La exasesora del vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, Dina Bousselham, ha reconocido ante el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, que el líder de Podemos le entregó una tarjeta de memoria telefónica ya destruida con la información supuestamente robada por el comisario Villarejo.
Según las fuentes consultadas por Libertad Digital, la declaración como testigo de Dina Bousselham se ha extendido durante más de hora y media y se ha producido de forma presencial en la Audiencia Nacional. Bousselham también ha reconocido que ella misma fue la que hizo los pantallazos de los mensajes de Telegram en los que Iglesias dijo que "azotaría hasta sangrar" a la periodista Mariló Montero y que fueron publicados en Okdiario. La propia exasesora del líder de Podemos ha asegurado ante el juez que dichos pantallazos con los polémicos mensajes se los reenvió a "grupos informales y políticos".
Durante su comparecencia, la exasesora de Iglesias ha afirmado además que a Iglesias le entregaron la citada tarjeta de memoria con la información investigada en la causa en enero de 2016 y que no se la entregó hasta que aparecieron publicados en prensa los mensajes de Telegram 6 meses después. No obstante, ha afirmado que aunque Iglesias pudo ver el contenido de la tarjeta, a ella ya se la entregó rota sin darle ninguna explicación.
Fuentes jurídicas consultadas por este diario aseguran que "la comparecencia de Bousselham podría precipitar una nueva declaración del actual vicepresidente del Gobierno para aclarar esta presunta destrucción de pruebas". La comparecencia de la exasesora demuestra que Iglesias se quedó durante más de 6 meses la tarjeta del móvil de Bousselham, se la entregó rota y la propia Bousselham ocultó estos hechos cuando en agosto de 2016 hizo una ampliación de la denuncia.
La sustracción del móvil denunciada por la asesora de Iglesias se produjo en los meses previos a las negociaciones para formar Gobierno en 2016 y se investiga si está relacionado con un presunto espionaje político al partido de Iglesias o si solo se trató, como afirmó Villarejo, de un acto de venganza o despecho. Tras producirse el robo, el material extraído del móvil de la exasesora de Podemos llegó a la redacción de Interviú en un sobre de forma anónima y posteriormente, el editor del Grupo Zeta, Antonio Asensio, le entregó a Iglesias la tarjeta de memoria telefónica con un adaptador para poder ver su contenido en un ordenador.