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Xavier Pericay: "Entré en Ciudadanos ingenuamente convencido de que era un partido distinto"

El fundador y ex líder de Cs en Baleares charla desde su confinamiento sobre su experiencia en el partido y su trayectoria vital y literaria.

El fundador y ex líder de Cs en Baleares charla desde su confinamiento sobre su experiencia en el partido y su trayectoria vital y literaria.

Xavier Pericay (Barcelona, 1956) admite estar pasando un buen confinamiento, a pesar de ser consciente de que la experiencia no es igual para todo el mundo. En su casa familiar en el campo, en las afueras de Palma de Mallorca, donde se instaló hace años, pasa los días sumergido en la lectura y la escritura, como siempre, y aprovechando las ventajas de la Fase 2, que le permite incluso disfrutar de la playa.

Para que la experiencia fuese completamente gozosa, también para los lectores de esta entrevista, faltaría una mejor conexión a internet en esa segunda residencia, lo que nos impide ofrecer íntegra la conversación por videollamada, aunque los buenos oficios del departamento audiovisual de Libertad Digital, con mención especial para Juan Manuel Bonaque, Iván Martínez y David Alonso, han permitido rescatar buena parte de la misma.

Todo eso ya lejos de las responsabilidades políticas que ocuparon su vida el último lustro, cuando ejerció como portavoz de Ciudadanos en el Parlamento de Baleares y miembro de la Ejecutiva del partido naranja. Pericay es el único de los quince intelectuales que fundaron el partido en 2005 que ha hecho política en la formación, a la que sigue afiliado, pese a que en 2019 perdió, primero, su condición de diputado autonómico y luego renunció a sus responsabilidades orgánicas.

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Xavier Pericay, durante una entrevista en esRadio. | David Alonso.

Lo cuenta con detalle no exento de morbo político en "¡Vamos?", el libro que la editorial Sloper puso a la venta a principios de este año, justo a tiempo de distribuirlo y promocionarlo correctamente. Hasta que llegue en septiembre el esperado libro de Albert Rivera, que de no ser por el coronavirus ya se habría publicado, es el principal testimonio en primera persona de lo vivido en Ciudadanos en ese convulso año, que comenzó con los aires triunfales de las elecciones de abril, cuando Rivera coqueteaba con destronar a Pablo Casado como líder del centroderecha, y terminó con el batacazo de los comicios repetidos de noviembre, que provocaron la dimisión del hasta entonces único presidente del partido y precipitaron el relevo tomado finalmente el pasado marzo por Inés Arrimadas.

Pericay, cuyo libro no ha sentado bien, como era de esperar, en determinados sectores del partido, se defiende asegurando que "yo estoy muy tranquilo sobre lo que he contado en mi libro, no he contado nada que no fuera cierto, ni he contando nada que pudiera de algún modo ser desmentido. A veces parece petulante escribir un libro, pero yo lo he hecho para contar la verdad, para que la gente supiera lo que me había pasado a mí. Muy a menudo yo mismo reconozco mi grado de responsabilidad en lo que me ha ocurrido. Faltaría más. Yo fui muy ingenuo, y es verdad, yo me sigo responsabilizando de todas aquellas decisiones que se tomaron mientras yo estuve en la Ejecutiva, en la medida en que yo pude…digamos, tomar alguna decisión".

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Xavier Pericay, junto a Rivera en un mitin de Ciudadanos en 2015. | EFE

Al mismo tiempo confiesa: "Yo entré en un partido ingenuamente convencido de que entraba en un partido distinto. Y luego me di cuenta de que no, de que yo no entraba en un partido distinto, sino en uno como todos los demás, sobre todo desde el punto de vista organizativo". Y es que a su juicio, la estructura "extremadamente centralizada", uno de los principales caballos de batalla del vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, cuando le disputó a Arrimadas la presidencia en las primarias del pasado marzo, es un lastre para la formación, y eso, denuncia, no ha cambiado en la nueva etapa. "El partido no deja capacidad de decisión, a ningún nivel, a los que estábamos en la Ejecutiva" afirma.

Unas actitudes propias de los "viejos partidos" en las que a su juicio también cabe inscribir la reciente designación como senador por Andalucía de uno de los más señalados en su libro, el ex Secretario de Organización, Fran Hervías. "Incluso ha tenido que apartarse alguien para que pudiera ser él" afirma en referencia a Fran Carrillo, quien deja el Senado para centrarse en su tarea como portavoz adjunto en el Parlamento andaluz, donde es diputado por Córdoba.

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Los quince fundadores de Ciudadanos, entre ellos Pericay, en el acto de presentación del primer manifiesto en 2005. | EFE

En cuanto a la estrategia actual de Arrimadas, advierte del "peligro" de que su apoyo a las prórrogas del estado de alarma se mezcle con "el equilibrio interno del Gobierno". Una situación muy difícil de gestionar, asegura, con alguien como Pedro Sánchez, a quien no duda en calificar de "absolutamente amoral".

El viejo periodismo

Pero además de política, la charla transcurre por los meandros del viejo periodismo español que Pericay tanto ha contribuido a reivindicar, con figuras señeras como Josep Pla, Manuel Chaves Nogales, Julio Camba y Gaziel, el cuarteto cuyas crónicas de la II República editó para un libro de Destino imprescindible para los amantes del periodismo, y de la Historia de España.

"Una generación irrepetible" subraya, que escribieron sobre periodos de nuestro pasado como el republicano de los años treinta "profundamente desconocido. Idolatrado absolutamente, o denostado absolutamente, pero también profundamente desconocido por la gente común. Hay unos tópicos sobre la República y yo creo que ese libro, a pesar de que no es una historia, en sí, de la República, pero sí es una visión, o cuatro visiones, que completan muy bien lo que fue la República desde puntos de vista a veces distintos. Chaves Nogales, probablemente, de los cuatro, es el que está más a la izquierda; probablemente Camba es el que tiene una visión más a la derecha. Pla y Gaziel se encuentran en una postura más centrada. Probablemente Pla un pelín más conservador, menos pro republicano".

Al hilo de eso, Pericay llega a afirmar que La Vanguardia, el centenario periódico de Barcelona que dirigió Gaziel es un medio tanto "franquista" como "independentista". "Lo que le echen, sobre todo si hay dinero por medio" concluye este barcelonés, que narra también su pasado "maragallista" cuando trabajó en el ayuntamiento del alcalde olímpico, Pascual Maragall, antes de desencantarse del PSC y el Pacto de Tinell del primer tripartito en 2003, que no duda en calificar como el "primer precedente de racismo político" en la España contemporánea y que llevaría a su antiguo referente a presidir el Gobierno catalán con ERC como principal socio. En definitiva, política, periodismo, escritura y otra vez política, casi sin solución de continuidad, en esta entrevista en profundidad, que merece la pena seguir, a pesar de la titubeante conexión.

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