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Empresarios de Gran Canaria: "No queremos que se nos vea como un campo de refugiados"

Empresarios, hoteleros y pescadores muestran su preocupación por el impacto de la inmigración ilegal y se defienden de las acusaciones de racismo.

Empresarios, hoteleros y pescadores muestran su preocupación por el impacto de la inmigración ilegal y se defienden de las acusaciones de racismo.
Un cayuco con 118 inmigrantes de origen subsahariano, entre ellos 12 posibles menores, llegó este viernes a Tenerife. | EFE

Los más de 12.000 inmigrantes que han llegado a Canarias en los últimos meses no solo han desbordado a la Policía, sino que también han puesto en pie de guerra a empresarios y vecinos de las zonas más afectadas. Según los últimos datos disponibles, la llegada de sin papeles a las islas se ha incrementado un 724% respecto al año anterior. El puerto de Arguineguín, en el sur de Gran Canaria, ha llegado a cobijar en su muelle a más de 1.700 personas en un solo día y nadie entiende por qué el Gobierno de España permite dos imágenes antagónicas, pero igualmente preocupantes. De un lado, el hacinamiento de los inmigrantes cuando llegan al muelle, donde tienen que esperar hasta 72 horas en condiciones inhumanas. De otro, que muchos de ellos sean alojados después en hoteles de 4 y 5 estrellas.

"No queremos que se nos vea como un campo de refugiados, no somos el nuevo Lesbos", se queja Bárbara Cabrera, presidenta de la Federación Empresarial Canaria de Ocio y Servicios (FECAO). A su juicio, la actuación del Gobierno no ha hecho sino empeorar las cosas ya que ha creado "un efecto llamada" que pone en peligro el futuro de una isla que vive del turismo. "Llevamos muchísimos años vendiendo el destino, gastando miles de millones de euros en posicionar Canarias como destino turístico, como para ahora permitir que se aloje a los inmigrantes en los hoteles –se queja esta empresaria-. Los hoteles son para los turistas".

La presidenta de FECAO es consciente del impacto que pueden tener sus declaraciones y, por eso, se justifica de antemano: "No se trata de ser insolidarios, ni mucho menos. Entendemos que hay un grave problema y entendemos que es una crisis de inmigración y que a esta gente hay que atenderla debidamente, pero también es verdad que hay otros sitios más adecuados y no podemos tirar por la borda el trabajo que hemos estado haciendo durante años". No en vano, según Bárbara Cabrera, los principales países emisores ya están recibiendo con preocupación las imágenes que les llegan de Canarias.

El miedo a ser tachado de racista

Su queja es también la de muchos hoteleros que se resisten a dar la cara por miedo a que les tachen de racistas o xenófobos. "Creo que cualquiera que viniera a Canarias lo entendería perfectamente, pero ya se sabe que la inmigración es un tema tabú y no están las cosas como para que te señalen públicamente", confiesa a Libertad Digital el responsable de una importante cadena hotelera de las islas. La decisión del Gobierno de recurrir a complejos turísticos ha permitido que varios establecimientos puedan sacar a algunos trabajadores del ERTE, pero, según este empresario, "hay que tener una visión a más largo plazo y lo que está ocurriendo en Canarias puede dejar tocado al sector".

Quien sí se atreve a alzar la voz es el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Arguineguín, que acusa a la prensa de suavizar lo que está pasando en las islas precisamente por tratarse un tema espinoso. "Hay un afán de ocultar todo esto y cuando dices lo que piensas, ya te tachan de racista", lamenta Ricardo Ortega. Aun así, la Cofradía de Pescadores ha convocado una manifestación para este sábado. Su objetivo no es otro que pedir a las autoridades que desmantelen el campamento de este muelle, al que, según denuncian, se está derivando a todos los inmigrantes que llegan a cualquier punto de Gran Canaria: "Esto no reúne las condiciones ni humanitarias, ni de sanidad ni de seguridad".

Un muelle "secuestrado"

Este viernes, el ministro del Interior se ha comprometido a retirar las carpas del muelle de Arguineguín y a trasladar todo el operativo al polvorín militar de Barranco Seco. Sin embargo, ha evitado dar una fecha concreta, ya que las instalaciones necesitan ser acondicionadas. Mientras tanto, los pescadores continúan sin un lugar donde reparar sus artes y los vecinos, sin un lugar para pasear. "Nos tienen el muelle prácticamente secuestrado", denuncia el patrón mayor, que advierte de que, además, esta situación ya está afectando también al restaurante de la Cofradía de Pescadores. "Antes esto era un sitio para comer y pasear -nos explica indignado-. Ahora, el paseo ya se acabó y ha bajado la clientela". Según Ortega, ya no solo es una cuestión de imagen, también de seguridad: "La semana pasada había 45 positivos en el muelle y eso echa para atrás".

"Racistas son los políticos que no le dan solución"

Desde la Cofradía de Pescadores creen que "hay sitios que reúnen mejores condiciones" para recibir y alojar a los inmigrantes que llegan a nuestro país e insisten es que no es una cuestión de racismo ni xenofobia. "Yo creo que este pueblo, igual que la sociedad canaria, no es racista -se defiende Ortega-. Racistas son los políticos que no le dan solución a esto, los que tienen a estas personas como han estado aquí, hasta 1.500 personas en el asfalto noche y día sin darles solución".

A su juicio, el presidente autonómico, Ángel Víctor Torres, debería plantarse de una vez por todas ante Pedro Sánchez. Sin embargo, su carné socialista no ayuda en absoluto: "La mala suerte que tenemos es que el mismo Gobierno que gobierna en España, gobierna en Canarias, y a veces ponen al partido por encima de los ciudadanos".

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