El pasado 9 de diciembre, la televisión pública vasca, EiTB, estrenó la polémica serie sobre la agresión que en 2016 sufrieron en Alsasua dos guardias civiles y sus parejas. Se trata de una ficción que, sin embargo, se publicita como una serie "basada en hechos reales" y que, lejos del relato corroborado por sentencia judicial, presenta a los agentes de la Benemérita como unos provocadores e insinúa que llevaban un rato en el local bebiendo abundante alcohol.
"Ponen al que hace de mi hijo de borracho, violento, machista… Lo peor de lo peor. Y ellos son angelitos a los que únicamente les falta la corona", lamenta la madre del teniente agredido hace ya cuatro años. Junto a él, su pareja, María José. "Machistas son los que impiden que una mujer decida con quién quiere compartir su vida y si es con un Guardia Civil, merece una paliza", denuncia Inma en declaraciones a Libertad Digital.
El primer capítulo de la serie narra los días previos a la agresión y refleja a uno de los guardias civiles obsesionado por hacerle la vida imposible a los habitantes del pueblo, contribuyendo así a dejar claro desde el primer momento quiénes son los malos en esta historia. En una de las primeras escenas -que, sin embargo, nunca ocurrió en la realidad- se ve cómo los agentes dan el alto a un coche en el que viaja uno de los agresores y le piden la identificación. El guardia civil le recalca que en su DNI pone que es de Al-sa-sua, en castellano, y le obliga a verbalizar el país en el que reside y que, según su documentación, es España.
El día de la agresión, las imágenes muestran a uno de los agentes entrando de forma desafiante en el Bar Koxka, el local en el que ocurrieron los hechos. Al rato, se ve cómo llega el joven al que habían identificado días atrás y les saluda. Uno de los guardias civiles se lanza entonces a por él: "¿Y a ti qué coño te pasa?".
Objetivo: "Lavar la imagen de los agresores"
La sentencia consideró probado que habían sido los acusados los que habían ido a increpar a los agentes por el mero hecho de serlo, pero cuando Inma se enteró de la existencia de esta serie ya supo que nada de esto se contaría en la misma. "Emitiéndose donde se emite, no esperaba otra cosa distinta – reconoce la madre del teniente-. Me dan mucha pena. Les hace falta que hagan una serie inventada a su medida para lavar la imagen de los agresores condenados. Imagen que, por otra parte, no pueden limpiar ni siquiera intentando ensuciar la de sus víctimas".
Aunque es probable que aparezcan en capítulos posteriores, la primera entrega no muestra imágenes de la supuesta pelea. En la siguiente escena, se ve cómo la Policía Foral se lleva detenido a uno de los jóvenes del local, mientras sus amigos acusan al guardia civil "de la camisa blanca" de ser él el agresor. "¡Encima le escoltáis!", se quejan, mientras el agente se abalanza sobre ellos para darles un puñetazo.
Según los testimonios recabados durante el juicio, este hecho tampoco es real, pero poco importa. "Es una serie por y para ellos, adecuada a lo que quieren vender", denuncia Inma. La madre del teniente agredido en Alsasua se debate entre la indignación y la resignación de quien sabe cómo funcionan las cosas en el País Vasco en general y en la EiTB en particular: "Si no fuese tan lamentable, sería una mala comedia".
Los hechos probados
La ficción, que consta de cuatro capítulos, "está inspirada libremente en la historia real de los ocho jóvenes de Alsasua acusados de delito de terrorismo", según reza su ficha descriptiva. Sin embargo, los hechos probados distan mucho de lo que esta serie pretende vender.
Aunque finalmente se les absolvió del delito de terrorismo que solicitaba la Fiscalía, los 8 detenidos fueron condenados a penas de entre 1 y 9 años de prisión por delitos de atentado a agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y/o amenazas.
El día de los hechos, los agentes fueron reconocidos como miembros de la Benemérita. "Os vamos a matar por ser guardias civiles", les llegaron a decir. Tras las amenazas, llegaron los golpes. Un grupo de 25 personas se ensañó con ellos y sus parejas, propinándoles todo tipo de puñetazos y patadas en la cabeza.
Las verdaderas víctimas
Como consecuencia de la brutal paliza, el teniente sufrió numerosas contusiones y tuvo que ser operado por rotura de tibia y peroné. El parte médico del sargento reflejó policontusiones, hematomas y contracturas musculares por todo el cuerpo.
Sus novias intentaron frenar la agresión y también recibieron numerosos golpes. "Esto os ha pasado por bajar al pueblo. Cada vez que salgáis os va a pasar lo mismo", le dijeron a la pareja del sargento. La joven sufrió una contractura paravertebral, varios hematomas y tuvo que recibir tratamiento psicológico.
La novia del teniente, por su parte, sufrió "dolor osteomuscular en zona dorsal y abdomen, tendinitis en hombro izquierdo y un cuadro de ansiedad importante". Además, también precisó de ayuda psicológica y llegó a marcharse de Alsasua, donde residía desde que tenía tres años. En estos momentos, sus padres siguen viviendo en el pueblo porque no consiguen vender su casa y siguen siendo víctimas del acoso.
La sentencia demostró que varios de los condenados estaban "implicados activamente" en el movimiento Ospa Mugimendua de Alsasua, que busca expulsar de la localidad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.