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Así funciona el radar para detectar inmigrantes que el Gobierno tiene "inservible" en Canarias

La dejadez de Pedro Sánchez tira a la basura 6 millones de euros y facilita la entrada de inmigrantes por el norte de las islas.

La dejadez de Pedro Sánchez tira a la basura 6 millones de euros y facilita la entrada de inmigrantes por el norte de las islas.
El radar para detectar inmigrantes acumula polvo en un almacén. | LD

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado en no pocas ocasiones que el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) que el Gobierno de Mariano Rajoy compró en 2015 para cubrir el norte de Lanzarote continúa guardado en un almacén a la espera de su instalación.

Se trata de un radar por el que el anterior Ejecutivo llegó a pagar seis millones de euros y que estaba previsto que se instalase en el Mirador del Río por considerarse una ubicación privilegiada. Además de ser el territorio más próximo a Marruecos, las corrientes marinas de Lanzarote facilitan el paso de las embarcaciones a otras islas del archipiélago. Por eso, la Guardia Civil consideraba fundamental la instalación de un SIVE en esta zona si se quería contar un arma eficaz con la que luchar contra la inmigración ilegal.

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El radar para detectar inmigrantes acumula polvo en un almacén.

Este Sistema Integrado de Vigilancia exterior combina un radar y cámaras infrarrojas, que permiten detectar embarcaciones a una distancia de hasta 12 millas náuticas. "Incluso se han llegado a detectar pateras a 18 millas cuando el mar está en buenas condiciones", aseguran las fuentes consultadas por Libertad Digital.

Los agentes que trabajan con este sistema cuentan con una pantalla en la que se puede ver un mapa de las islas "plagado de puntitos", que se corresponden con los movimientos que detecta el radar. Éste ofrece una valiosa información sobre la velocidad y el rumbo de todo aquello que capta. Cuando la Guardia Civil ve que se dirige a las costas españolas, no tiene más que enfocar las cámaras a ese punto concreto "para comprobar si se trata de una patera, un velero, un contenedor o un objeto que se ha caído al mar".

El cruce de ambos sistemas es muy importante, ya que por sí solos, ni el radar ni las cámaras servirían de nada. "Si únicamente se trabaja con el radar, tendrás miles de ecos, pero no sabrás lo que son a no ser que tengas muchísima experiencia -nos explican los agentes-. Si sólo tienes una cámara, tampoco sería de utilidad, porque no sabrías a dónde mirar. Puedes estar enfocando a 3 kilómetros y te estás perdiendo lo que ocurre a 5, que es donde hay una patera, por ejemplo".

Gracias a su funcionamiento integrado, sin embargo, el SIVE permite obtener una información precisa y muy valiosa para luchar contra la inmigración ilegal. En cuanto se detecta una embarcación, "los profesionales que vigilan las cámaras dan el aviso y rápidamente se moviliza a las patrullas de la Guardia Civil o a Salvamento Marítimo para que las interceda".

El hecho de que el sistema de Lanzarote haya sido "abandonado en un almacén" ofrece a los sin papeles y a las mafias una ruta alternativa para poder adentrarse en aguas españolas sin ser detectados. "Ellos saben que si vienen por el norte pueden llegar a cualquier isla, porque el SIVE no les va a ver", alertan los guardias civiles. Y no sólo eso, ya que hay otra realidad que los agentes denuncian y de la que nadie habla: las pateras que llegan con droga y que, según las fuentes consultadas por LD, no se están contabilizando.

Zapatero, testigo privilegiado de la llegada de pateras

Los agentes aseguran que el propio José Luis Rodríguez Zapatero ha sido testigo de la llegada de varias de ellas, ya que la playa de Famara, donde el expresidente compró un chalet en 2018, es el principal punto de llegada de muchas de ellas. "Este verano le han llegado unas cuantas a las puertas de su casa", bromean.

Al problema de seguridad que esta situación genera, se suma la gran pérdida económica que la dejadez del Gobierno supone para las arcas públicas. El SIVE, que permanece guardado en un cuartel de la Guardia Civil en la localidad de Teguise, costó 6 millones de euros que hoy se puede decir que se han tirado a la basura. "Seguramente esté inservible, oxidado y obsoleto, además de que ya no tendrá garantía. A ver quién es el listo que instala eso, incluso aunque ahora quisieran remediarlo", lamentan los agentes.

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