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La dirección del PDeCAT se resiste al harakiri que le exigen Puigdemont y los presos

El prófugo y los golpistas encarcelados pretenden que el partido se disuelva en una nueva formación bajo las siglas de Junts per Catalunya.

El prófugo y los golpistas encarcelados pretenden que el partido se disuelva en una nueva formación bajo las siglas de Junts per Catalunya.
Carles Puigdemont en una imagen de archivo. | EFE

La dirección del PDeCAT, la formación heredera de Convergencia, se resiste a sucumbir a los deseos de Carles Puigdmeont, que pretende disolver el partido en una nueva formación que adopte el nombre de Junts per Catalunya (JxCat), la marca electoral con la que concurrió a las elecciones autonómicas del 155.

Sería la enésima refundación de Convergencia, pero esta vez renunciando expresamente al "legado" del partido de Pujol, uno de cuyos tesoreros, Daniel Osàcar, acaba de ingresar en prisión para cumplir condena por el caso Palau.

El expresident avala la propuesta de los presos golpistas posconvergentes Jordi Turull, Josep Rull y Quim Forn, que han hecho llegar a la dirección del partido su deseo de que se integre en Junts per Catalunya en confluencia con la Crida per la República, la formación creada por Puigdemont y dirigida por otro preso, Jordi Sànchez, con el objetivo de ampliar la base social del separatismo.

Según la tesis de los presos, el PDeCAT debería disolverse en el seno de JxCat junto a la Crida en una operación en la que no debe haber "ni cuotas ni vetos". Apuntan, no obstante, que el partido podría subsistir y que estaría permitida la doble militancia. Según Puigdemont, "lo que han propuesto merece el aplauso, por su responsabilidad y empatía en un momento decisivo para nuestro espacio político".

La dirección rechaza a los presos

Sin embargo, el plan de los presos ha sido rechazado por la dirección del PDeCAT por quince votos en contra, cinco a favor y tres abstenciones. Los partidarios de la disolución son minoría en la dirección frente al presidente del partido, David Bonvehí, y sus fieles, pero cuentan con la carta del peso de Puigdemont entre la militancia y ya han reclamado que la decisión se someta al escrutinio de las bases del partido.

Los "oficialistas" han replicado a través del portavoz de la formación, Marc Solsona, quien ha dejado claro que el partido está preparado y dispuesto si es necesario a concurrir al margen de JxCat y Puigdmeont en las próximas elecciones autonómicas, que todo el mundo sitúa en el próximo otoño o a comienzos de invierno. Tampoco ha descartado que el partido se quiebre.

La irrupción este fin de semana del nuevo Partido Nacionalista Catalán (PNC) liderado por Marta Pascal, expulsada del PDeCAT por Puigdemont y vinculada a David Bonvehí, con quien compartió la dirección en los primeros pasos de dicho PDeCAT, tensa todavía más el universo posconvergente. La posibilidad de una entente está sobre la mesa y cada día cobra más fuerza ante las imposiciones de Puigdemont, que quiere manos libres y desvincularse de la corrupción asociada a Convergencia.

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