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"Parla català o emigra": nueva amenaza separatista contra un restaurante

El independentismo acosa a la dueña italiana de una pizzería de Barcelona por no saber hablar catalán.

El independentismo acosa a la dueña italiana de una pizzería de Barcelona por no saber hablar catalán.
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El señalamiento de bares, restaurantes y todo tipo de comercios por razones lingüísticas se ha convertido en un clásico en la Cataluña del proceso separatista. Son incontables ya los casos de acoso promovidos por individuos que aseguran que no se les atendió en catalán, que la carta no estaba en catalán o incluso que se empleaba el español como lengua de bienvenida.

El último ejemplo, la pizzería Marinella, regentada por una joven italiana en el barrio del Clot de Barcelona. Un cliente instó el boicot independentista a través de las redes porque la mujer le pidió que hablara más despacio. Ella no habla el catalán, pero si le hablan despacio lo entiende y no tiene ningún problema en atender a los clientes que le hablan en esa lengua. Sin embargo, este cliente se sintió sumamente ofendido, alegó que se estaban vulnerando sus derechos, que para atender al público la mujer debía saber catalán, que incumplía las "leyes catalanas" y que las cosas no se iban a quedar así.

En el local había más clientes y uno de ellos instó al ofendido a bajar el tono, pero el intento de apaciguamiento no funcionó. "Tú no te metas donde no te llaman", dijo el aludido y ahí fue donde la dueña del restaurante dijo "basta". No podía tolerar que el sujeto se metiera con otros clientes y le echó del establecimiento. Se fue profiriendo amenazas y advirtiendo a la mujer de que tendría "problemas".

Una de las curiosidades del caso es que el tipo era un cliente habitual y que era la primera vez que manifestaba tales quebrantos. Tras la escena en el restaurante, el sujeto elevó su irritación a las redes sociales, donde no pocos usuarios amenazaron e insultaron a la propietaria del restaurante mientras proferían toda clase de lamentos sobre la supuesta persecución del catalán en Cataluña y la predominancia del español.

Amenazas por teléfono

Como es habitual, los llamamientos al boicot se combinaron con insultos, advertencias y "recomendaciones" a la propietaria para que regrese a Italia, pero no sólo en Twitter sino a través de llamadas telefónicas. También hubo pedidos falsos a través del teléfono o por correo electrónico, miradas de odio de algunos sujetos al pasar por delante del local.

El culmen ha sido una pintada en la fachada del restaurante con el siguiente aviso: "Parla català o emigra", "A Catalunya en català" y el número 33, el equivalente al 88 hitleriano y que los separatistas traducen por "Cataluña catalana".

La dueña responde que ella hace pizzas, no política, que de su negocio viven tres familias y que ella hasta se ha comprado un piso en Barcelona. Además, agradece el apoyo recibido a través de la etiqueta en Twitter #YoConRestauranteMarinella que trata de paliar los llamamientos al boicot. No consta que se esté investigando a los autores de los mensajes de odio a través de las redes ni quién realizó la pintada.

33: "Cataluña Catalana"

No es el primer restaurante que los separatistas señalan con esa pintada. "O'Chispa", una taberna gallega de Hospitalet de Llobregat, también fue "decorada" con el número 33 y las siguientes frases: "Torna al teu pais" y "puto nyordo". Los trabajadores de ese local habían cobrado notoriedad días antes por lanzar sangre de cerdo a la fachada de la Generalidad en protesta por el cierre de bares y restaurantes decretado por la administración autonómica.

Otros casos

Sonoro fueron también los casos de la pizzería de Barcelona Bo di Napoli, boicoteada por no disponer de carta en catalán, y del restaurante de Blanes Sol d'Or, a quien señalaron por quitar los lazos amarillos que los separatistas habían colado delante de su local.

También han sufrido lo suyo unas dependientas hispanoamericanas de una panadería emplazada delante de donde los separatistas cortan cada día la avenida Meridiana de Barcelona. Un grupo de individuas las acosó por no poder responder a sus preguntas en catalán.

Antes del golpe de Estado el separatismo también señaló a varios restaurantes, entre ellos el Neri, a cuyo boicot llegó a instar Joaquim Forn, entonces segundo del grupo de Convergencia en el Ayuntamiento de Barcelona y posteriormente el consejero de Interior del golpe. En ese momento se estaba preparando el terreno para el monolingüismo que iba a regir la república catalana. Ahora, los señalamientos y las amenazas continúan y también continúa la preparación del terreno.

Nunca ha habido multas o sanciones por llevar a cabo ese tipo de señalamientos o por las amenazas.

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