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Iglesias dinamita la Comisión de Reconstrucción culpando al PP de la crisis sanitaria y acusando a Vox de golpista

El portavoz de Vox abandona la sala y Patxi Lopez termina pidiendo disculpas por no haber "estado a la altura".

El portavoz de Vox abandona la sala y Patxi Lopez termina pidiendo disculpas por no haber "estado a la altura".

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, dinamitaba este jueves la Comisión para la Reconstrucción creada en el Congreso de los Diputados tras la crisis de la covid-19 arremetiendo duramente contra el PP, al que venía a culpar de la situación sanitaria y, sobre todo, provocando un tenso incidente al acusar a Vox de querer dar "un golpe de Estado" pero no atreverse a ello. El portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, abandonaba airadamente la sala Ernest Lluch de la Cámara Baja e Iglesias le despedía con sarcasmo: "Cierre la puerta, señoría" tras haberse negado a rectificar sus palabras.

El presidente de la comisión, Patxi López, en la reanudación por la tarde, con motivo de la comparecencia de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, pedía disculpas por no haber estado "a la altura" y agradecía a Espinosa, sin citarlo, que hubiese regresado. El portavoz de Vox agradecía igualmente las disculpas y las elogiaba, "es un gesto honroso" al tiempo que pedía que fuese el propio Iglesias quien se disculpase. "Estamos seguros de que el vicepresidente del Gobierno, que tiene un cargo institucional de enorme importancia, pronto presentará sus disculpas también".

Duros reproches y ataques al PP

Iglesias, en su primera intervención por la mañana, aseguraba que esa comisión parlamentaria es el ámbito adecuado para "poner sobre la mesa determinadas lecciones que nos deja esta emergencia y que creo que todo el mundo tiene en la cabeza". El vicepresidente segundo se dirigía directamente a los populares: "Hoy todo el mundo tiene claro que los recortes de más de 7.000 millones de euros en la Sanidad Pública, las privatizaciones y la precarización de las condiciones de trabajo de sus profesionales que ustedes perpetraron, fueron decisiones absolutamente equivocadas que nos han debilitado como país para enfrentarnos a una situación como esta" aseguraba antes de añadir que "nunca más se pueden repetir los ataques a la sanidad pública". "Se lo digo con el ánimo más constructivo" concluía.

Tras esta andanada inicial, en forma de mano tendida, hacia el primer partido de la oposición, el vicepresidente desglosaba la agenda ideológica de Podemos con la intención de que los populares se sumen a ella. Y lo hacía poniendo particular énfasis en un discurso proteccionista en materia económica, ya que a su juicio "todo el mundo, vote al partido que vote, tiene claro que nunca más puede volver a suceder que España no tenga la capacidad de proveer a nuestro sistema sanitario de materiales básicos, como respiradores o equipos de protección individual"; y también, muy singularmente, en el llamado impuesto a las "grandes fortunas".

De nuevo partiendo de la premisa de que todo el mundo está de acuerdo, independientemente de a qué partido vote, Iglesias afirmaba que "reconstruir la justicia fiscal es también una cuestión de patriotismo. En 2019, España recaudó un 7,4% del PIB menos que la media de la zona euro. A todos nosotros nos pagan los ciudadanos para defender sus intereses y para defender España, y creo, por tanto, que todos tenemos la obligación de trabajar para corregir esa desventaja en términos de justicia fiscal que tiene nuestra patria respecto a los países de nuestro entorno".

La acusación a Vox

Pero el momento de mayor tensión se producía cuando Iglesias ejercía su turno de réplica al diputado del PP Mario Garcés, y defendía que él dialogaría siempre con el ex presidente catalán fugado de la Justicia, Carles Puigdemont, como líder de una formación a la que, decía, "votan muchos españoles".

A continuación decía que "se puede imaginar la opinión que tengo yo del señor Espinosa de los Monteros o del señor Abascal, pero les han votado muchos ciudadanos españoles, y aunque a veces parezca que más quieren dar un golpe de Estado que proteger la democracia española, estoy dispuesto a dialogar con cualquiera".

En ese momento, Iván Espinosa de los Monteros interrumpía el discurso para pedir al presidente de la comisión, el socialista Patxi López, que tomase "cartas en el asunto" ante una "manifestación absolutamente intolerable, que falta a la verdad y que es tremendamente ofensiva para nuestro grupo parlamentario y los cuatro millones de personas que le han votado".

Patxi López, visiblemente enfadado y tuteando al portavoz de la tercera fuerza de la Cámara Baja, excusaba a Iglesias: "Ha dicho que parece que, no que vayan a dar un golpe de Estado. Es que no tiene la misma categoría, claro, y aquí alguno tiene la piel muy fina… Estoy hablando yo y no tiene la palabra".

Finalmente, e instado por Espinosa de los Monteros, le preguntaba a Iglesias "si quiere retirar" su afirmación, momento en el que el vicepresidente, sonriendo visiblemente, subía la apuesta: "Voy a ser todavía más preciso: yo creo, señor Espinosa de los Monteros, que a ustedes les gustaría dar un golpe de Estado, pero que no se atreven, porque para eso, además de desearlo y de pedirlo, hay que atreverse".

En ese momento el portavoz de Vox abandonaba visiblemente airado la sala asegurando que esa comisión es "una vergüenza" y que no lo iba a consentir. Iglesias, ante la pasividad del presidente López, le preguntaba irónicamente que en "qué se iba a traducir" esa afirmación, "por saberlo" apostillaba con una amplia sonrisa, mientras López les pedía no entrar "en diálogos". Con la misma sorna, Iglesias añadía: "Cierre al salir", sin que el presidente de la comisión hiciese nada más.

"Ha venido a reventar la Comisión"

Inmediatamente después de abandonar la sala, Espinosa de los Monteros acusaba a Iglesias de haber venido para "reventar" la Comisión de la Reconstrucción y demostrar que el cargo de vicepresidente le viene grande. "Sigue demostrando su incapacidad para gobernar y está en la misma clave que cuando era estudiante y llamaba a tomar las calles, realizar escraches, impedía hablar a los que no pensaban como él y llamaba a la violencia", decía.

También el presidente de Vox, Santiago Abascal, respondía a Iglesias a través de las redes sociales acusando al vicepresidente de ser "él quien sabe de golpes de Estado porque es lo que ha apoyado y promovido en Hispanoamérica en la última década". "No, nosotros queremos el Estado de derecho", defendía Abascal para a continuación acusar a Iglesias de "temerlo porque sabe que, si impera la justicia, acabará en la cárcel".

Las disculpas de Patxi López

Ante el revuelo generado por el espectáculo vivido en el Congreso, el presidente de la comisión, Patxi López, comenzaba su intervención vespertina disculpándose por "no haber estado a la altura", sin referirse de forma explícita a Iglesias ni a Espinosa, protagonistas de la disputa, aunque agradeciendo a quienes habían vuelto a la sala, en clara referencia al portavoz de Vox, quien agradecía las disculpas y pedía que Iglesias hiciese lo mismo.

"Cuando uno se equivoca lo correcto es corregir el error y pedir disculpas", aseguraba López antes de añadir que los ciudadanos "no necesitan de la política broncas, sino propuestas y soluciones", repartiendo culpas por igual entre el vicepresidente y el portavoz de Vox.

Fuentes del partido explican a Libertad Digital que López abordó a Espinosa durante el receso de la sesión para transmitirle que se había equivocado y que iba a pedir disculpas, motivo por el cual renunció a exigir una rectificación nada más reanudarse la comisión parlamentaria. Al comprobar que el presidente se refería por igual al comportamiento de "todos" los diputados, el portavoz de Vox tomó la palabra para dejar patente que era el agraviado y exigir una rectificación a Iglesias.

La sesión de tarde tenía aún un sobresalto más cuando tras la réplica de la diputada de Vox, Inés María Cañizares, a la vicepresidenta Calviño, en la que había aludido a los "pirómanos comunistas" en referencia a Podemos. El diputado de la formación morada y Secretario General del Partido Comunista de España (PCE) Enrique Santiago, se indignaba y trataba de replicar desde la mesa de la comisión, a la que pertenece.

López, alertado por un letrado de la improcedencia del gesto, confrontaba abiertamente con el parlamentario comunista, al que conminaba en medio de una nueva trifulca a bajar de la mesa para hacer su alocución. Santiago le afeaba a López que no hubiese dicho "nada" ante un "chorreo de insultos constante".

El presidente de la comisión le interrumpía y volvía a dirigirse a todos los diputados, aludiendo incluso a su experiencia política en el País Vasco, donde llegó a ser lehendakari: "Yo llevo media vida escoltado por defender la libertad. Déjame acabar, que no tienes la palabra, un poco de educación" decía visiblemente molesto con Santiago, y añadía: "Y lo llevo para que la gente pueda decir lo que le da la gana. Pero debiéramos hacer una reflexión: si tenemos que decir lo que nos da la gana sobre todo, en todas partes" argumentaba, antes de, en tono de reprimenda, instar a los diputados a tener otra actitud. "Ya está bien, un poco de entender que si en algún momento podemos demostrar para qué sirve la política es este" sentenciaba.

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