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"Cayetana es nula para el turbio negocio de la política: no sabe militar"

En este atípico mes de agosto no dejan de producirse noticias. Ahora, la destitución de Cayetana mientras el virus sigue campando a sus anchas.

En este atípico mes de agosto no dejan de producirse noticias. Ahora, la destitución de Cayetana mientras el virus sigue campando a sus anchas.
Cayetana Álvarez de Toledo. | EFE

El Mundo

"Pablo Casado fulmina a Cayetana Álvarez de Toledo para remodelar el PP". Rosell advierte a Casado en el editorial. "Su destitución ayer, paradójicamente, es mucho más celebrada por quienes nunca votarían al PP que por muchos españoles que nunca han aceptado que el centroderecha caiga en la trampa de Moncloa que presenta con éxito como radical a la oposición si no se pliega sumisamente al Gobierno y sus políticas". Con algunas excepciones.

"Lo ocurrido supone al fin una cesión de Casado a los barones del partido. Pero le obliga ahora a explicar qué significa y en qué se traduce el retorno a una centralidad que tanto parece asemejarse al marianismo que él prometió superar. En todo caso, la nueva estrategia del PP no puede significar otra vez evitar los conflictos u orillar las batallas ideológicas". Uy que no. Lo cierto es que es una batalla imposible de ganar con los medios de comunicación que tenemos.

Jorge Bustos explica que "Cayetana no sabe militar", que lo de obedecer y cerrar la boquita a cambio de un buen carguito, pues como que no va con ella. Tiene una "obstinada concepción de la política como una épica batalla de ideas racionalmente defendidas en el ágora y nulo instinto de poder para sobrevivir en la política real: un turbio negocio donde se trafica con emociones simples hacia afuera y con lealtades complejas hacia dentro". Habla Bustos de tres malentendidos. "El primero es de carácter espacial: sus intervenciones no se ajustan al entorno. Aquí se puede tolerar a una marquesa siempre que no se salga del cuché, a una mujer siempre que no se salga del identitarismo de género e incluso a una pepera siempre que asuma la superioridad moral de la izquierda". Eso no se cuestiona jamás.

El otro malentendido ha sido "orgánico". "CAT tiene ideas propias. Pero Casado lo sabía cuando la fichó; es más, la fichó por eso. Para dar la batalla de las ideas, decía. Ahora la desposee del cargo porque la cree "incompatible con su autoridad". ¿Qué autoridad, la de antes o la de ahora?". Déjalo en qué autoridad, Bustos, Casado parece buen chico. Nada más.

"El tercero es conceptual. CAT no ha sido en su vida una conservadora ni encaja en las histéricas etiquetas que distribuyen Ferraz y sus satélites de todas las redacciones". Cayetana no encajará nunca en un partido. Le falta obediencia perruna.

El País

"Casado cesa a Álvarez de Toledo tras defender un Gobierno con el PSOE". Natalia Junquera sí que tiene claro que es ser militante. "Si lo hizo una vez, nada impedía que volviera a hacerlo, advirtieron los barones del PP. Pero Pablo Casado no les hizo caso y nombró portavoz en el Congreso a quien unos años antes había abandonado la política aireando sus discrepancias con Mariano Rajoy. Ni eso, ni el hecho de que Cayetana Álvarez de Toledo hubiese confesado haber votado a otro partido, Ciudadanos, desanimó al líder del PP a nombrarla portavoz en el Congreso". Cómo es posible que un partido fiche a alguien que ha votado alguna vez a otro partido. Inaudito. "La patrona de la fundación de Aznar", la llama. Y dice que "en los últimos meses había perdido protagonista después de reventar en varias ocasiones la estrategia del PP", en referencia a las dos maravillosas bofetadas que le arreó a Pablo Iglesias cuando el machista mayor del reino la trató de señora marquesa en el Congreso.

ABC

"Casado reorganiza el PP y releva a Álvarez de Toledo tras sonadas tensiones". También ABC ve una decisión arriesgada. "La decidida apuesta por perfiles moderados no oculta en cambio una dura pugna interna de poder más allá de las etiquetas que pretendan asignarse a cada uno de sus dirigentes". "Sin embargo, no es justo estigmatizar a Álvarez de Toledo como una exponente del «ala dura» o radical del PP. Su relevo puede ser incluso contraproducente en la medida en que un sector representativo de votantes huidos del PP hacia Vox simpatizan con su estilo contundente. Por eso el PP arriesga, y en ningún caso debería renunciar a ese votante si de lo que se trata es de ampliar el espectro electoral. Precisamente es eso lo que Casado quería recuperar con su designación, y ahora deberá asumir el peligro de frustrar ese plan". Ah, ¿pero Casado ha tenido alguna vez un plan?

La Razón

"Casado cesa a Álvarez de Toledo por ser solo 'portavoz de sí misma'". Sobradamente conocida es la animadversión que le tiene Atresmedia hacia Cayetana, "la marquesa del PP". Ni en la izquierda la odian tanto. Así que a nadie puede extrañar que hoy sea un día feliz para el periódico que dirige Francisco Marhuenda. Titula el editorial "la enmienda de un error", y la acusa de protagonizar "episodios de estrés en el que la podemos decir ya antigua portavoz ejercía de detonante y no como bálsamo". No venía a la política a hacer paripés y tragar. "Siempre provocó controversia y encono entre la vieja guardia del PP por un pasado de aceradas críticas y despiadados ataques a la organización". Que les cantaba las verdades del barquero sin despeinarse, quiere decir.

Francisco Marhuenda se duele en su columna de la "profunda deslealtad con Pablo Casado. Estaba convencido de que dejaría su escaño y se comportaría con una exquisita elegancia". Vamos, que Casado creía que se iría con la cabecita gacha, como hacen los políticos, para que el partido les compense con algún carguito discreto. "Debería recordar que los militantes votaron a Casado y no a ella". ¿Votaron a Casado o contra Rajoy?

Una crónica de Pablo Gómez da idea de la inquina de La Razón contra Cayetana. "Los únicos elogios a su figura los realizaron dirigentes de Vox. Desde las filas del PP felicitaron a la dirección: ‘Ya era hora’".

Desvela Pablo Gómez la verdadera razón de la manía a Cayetana. Por el "desaforado ataque contra La Sexta" acusándola de "hacer negocio con la erosión de nuestro sistema democrático". O sea, la verdad pura y dura. Pero claro, esa cadena tóxica que no aguanta ya ni la propia izquierda es el auténtico negocio de Atresmedia, y La Razón come de ellos. Y con el dinero de todos los españoles que Sánchez le ha regalado al grupo de comunicación en plena pandemia.

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