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Alerta máxima ante el "acoso y derribo" del Gobierno a la democracia y el estado de derecho

De mal en peor. El Gobierno contra la oposición, el gobierno contra las fuerzas de seguridad del estado, el gobierno contra los jueces.

De mal en peor. El Gobierno contra la oposición, el gobierno contra las fuerzas de seguridad del estado, el gobierno contra los jueces.
Fernando Grande-Marlaska en el Congreso | EFE

El Mundo

"Marlaska aprovecha la crisis para hacer purga en la Guardia Civil". Ahora mismo es un honor ser destituido por Marlaska, y un deshonor aceptar el cargo para suplantar a los caídos. "Vergüenza patriótica debería" darles, como dice Arcadi Espada.

Pero la noticia del día, al fin y al cabo Marlaska no es más que el limpiabotas del gobierno, es que "Sánchez lanza al Estado contra la juez del 8-M". Insultan a la oposición a diario, acusando al PP de no respetar las urnas (los de la moción de censura), purgan a los agentes por cumplir la ley, y lanzan a una abogada del Estado —del Estado, no del Gobierno— contra la yugular de una juez. Esto se pone negro hormiga. O rojo comunista.

Denuncia el editorial la "voluntad indisimulada del Gobierno de usar a la Abogacía del Estado para torpedear la instrucción de la juez". De los Cobos tuvo una dignidad de la que carece la abogada del Estado. Repito, del Estado. "Lanzar a la Abogacía del Estado a sabotear la instrucción de Rodríguez Medel presentando un recurso contra el auto de la magistrada, es la enésima constatación de la falta de escrúpulos de Sánchez, empecinado en erosionar las instituciones hasta la náusea. En lugar de respetar la labor de la juez, el gobierno alienta un acoso injustificable a la justicia, al más puro estilo del manual de Podemos". Acoso a la prensa libre, acoso a los agentes, acoso a la judicatura. Vamos, acoso a la democracia.

Dice Rafa Latorre que "no queda ya una sola institución que no haya sido sacrificada para la pervivencia del sanchismo". Coincide David Jiménez Torres. "Ha corrompido desde el CIS hasta la separación de poderes, la independencia de la justicia o la gestión de los cuerpos policiales. El mensaje mil veces repetido de que todo lo malo que acontece es culpa de La Derecha ha precipitado nuestra caída en un delirio frentista". Nunca se había visto esa inquina, esa agresividad contra la oposición en tiempos no electorales.

También Jorge Bustos ve que "cada día que pasa España se desliza un poco más por la pendiente gelatinosa de la polarización. Su desembocadura es una ciénaga tan infame como familiar, donde dos españoles eternos se matan entre sí". "Ya podemos decir que nuestros representantes políticos han fracasado en su principal obligación con el pueblo: contribuir a la disminución, y no a la crecida del odio". Ya iba a darle un coscorrón, pues todos sabemos que el guerracivilismo es una herramienta de Podemos que nació con Zapatero, cuando aclara que "nadie me malinterprete, yo nunca incurriría en la equidistancia del cobarde que coloca en pie de igualdad la culpa del Gobierno y de la oposición". Sobre todo porque a lo que asistimos es a que el Gobierno hace oposición a la oposición, insultándola, arrinconándola, con un vicepresidente llamándoles golpistas en medios internacionales. Lo nunca visto.

El País

"El Gobierno cree afrontar un pulso de jefes de la Guardia Civil". ¿Un pulso? ¿Obedecer a la orden de un juez es un pulso? El pulso se lo está echando el Gobierno a la justicia para no tener que responder de su responsabilidad en la expansión del virus y las muertes que causó por el 8-M.

Carlos Cué sigue el argumentario social comunista al pie de la letra. "La ofensiva contra el ejecutivo es muy de fondo y busca su destitución", dice que le dicen los ministros. La "tensión contra el gobierno se está calentando no solo en la oposición de PP y Vox, algo que era esperable, sino también en algunos sectores de ja justicia, de la guardia civil o de la policía". El País señalando. "Varios ministros también transmiten en privado su inquietud por lo que entienden un llamamiento a una insubordinación de la guardia civil" ¿En privado? Si lo dijo Iglesias a voces en el Congreso. Lo mismo habría que recordarle a El País que la Guardia Civil no está subordinada al Gobierno, sino para servir al Estado.

Antonio Caño dice que "es asombrosa la capacidad de España para convertir una crisis sanitaria en un conflicto ideológico, en una especie de guerra civil virtual que tendrá las mismas secuelas de odio y miseria de una real". No sé de qué te extrañas, recuerda lo que hizo la izquierda el 11-M.

"¡Cómo hemos podido destruir de esta manera el esfuerzo hecho en los últimos 40 años!". Cree Caño que uno de los principales problemas es que "uno de los extremos está en el gobierno". "¿Cómo hemos llegado hasta aquí?". En su opinión, el origen está en el 15 de mayo de 2011, cuando Podemos irrumpió en la política. "La culpa principal de lo que sucede es de dirigentes políticos que, con irresponsabilidad mayúscula, recurren a la ideología para alentar un conflicto entre izquierda y derecha. La autoridad busca una "salida antifascista". La ideología nubla el juicio de las personas, y por tanto, ayuda a ocultar las negligencias". Ay, Caño, en este gobierno solo hay ideología, no hay otra cosa. Y por cierto, muchas de las respuestas a tus preguntas están en el periódico que dirigiste. Pero qué te voy a contar a ti, que fuiste purgado por advertir del insensato sin escrúpulos que estaba al frente del PSOE.

ABC

"Faltan miles de muertos por honrar", ya que el Gobierno es incapaz de dar un número de fallecidos, que unos días aparecen y otros desaparecen con el sinvergüenza Fernando Simón.

El editorial alerta del "acoso y derribo para amedrentar a la juez". "Fiel a su cita con la manipulación y el barullo cuando vienen mal dadas, el gobierno y con él toda la izquierda, apuntaron ayer sus baterías contra la independencia judicial". "El objetivo de su ataque ha sido ahora la magistrada" que investiga el 8-M. ¿Qué tendrán que ocultar para poner tanto celo? "Lo relevante para destrozar la democracia no es un informe contundente y rebatible, sino el abuso de Marlaska en su pretensión de entrar hasta la cocina de una investigación para amedrentar a una juez".

También Isabel San Sebastián alerta. "El tándem Sánchez-Iglesias no se detiene ante nada. Primero fue a por lo medios de comunicación, después a por las libertades civiles, políticas y económicas, ahora le ha tocado a la guardia civil y los próximos serán los jueces, llamados a dirimir las denuncias contra el gobierno". Preparados para la resistencia. O el exilio.

La Razón

"8-M: Sánchez vuelve a usar a la abogacía del Estado contra los jueces". Dice el editorial que "aunque forma parte de las reglas del juego que la abogacía del Estado actúe como mero instrumento jurídico del gobierno de turno, lo cierto es que el escrito de apelación de la letrada Seoane roza peligrosamente la descalificación profesional de la magistrada". "Que la abogada Seoane insinúe un exceso de celo en la celeridad de la actuación de la juez sería risible, si no fuera por la realidad de la tragedia". Hay que ser indecente para reprochar a la juez que se dé prisa en investigar qué pasó para que hayan muerto 30.000 personas (según cifras oficiales, las reales las desconocemos).

"Sánchez no duda en utilizar todos lo medios a su alcance para deslegitimar unas actuaciones judiciales que, sin prejuzgar responsabilidades, responden a un hecho de máxima gravedad para el conjunto de la sociedad española. No solo lo hemos visto en la campaña desatada contra la magistrada Rodríguez Médel, sino en el esfuerzo, digno de mejor causa, con que los medios gubernamentales y afines" —entre ellos La Sexta, del mismo grupo que La Razón— tratan de desvirtuar el contenido de los informes".

Cree La Razón que todo esto se debe a la "mala conciencia de un gobierno" que, pese a conocer el peligro de la pandemia, "prefirió dejarse llevar por sus prejuicios ideológicos e impulsó las manifestaciones". Eso sería si alguien en el gobierno tuviera conciencia.

Pero que pierdan toda esperanza, "para la inmensa mayoría de la opinión pública, el veredicto de aquello ya está dictado y, por supuesto, no es muy favorecedor de la actuación del Ejecutivo, que en lugar de preocuparse por el silencio de los servidores del Estado debería pedir disculpas". Bueno, no sé si los familiares de los muertos se van a contentar con unas simples disculpas. Pero tampoco sobran.

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