
Nueva muestra de "lealtad" de los socios preferentes de Pedro Sánchez, los nacionalistas de Cataluña. El consejero de Interior de la Generalidad, la consejera de Salud y el secretario de Salud Pública han coincidido en afirmar este jueves que se han visto obligados a permitir la reapertura de bares y restaurantes porque el Estado no traspasa a la Generalidad los fondos necesarios para ayudar al sector de la restauración y mantener el cierre.
El titular de Interior, Miquel Sàmper (JxCat) ha manifestado que "si tuviéramos dinero habríamos mantenido el cierre de la restauración". "Alemania y Francia han pagado un porcentaje muy alto de la facturación, pero nosotros no lo podemos hacer porque el Estado no nos traspasa los recursos. Si tuviéramos ayudas seguiríamos la línea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y seríamos más restrictivos", ha añadido.
Estas palabras han sido respaldadas por la consejera de Salud, Alba Vergés (ERC), quien ha pedido al Estado "corresponsabilidad e implicación" y ha alertado sobre la presión del sistema sanitario. Más claro aún ha sido el secretario de Salud Pública, el doctor Josep Maria Argimon, quien ha dicho en TV3 que "si pudiéramos pagar las ayudas de manera directa a los sectores afectados no estaríamos permitiendo que se reabran negocios". Según Argimon, la voz científica del gobierno catalán, con los actuales datos de la epidemia no se tendría que permitir una desescalada, pero que la urgencia económica de los sectores afectados obliga a la administración autonómica a abrir la mano.
El Estado "no cumple"
De esta manera, la Generalidad atribuye la responsabilidad sobre un posible rebrote causado por la reapertura de bares y restaurantes al Estado, que según la retórica habitual de los separatistas no cumple con sus compromisos con los ciudadanos catalanes y no traspasa a la Generalidad los fondos necesarios para hacer frente a los gastos sanitarios y a la crisis en sectores como el de la restauración, la cultura o el ocio nocturno.
Si durante la primera fase de la pandemia la tesis nacionalista fue que con la independencia no hubiera muerto tanta gente, en esta segunda es que el Estado mantiene la asfixia financiera sobre la Generalidad, que se ve obligada a permitir la reapertura de bares y restaurantes aún a riesgo de un rebrote y de poner en aprietos el sistema sanitario.
Las declaraciones se producen un día después de que ERC vendiera su acuerdo con el Gobierno para aprobar los Presupuestos Generales del Estado tras obtener concesiones como la eliminación del español de la enseñanza o inversiones por valor de 2.300 millones en Cataluña.