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El Gobierno retrasa la entrega de las vacunas a las CCAA para usarlas como propaganda

Un mayor de 80 años en Guadalajara, elegido por Moncloa, recibirá la primera vacuna de Pfizer-BioNTech.

Un mayor de 80 años en Guadalajara, elegido por Moncloa, recibirá la primera vacuna de Pfizer-BioNTech.
EFE

El Gobierno intensifica sus mensajes de confianza y seguridad en las vacunas contra la covid-19 al tiempo que ultima una potente campaña de marketing y concienciación de la vacunación al estilo del Reino Unido. Según avanzan a Libertad Digital fuentes gubernamentales, el Ejecutivo ha elegido al primer español a quien será suministrada la vacuna el próximo domingo. Un ciudadano de un colectivo de riesgo, mayor de 80 años y residente en una comunidad autónoma gobernada por el PSOE, Castilla-La Mancha en la provincia de Guadalajara.

En esa imagen tiene puestas sus esperanzas en el Palacio de la Moncloa ya que el Gobierno confía en que el golpe de efecto mediático suavizará el "preocupante" nivel de rechazo de la población española a las vacunas. Las primeras encuestas publicadas al respeto arrojaron un nivel de reticencia cercano al 50/60% de la población pero la llegada de la vacuna ha conseguido reducir las dudas al 28% según el último barómetro del CIS cuyo anterior sondeo elevaba al 47% el porcentaje de españoles que no se pondrían este nuevo fármaco.

Esto suaviza la preocupación existente en el Gobierno pero no la elimina. Y esa preocupación, sumada a la voluntad de rentabilizar políticamente la llegada de las vacunas a España en su propio beneficio, ha hecho que el Gobierno se guarde la carta que mejor sabe jugar: la de la propaganda. Como ha denunciado la Comunidad de Madrid, el Gobierno ha retrasado la entrega de vacunas a las Comunidades Autónomas con la intención de capitalizar en exclusiva la imagen de la vacunación que difundirá el propio Palacio de la Moncloa.

Para esconder la jugada propagandística, el Gobierno se ha escudado en la opacidad para no evidenciar sus verdaderas intenciones. Según ha confirmado el propio Salvador Illa, el domingo se suministrarán las primeras vacunas de las 4.591.235 dosis que esperan recibir "en las próximas doce semanas". Illa no ha sabido concretar cuántas se distribuirán el domingo de la "entrega anticipada" que esperan recibir el sábado. El viceconsejero de Sanidad de Madrid, Antonio Zapatero, ha concretado que recibirán 1.200, una cifra "testimonial" con la que esperan vacunar en tres residencias. El lunes, mientras, recibirán 48.000. El mismo patrón se seguirá en el resto de regiones.

Se trata de un ejercicio de marketing político que se desplegará al tiempo que se intensifican los mensajes gubernamentales al respecto. El primero, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha producido en Twitter diciendo que "la pronta llegada de la vacuna nos hace ver la luz al final del túnel, pero debemos mantenernos vigilantes. El mejor regalo es la protección para nuestros seres queridos".

Un mensaje que ilustra la segunda preocupación del Ejecutivo: que la llegada de las vacunas provoque una relajación en el cumplimiento de las medidas de restricción en Navidad pudiendo provocar una tercera ola de la pandemia en el mes de enero. Una preocupación que admitía públicamente el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, este miércoles en una entrevista en la cadena SER: "Me preocupa que el conjunto de la sociedad no seamos capaces de entender que el hecho de empezar a vacunarnos no implica en modo alguno relajación de esas otras medidas que llevamos aplicando 9 meses y que ya forman parte de nuestra vida: mascarilla, lavado de manos, distancia social... esas medidas no se pueden relajar. Eso me preocupa un poco más".

El Ministerio del Interior será el responsable de garantizar el transporte de las vacunas y la logística en coordinación con el Ministerio de Sanidad que también ha querido aportar su granito de arena a cuatro días de que se inicie el plan de vacunación. En otra entrevista a Radiocable, Salvador Illa se suma al mensaje de calma y prudencia porque la vacuna es segura y la nueva cepa inglesa "no invalida las vacunas que tenemos disponibles" y "no hay todavía una evidencia científica incontestable respecto a la mayor transmisibilidad de la cepa".

Illa ha abogado por "la prudencia y estar a lo que nos diga la ciencia" y dio "todas las garantías al respecto de que no se ha sacrificado ni alterado ningún procedimiento que pueda poner en riesgo la efectividad y seguridad de la vacuna". Según ha explicado, la reducción en los tiempos para encontrar la vacuna se ha debido a que "se han movilizado recursos que nunca se habían movilizado para desarrollar una vacuna. Nunca había habido un esfuerzo concertado en la ciencia para descubrir la vacuna y la industria para fabricarla rápidamente, en cantidades de miles de millones de dosis... nunca había habido en la historia de la humanidad un esfuerzo de estas proporciones".

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