Uno de los rebrotes de coronavirus que está afectando a la provincia de Huesca va a provocar que las Fuerzas Armadas vuelvan a salir de los cuarteles para dar apoyo en la crisis sanitaria. Poco más de dos meses de que se diese por concluida la operación Balmis —cuya segunda fase quedó lista para activarse en un espacio temporal de 24-48 horas—, se está preparando ya una nueva intervención en la localidad oscense de Albalate de Cinca.
Esta participación de los militares ha sido solicitada en las últimas horas tanto por las autoridades locales como por las provinciales y autonómicas después de que se haya comprobado que 29 trabajadores temporeros que se encuentran en esta pequeña localidad —que apenas sobrepasa el millar de vecinos censados— se han contagiado con la enfermedad y que hay que aislarlos de alguna forma para que no prosigan los contagios.
Estos temporeros estaban utilizando hasta ahora para vivir, mientras realizan su trabajo, un albergue ilegal que había sido apañado en un antiguo almacén y que no tiene ninguna de las necesidades sanitarias necesarias. Con este despliegue se quiere asegurar que todos los infectados guarden el confinamiento necesario y que lo hagan además en unas condiciones sanitarias lo más óptimas posibles.
Fuentes del Ministerio de Defensa han explicado este miércoles a Libertad Digital que los primeros militares del Ejército de Tierra han estado durante esta tarde en el municipio "para estudiar la posibilidad de desplegar en la zona la instalación de tiendas y un contenedor de ablución —higiénicos y sanitarios— donde alojar al grupo de temporeros que han dado positivos asintomáticos de covid-19". "Con esta decisión se pretende ayudar a contener un posible brote", han añadido.