UO, AEGC, AUGC, UnionGC y APC), es decir, con vocales en el Consejo de la institución.

Tras décadas reivindicando una equiparación salarial real, y tras años de promesas incumplidas por los dos partidos (PP y PSOE) que han ocupado en democracia el Ministerio del Interior, prefirieron garantizar a los funcionarios policiales una importante subida salarial en un periodo en el que no ha habido subidas similares en ningún otro sector público o privado. Sabían que la trampa política podía llegar en el informe encargado a la consulta, pero ya tenían amarrada la subida salarial.

Fuera de este acuerdo quedó una pequeña asociación de guardias civiles y un sindicato policial (ASP) que perdió su representación en las últimas elecciones sindicales. También el movimiento Jusapol, que encabezó y dinamizó las grandes movilizaciones a favor de la equiparación salarial que desembocaron en el acuerdo y que consideraban que el acuerdo ofertado por Interior era una trampa y que nunca llevaría a la equiparación real, como así ha sucedido.

El movimiento Jusapol terminó cristalizando en un nuevo sindicato policial y una nueva asociación profesional de guardias civiles. Su sindicato, Jupol, terminó arrasando en las elecciones policiales que se celebraron en junio de 2019. La asociación, Jucil, no ha tenido oportunidad de medir su respaldo entre los agentes del Instituto Armado porque desde su creación todavía no se han convocado elecciones al Consejo del Cuerpo (se deben celebrar en 2021).

De hecho, representantes de Jupol y Jucil se manifestaron ayer en el Congreso de los Diputados, junto a las dos puertos que acceso de vehículos, para que el ministro Marlaska tuviera que pasar enfrente de ellos sí o sí, para exigirle que lleve a cabo una equiparación real de los salarios entre los cuerpos estatales y las policías autonómicas.

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