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El Gobierno se prepara para un "escenario crítico" en las próximas horas pero confía en controlarlo en siete días

Gabinete de crisis en Moncloa. La preocupación y la inquietud se dibuja en el Gobierno que anticipa un escenario crítico.

Gabinete de crisis en Moncloa. La preocupación y la inquietud se dibuja en el Gobierno que anticipa un escenario crítico.
Sánchez e Illa en la reunión interministerial | EFE

"Esto es serio, es importante, y no es una gripe común". Con estas palabras resumía un alto cargo de Moncloa lo que se respira en un Palacio de la Moncloa en donde se habla de medidas pero se ocultan los datos reales sobre la tasa de contagio por coronavirus registrada en las últimas 72 horas, y que motiva un cambio de escenario y un incremento de las medidas excepcionales para hacerle frente.

Según el ministro de Sanidad, Salvador Illa, las alarmas se encendieron en Moncloa "el domingo al anochecer", justo después de las manifestaciones feministas del 8-M a las que acudieron las ministras del Gobierno socialista ataviadas con guantes de látex de color morado. Pero según el responsable de la cartera sanitaria, nadie hasta entonces vio "un incremento de casos muy significativo en Madrid y Vitoria". ¿De cuánto? ¿Cuál es la tasa de contagio? El Gobierno no contesta pero desliza que la curva alcista del coronavirus es casi una línea vertical que no se suavizará en los próximos días sino, más bien, al contrario.

"Creo que no les descubro nada si digo que vamos a ver un incremento de casos en los próximos días y que vamos a tardar un tiempo en ver la efectividad de estas medidas", explicó Illa en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que evitó poner paños calientes. "Esto va a ser duro, no va a ser fácil pero esto tiene un horizonte". ¿Y cuál es? Según explican en privado fuentes de su entorno, una semana. "En siete u ocho días aspiramos a notar los efectos de las medidas" drásticas adoptadas este martes y que van desde la prohibición de vuelos directos Italia-España hasta el 25 de marzo, la suspensión de los viajes del Imserso durante un mes, la obligatoriedad de que los eventos deportivos se celebren a puerta cerrada, y la suspensión de las actividades culturales en espacios de más de 1.000 personas; en el caso de una cifra menor, se reducirá a un tercio del aforo.

Medidas drásticas que tienen su reflejo en el rictus serio de ministros y colaboradores del Gobierno, que acusan el cambio de escenario en las últimas horas y que se preparan para un "escenario crítico" la semana que viene: "Esto va a crecer, esperemos que las medidas funcionen". Y si no lo hacen, se adoptarán otras, aún más drásticas. No se descarta una cuarentena como la que vive Italia, aunque aún "no estamos en eso", pero confían en que los protocolos más estrictos que se aplican en España y el sistema sanitario de nuestro país, "uno de los mejores del mundo", hagan el resto.

Siete días fundamentales por delante que explican la suspensión de los plenos en el Congreso pero no, de momento, en el Senado —a la espera de la evolución del COVID-19—, y la convocatoria urgente de un segundo Consejo de Ministros el jueves para aprobar medidas de conciliación a las familias y de apoyo a los pequeños y medianos empresarios, según explican fuentes de Moncloa. Justo antes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirá con los agentes sociales, patronal de empresarios y sindicatos, para "ampliar" en su caso las ayudas para contener el mazazo económico que está provocando el coronavirus.

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