Pablo Iglesias aseguró al juez instructor del caso Villarejo que su mensaje de Telegram en el que afirmó que "azotaría" a la periodista Mariló Montero "hasta que sangrase", "fue una broma muy desagradable, un chiste en un grupo privado".
Así lo sostiene el líder del Podemos en su declaración del pasado 27 de marzo de 2019 ante el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, que publica en exclusiva Libertad Digital. Iglesias se personó como perjudicado directo en esta pieza del caso Villarejo.
Iglesias fue llamado a declarar en el marco de la denominada pieza Dina, que se encontraba entonces bajo secreto de sumario, en la que se investiga el robo de un teléfono móvil en el año 2015 a su entonces asesora, Dina Bousselham. El contenido del móvil fue localizado en un pendrive incautado en uno de los domicilios registrados durante la detención del comisario José Villarejo en noviembre de 2017.
Durante su declaración de unos 25 minutos ante el juez, Iglesias se refiere al contenido del móvil desvelado por los medios de comunicación. "Ese material que había dentro de ese teléfono móvil, había fotografías y había vídeos, yo me di cuenta que se empezaba a hacer público en el mes de julio del año 2016".
Según Iglesias, se publicaron conversaciones en grupos de Telegram en los que él estaba que no le "hicieron bien públicamente y aparecen algunos de los vídeos que tienen mucha trascendencia en medios de comunicación. El vídeo de Pablo Echenique, secretario de Organización de mi partido, cantando una jota soez ("Chupame la minga Dominga") y algún material más de esa tarjeta SIM".
"Reconozco que los mensajes que se publican míos, son míos por eso tengo que pedir disculpas por algunos de ellos. Una broma muy desagradable por mi parte sobre una periodista, sobre Mariló Montero, que comentó en un grupo privado de amigos, se hace pública por Okdiario y tengo que pedir disculpas por hacer un chiste en un grupo privado", afirma.
"Uno espera que lo que uno escribe en su teléfono móvil en un grupo entre amigos, pues no haya un policía que encargue el robo de ese teléfono móvil y se lo filtre a un periodista", añade.
"Deduzco que lo nuestro forma parte de algo más grande. Tengo la sensación de que hay una vinculación, esto es deducción política, que en este caso se mezcla con la deducción procesal. Es evidente que en este país se han hecho encargos a policías muy importantes por parte de poderes políticos y económicos de una serie de acciones. Creo que lo nuestro que empieza con el robo de un móvil forma parte de un entramado mucho más amplio al objeto de hacer daño a una formación política", concluye.