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'El País' sufre el "calvario de la familia Iglesias"

La vuelta al cole se está convirtiendo en un auténtico problema entre el acoso del virus y el acoso de la izquierda a Madrid.

El Mundo

"Las familias empiezan a buscar alternativas a asistir a clase ante el caos de la vuelta al colegio". Mientras el Gobierno es incapaz de idear algo para que los chavales vuelvan a clase, la izquierda y los sindicatos hacen piña para hacerle la vida imposible Ayuso jugueteando con la desgracia del coronavirus y la salud de los niños.

Rosell pone a caldo a los profesores madrileños por su "irresponsabilidad". "La actitud del colectivo de profesores -que sospechosamente se dirigen a la consejería de Educación madrileña incorporando consignas políticas a sus reivindicaciones en lugar de plantear sus exigencias a la ministra Celaá- es coherente con la falta de voluntad de colaboración demostrada hasta ahora. Cuando a finales de mayo se retomaron las clases en muchos países europeos, ellos se resistieron a volver, de la misma forma que se negaron a dar clases de refuerzo en verano. Ahora, pretenden que no se inicie el curso escolar, aunque con ello se vea vulnerado el derecho a la Educación de más de ocho millones de alumnos. El Ministerio de Educación, demostrando una vez más su negligencia", pero al colectivo solo le interesa tocarle las narices a Ayuso. Qué pandilla.

También reparte El Mundo a Iglesias por su "victimismo impostado" mientras "siguen justificando los escraches que ellos promovieron y protagonizaron durante años contra políticos de distintos colores por tener ideas distintas. Creen que los ataques contra la derecha son lícitos y que los únicos que tienen derecho a vivir en calma son ellos". Los medios podemitas se llenan estos días de columnistas tratando de explicar la diferencia entre un acoso a un político de izquierdas y un acoso a un político de derechas o no separatista. Que no es lo mismo, oiga.

"Dice Iglesias que sus hijos no tienen la culpa de que Irene Montero y él sean altos cargos. Tampoco la tenían los hijos de dirigentes como la ex presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, que sufrió hostigamiento, insultos o escupitajos a las puertas de casa, o la familia de Soraya Sáenz de Santamaría mientras era vicepresidenta. La perversa dinámica del acoso la emprendieron desde la formación morada, que presumían de que era "jarabe democrático". Debieran empezar por pedir perdón por haber llegado para emponzoñar de este modo la vida pública". O también puede Pablo Iglesias explicar a sus niños que se trata de un simple jarabe, que no se asusten. Que además fue su padre el que lo trajo a España. ¿Quería jarabe democrático? Pues toma dos cucharadas.

David Jiménez Torres habla de Cayetana. "El PP es un partido menos valiente, menos inteligente y menos coherente. el partido de la libertad destituye a alguien que tenía un perfil demasiado libre. El partido de la responsabilidad individual destituye a alguien que trataba a los votantes como adultos. El partido que se presenta como alternativa de Gobierno destituye a quien articulaba con lucidez y convicción un discurso alternativo al del Gobierno. El partido que habla de recompensar el esfuerzo destituye a quien se le unió cuando estaba en la ruina en que lo dejó el marianismo". Y lo de la "soberbia" de Cayetana suena más a "corrillo más a corrillo en Vetusta que a un partido serio y profesional". ¿Vetusta? ¿Te refieres a La Regenta de Clarín? Por dios, David, no seas marisabidillo, déjalo en patio de vecinas para que lo entiendan en el PP que quiere Casado.

El País

El País sufre un calvario por los Iglesias–Montero, un auténtico infierno. "El Gobierno extrema la seguridad por el acoso a ministros". "El movimiento de acoso se constata especialmente con Iglesias y el ambiente de odio se percibe en los grupos de extrema derecha y se refleja en la red social", esa que tanto le gusta a Podemos. "El calvario que está viviendo la familia Iglesias en su domicilio tiene difícil solución", dice porque "la casa -la choza, le falta decir – está en una urbanización sin ninguna limitación a la zona". Vamos, que el ejército de guardias civiles que tienen a su servicio no basta para garantizar la paz y el sosiego de los marqueses y sus retoños.

"Ni es un piso, ni una urbanización cerrada, donde resultaría mucho más fácil controlar". No creas, no creas, Cifuentes vive en un piso sin el cuerpo de la Guardia Civil a su disposición y sufrió -ella y sus hijos- los ataques, insultos y acosos de la extrema izquierda radical sin que nadie moviera un dedo, ni El País le dedicara una página para consolarla. El casoplón de los Iglesias -Montero "es por tanto el lugar más sencillo para el grupo de acosadores que se planta cada día en la vivienda para molestar a la familia y exigirles a gritos que se vayan de España". Se me ocurre una solución, mira. Que se vuelvan al pisito de Vallecas y dejen la chocita de Galapagar a los okupas. Resuelto el problema, mira, y sin que me pague el Ministerio del Interior.

"Lo cierto es que la situación actual es muy inusual. Hacía muchos años que la extrema derecha en España no suponía un problema". Qué va, la situación es de lo más usual desde que tuvimos la desgracia de que Podemos apareciera en nuestras vidas e impusiera el acoso y la violencia como modo de hacer política.

También el editorial sufre una llantina por los marqueses. "Ha habido de todo: pintadas insultantes, abucheos, una fuerte presión en las redes sociales, incluso amenazas a un restaurante en el que comieron". Puf, que se lo digan a Arrimadas, Girauta, el juez Llarena ¿Condenó la familia Iglesias estos ataques? ¿O eran jarabe democrático?

"Estos ataques a la vida privada de unos cargos públicos llevan desde hace tiempo formando parte de la vida pública de este país". Sí, con Podemos y los separatistas jaleándolo.

"Los discursos del odio y la descalificaciones permanentes del adversario han concentrado además en las redes sociales el caldo de cultivo idóneo para retroalimentarse y pontenciar su carga de furia y desprecio". Cierto, no hay más que echar un vistazo a los tuits de Echenique y los círculos podemitas.

"No hace falta subrayar hasta qué punto estas andanadas contribuyen a erosionar el marco democrático que garantizan los derechos y libertades". Sí, hace falta. Hacía falta que lo subrayara la izquierda cuando los acosados eran los políticos del PP y los constitucionalistas en Cataluña. Y que lo hubieran subrayado los medios afines.

Porque, dice ahora El País, estos métodos sólo favorecen "la crispación y embarran de matonismo la esfera pública". Para eso no hacen faltan escraches, ya lo hace Pablo Iglesias en el Congreso. Cierre al salir, señoría.

ABC

"Huelga educativa contra Madrid". Pero solo en Madrid, eh. "La estrategia no deja lugar a dudas", dice el editorial. "Lo lamentable es que vuelva a imperar el condicionante de desgaste político por encima de la protección de la salud pública. Resulta llamativo que esos mismos sindicatos no se escandalicen por la desaparición de la ministra de Educación, Isabel Celaá,… De existir motivos para una huelga, ésta debería ser convocada contra el Gobierno por su parálisis. Pero el objetivo final es otro -proteger a Pedro Sánchez-, y las «mareas» sindicales ni siquiera disimulan". Se les el plumero a kilómetros.

La Razón

El periódico de Marhuenda sigue buitreando con Cayetana y haciendo el trabajo al gobierno social comunista. "Los barones avalan el giro de Casado con Cayetana".

Francisco Marhuenda dice en su columna de hoy que a Cayetana le pasa como a Soraya, que "no tiene ningún peso en el PP". ¿Eso es malo o bueno? "Asistimos a un proceso de idealización" de la exportavoz popular como una "heroína defensora de la libertad". "No creo que Arrimadas o Abascal le ofrezcan nada a pesar de los elogios envenenados " que le dedican. Y aventura que Cayetana que acabara en el "periodismo, las tertulias y alguna fundación". "La fábula de su incompatibilidad con Casado, que simplemente era su aspiración para imponer un liderazgo bifronte, es el epílogo de una etapa y el inicio de una nueva donde encontrará un acomodo que le permita vengarse de quien apostó por ella". Como otros encuentran el acomodo desde la tribuna de un periódico para vengarse de una política que criticó al medio hermano.

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