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Marlaska se atrinchera en Interior, se niega a dimitir y trata de vender que en la Guardia Civil no pasa nada

PP, Ciudadanos y Vox exigen que deje el cargo. Olona anuncia una querella contra el número dos de Interior y la directora general.

PP, Ciudadanos y Vox exigen que deje el cargo. Olona anuncia una querella contra el número dos de Interior y la directora general.
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. | EFE

En el seno de la Guardia Civil no pasa absolutamente nada. Ése es el mensaje que ha tratado de vender durante este miércoles en ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, pese a que el Instituto Armado está viviendo una de las peores crisis de su historia, cada vez más comparable a la que precedió al descubrimiento de que el exdirector Luis Roldán había saqueado las arcas del cuerpo durante sus años de gestión.

Y si no pasa nada dentro del cuerpo, no hay razón alguna para dimitir del cargo y abandonar el despacho que ocupa en el palacete del número 5 del Paseo de la Castellana. Según la versión que está tratando de mantener, lo único que está pasando es una lógica reestructuración de los equipos de confianza tanto del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, como de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez.

Convertido por las circunstancia en el gran protagonista de la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, ha sido objetivo de las preguntas de hasta siete parlamentarios, ha mantenido un discurso lineal y ha evitado entrar a aclarar, negar o confirmar algunos de los detalles más peliagudos sobre el cese del jefe de la Guardia Civil en Madrid, el coronel Diego Pérez de los Cobos, o de la dimisión del DAO, el general Laurentino Ceña.

La popular Teresa Jiménez-Becerril ha sido la primera en entrar en escena. Ha asegurado que los españoles han perdido la confianza en el ministro de la misma forma que él la ha perdido en el coronel Pérez de los Cobos. "Márchese y devuélvanos a ese valiente guardia civil. Se ha convertido usted en un villano", le ha dicho. El ministro, dispuesto a atrincherarse en el Ministerio del Interior, se ha negado.

Tras ella, ha sido el turno de Mario Garcés. El popular ha asegurado que Marlaska ha sufrido una fuerte evolución desde su entrada en política y ahora está en la fase de "la resignación del converso". Le ha recordado que la premisa de la Guardia Civil es que "el honor es su divisa" y ha asegurado que eso es, precisamente, "lo que falta en su despacho". Tras eso, le ha pedido la restitución en su puesto del coronel Pérez de los Cobos.

Exigencias de dimisión

Más duro aún ha sido el popular Eloy Suárez, quien ha dicho que Marlaska "intentó que el coronel cometiera un delito" para tratar de conocer el contenido del informe sobre el 8-M. "No es pérdida de confianza, es venganza –en alusión a la destitución de Pérez de los Cobos–. Cesa a los que no cumplen sus órdenes cuando son ilegales", ha asegurado. Tras ello, ha exigido la dimisión del responsable del Ministerio del Interior.

Marlaska le ha respondido tajante: "El hecho de ser diputado no da derecho a imputar delitos graves a un ministro". Y tras ello, se ha mantenido en su versión de que en la Guardia Civil no hay en estos momentos ningún tipo de problema: "Dejen que se formen los equipos, ustedes saben lo que es la libre designación. Nosotros no hacemos injerencia alguna".

La última representante del PP en tratar de poner contra las cuerdas a Marlaska ha sido Carolina España. Ha acusado al ministro del Interior de haber "tocado fondo", le ha calificado de "irresponsable" y ha asegurado que lo que está pasando "no es renovación, es un ataque a la independencia judicial y la Guardia Civil". Tras esto, ha exigido la marcha del ministro: "El número dos de la Guardia Civil no tenía que haber dimitido, tenía que haber dimitido usted. Márchese, señor Marlaska".

Vox anuncia querellas

La entrada en escena de los parlamentarios de Vox ha elevado el grado de los reproches entre Marlaska y la oposición. Macarena Olona ha exigido al ministro que aclare si el coronel Pérez de los Cobos recibió las llamadas de dos superiores (el general José Antonio Berrocal y el teniente general Fernando Santafé) reclamando datos del informe del 8-M y si "exigió usted a esos generales que llamaran al coronel".

También ha exigido conocer si fue el propio Marlaska quien pidió a María Gámez, directora general de la Guardia Civil, que cesase al jefe de la Benemérita en Madrid. Tras esto, ha anunciado que su partido ha interpuesto dos querellas, una contra Gámez y otra contra el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez. "Usted va a caer por sus subordinados", le ha advertido. El ministro, en su respuesta, no ha aclarado ninguna de las preguntas de Olona.

Ignacio Gil Lázaro ha censurado a Marlaska que cargue "contra los funcionarios que se resisten a sus presiones" y ha asegurado que "es miserable cesar a alguien porque cumple con su deber de cumplir la ley". Tras esto, ha afirmado que el ministro "trató de utilizar a un subalterno como chivato", lo que le recuerda al caso Faisán, y ha lamentado que haya tratado "de comprar el silencio con una subida salarial".

Por último, el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, ha lamentado que Marlaska haya empleado el tercer tramo de la subida salarial pactada con las Fuerzas de Seguridad en 2018 como "cortina de humo para que no nos fijemos en el cese de Pérez de los Cobos". "Han roto las reglas que han regido las normas entre el Gobierno y la Administración. Usted quiere una administración servil. Usa la amenaza de los ceses para que los funcionarios tengan miedo", ha censurado.

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