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Pánico ante un "abatido" Sánchez incompetente hasta para destituir a Iglesias

Confinados y en alerta mientras nuestros gobernantes miden quién la tiene más larga.

Confinados y en alerta mientras nuestros gobernantes miden quién la tiene más larga.
Sánchez e Iglesias en una imagen de archivo. | EFE

El Mundo

"Sánchez decreta un confinamiento flexible". Por ejemplo, a arreglarse esas greñas puede ir, la peluquería está abierta. "Pablo Iglesias rompió su cuarentena para exigir sin éxito la presencia de Podemos en el cuadro de mando y que se adelantaran las medidas económicas". Este tío es un descerebrado.

El cabreo sideral de Paco Rosell no deja de crecer. En su artículo dominical dice que "vista la irresponsabilidad con la que el gobierno se ha conducido" vayamos agarrándonos los machos. "El gobierno hizo público desprecio y mofa de los avisos sobre la irresponsabilidad de auspiciar concentraciones que solo podían empeorar la enfermedad. En su frivolidad antepuso ganar la batalla" de sus intereses electorales "a la salud ciudadana, con clara desatención a su deber". Que sí, que algunos ciudadanos se han comportado como chalados, pero "no hay mayor culpable que las autoridades".

Mención aparte a Rosa María Mateo, que ante la incredulidad de los españoles tuvo la desvergüenza de dejar "con la palabra en la boca a Pablo Casado". "Al insomnio del coronavirus y de la recesión en marcha, España no puede sumar, desde luego, un gobierno que le mienta . El momento exige un gobierno de emergencia nacional" porque en Sánchez confluyen "la incompetencia, la falta de credibilidad y la negligencia". "España es un gran país que sabrá sobreponerse" a este desastre. "Pero no lo hará gracias a un ejecutivo roto e inoperante, sino por la capacidad de superación y la unidad de una nación que saca lo mejor de sí misma en las perores circunstancias".

Rafa Latorre se fija en rostro atemorizado de Sánchez. "Cada vez que el rostro abatido de Sánchez aparece en pantalla se hace evidente la falta de liderazgo en España". "Es probable que jamás pueda recuperarse de su dolosa negligencia". Que le den morcillas.

El País

Tampoco es que sorprenda, pero no hay sombra de crítica al gobierno, solo al PP. "El Gobierno concentra en Sanidad plenos poderes". Menuda simpleza de titular. "El gobierno, dividido por las medidas económicas en una reunión de siete horas". Soledad Gallego escribe una columna en portada para anunciar que, en un acto de generosidad, leer el periódico en la web será gratis.

El editorial pone toda la carga en la peña. "La hora de los ciudadanos". "La declaración del estado de alarma realizada por el Gobierno no es solo una medida dirigida a la prevención de la propia salud, sino también, y sobre todo, un enérgico llamamiento a la solidaridad entre ciudadanos". La que tuvieron ellos el 8-M. Una pequeña advertencia: "Las discusiones ministeriales, la oposición ideológica y sus luchas de poder dentro del Gobierno son lujos para otro momento".

Y no podía faltar la crítica al PP. "La epidemia condiciona todas las facetas de la vida cotidiana mientras algunos representantes públicos alimentan la crispación previa a la crisis", dice Natalia Junqueras. Podéis berrear cuanto queráis, ya nadie se cree eso salvo la izquierda más sectaria.

Y una información de servicio público. "La prostitución decae por falta de clientes". Ahora sí que vamos a morir todos.

ABC

"Sánchez, superado". "Un gobierno alarmante", titula el editorial. "Tarde y mal, Sánchez no ha podido gestionar peor la crisis". "La improvisación se ha apoderado de un gobierno que lleva semanas subordinando la sensatez a la improvisación sistemática. No ha sido capaz de calcular el alcance de un drama nacional, y ha estado más preocupado por su propia imagen que por la seguridad de los españoles. ¿Qué sentido tiene que Pablo Iglesias, consciente del riesgo cierto de infección que padece, se presentase ayer en el Consejo de Ministros ? Pretender que los españoles queden confinados y a su vez fingirse liberado del virus para no perder cuota de protagonismo político y mediático dice mucho de la envergadura política de Iglesias, que es nula. Lo ocurrido ayer es una irresponsabilidad nada ejemplar". Como dice Juan Pablo Colmenero, "solo el hecho en sí merecería su destitución por parte del jefe del gobierno". Pero nada, Sánchez no reacciona, ha perdido toda autoridad. Ay Pedro, no das una, hijo.

Dice José María Carrascal que "la suerte está echada ¿también la de Sánchez? Lo sabremos muy pronto". Pero Ignacio Camacho ya ha sentenciado. "No es gobierno para crisis. Cuando la palabra emergencia cobra pleno sentido en medio de una crisis de pánico, un líder tiene que elegir entre la condición de estadista y la de candidato. Y ésa es exactamente para la que Pedro Sánchez no estaba preparado. Le falta madurez para enfrentarse a un problema de gran impacto". "Ni Sánchez ni Iglesias ni sus equipos tienen solvencia para manejar un problema de trapío". Ellos solo saben hacer propaganda barata. Vaya par que nos ha tocado en suerte.

La Razón

"La pugna Sánchez- Iglesias frena el plan antiepidemia". Tampoco encontrarán Sánchez e Iglesias consuelo en estas páginas. "Con su comportamiento, el líder de Podemos puso en peligro al resto del gabinete que tiene por delante un trabajo esencial en un escenario crítico para el país. Sinceramente, el pecado de vanidad y soberbia de quien parece considerarse insustituible en estas circunstancias resulta incalificable". Qué va, sí es calificable, es un imbécil redomado.

"El pulso ente Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que se prolongó durante horas aparentemente por afán de poder y la cuota de protagonismo del segundo, es el perfecto retrato de la naturaleza tóxica" de la coalición. "Cuesta creer que una parte de los responsables políticos sean capaces de priorizar sus mezquindades sobre el bienestar y la prosperidad colectivas mientras la gente agoniza, pero los hechos y las palabras son tozudos y ponen a cada uno en su sitio, que no es precisamente ejemplar". Que sí, que vale, que no es el momento de tocar las narices al capitán, "pero tenemos el deber de exigir al ejecutivo que lidere con lealtad y rija sus actos en atención exclusivamente al interés general". Así que, si tiene que cortarle la cabeza Iglesias, que no le tiemble el pulso.

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