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Sánchez toma las riendas de la negociación y orilla a Lastra tras su "doble error" al pactar con Bildu

Moncloa adelanta que el presidente llamó el miércoles a Edmundo Bal; en paralelo, Calvo y Ábalos cierran acuerdos con PNV, CC y NC.

Moncloa adelanta que el presidente llamó el miércoles a Edmundo Bal; en paralelo, Calvo y Ábalos cierran acuerdos con PNV, CC y NC.
Sánchez y Lastra en imagen de archivo | EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciará este sábado la sexta y última prórroga del estado de alarma para la que ya tiene los votos prácticamente cerrados. Según adelantan fuentes de Moncloa a Libertad Digital, el Gobierno volverá a contar con PNV, Ciudadanos y CC para obtener la luz verde como hace diez días en una votación que resultó crítica y en la que consumó el viraje al centro con la interlocución con Ciudadanos.

Una alianza con la formación naranja que se consolidará nuevamente mediante contactos al máximo nivel. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tomado personalmente las riendas de la negociación con Ciudadanos y el pasado miércoles telefoneó al diputado y líder interino de Cs, Edmundo Bal, para amarrar sus diez votos a favor.

En paralelo, la vicepresidenta, Carmen Calvo, pilota los contactos con el PNV, y el secretario de Organización y ministro, José Luis Ábalos, se encarga de la guinda de la luz verde: las formaciones canarias, Coalición Canaria y Nueva Canarias, cuyos portavoces, Ana Oramas y Pedro Quevedo, también facilitaron la quinta prórroga del estado de alarma.

Lastra, cuestionada y apartada de la negociación

Es el núcleo duro de Moncloa quien dirige las negociaciones, lo cual cuestiona y orilla a la principal responsable del "error" del pacto con Bildu, la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra. Según las fuentes consultadas por este periódico, Lastra no ha estado en ningún momento en la cuerda floja pero sí cuestionada por un pacto que provocó el plantón de la CEOE a la mesa de diálogo social y que motivó la llamada del presidente, Pedro Sánchez, al presidente de los empresarios, Antonio Garamendi.

Cuentan estas fuentes el argumento que empleó Sánchez con Garamendi para convencerle de que el pacto con Bildu fue un error. Primero, porque la palabra "íntegra", que se adjuntó a la promesa de la derogación de la reforma laboral, se la "colaron" a Adriana Lastra en una negociación que no priorizó Moncloa y cuyos detalles conoció el Gobierno varias horas después de que se votara en el Congreso, forzando a que el PSOE emitiera un comunicado a las doce de la noche del miércoles rectificando y acotando el pacto.

Según estas fuentes, fue un "doble error" porque el pacto fue a cambio de nada: "No se negocia nada a cambio de una abstención" que, por otra parte, no necesitaba el Gobierno. Dos cuestiones que "o no vio Lastra o no supo valorar" provocando el enorme enfado de Pedro Sánchez en la noche de autos. La portavoz socialista, mano izquierda del presidente, persona de su máxima confianza y de la que "nunca prescindiría", es por tanto la principal sacrificada en esta negociación; como en su día lo fue su mano derecha, José Luis Ábalos, apartado de las ruedas de prensa de Ferraz a la espera de que escampara la tormenta por el caso Delcy. La diferencia esta vez es que ha mediado el cabreo del jefe, que por fortuna para Lastra, suelen durar poco.

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