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Espeluznante testimonio en 'El País': Sánchez juega con la vida de la gente porque "el beneficio era superior al coste"

Illa se va sin decir adiós. Deja un reguero de muertos y contagios, un desastre con las vacunas y un montón de mentiras.

Illa se va sin decir adiós. Deja un reguero de muertos y contagios, un desastre con las vacunas y un montón de mentiras.
Sánchez, Illa y Simón en un acto de campaña. | EFE

El Mundo

"Illa se va de campaña con las CCAA rebasadas por su inacción". Hay que ver el lado bueno. Al fin se va, hay una esperanza de salir con vida de esto. Lo malo es que no se lleva a Simón.

El editorial también le despide con entusiasmo y alegría. "El Consejo de Ministros de hoy será el último al que asista Salvador Illa". Eso sí que es una maravilla. "Illa se va sin rendir cuentas por su tarea en el Congreso". Mejor que Illa no haga cuentas, la última que hizo se dejó 30.000 muertos fuera. "La curva de contagios, sumada a las cifras de sanitarios infectados y al exceso de muertes provocado por la covid, radiografían el fiasco de Illa". Que lo disfruten los catalanes.

"Su salida proporciona al Ejecutivo la enésima oportunidad de reconducir el rumbo y centrarse de una vez en la gestión y no en el marketing electoral". "Urge una corrección inmediata del rumbo en Moncloa para restaurar la confianza, frenar la tercera ola del coronavirus y auxiliar al tejido productivo en plena cadena de restricciones. España necesita un Gobierno que gobierne, no que finja que lo hace". Eso es pedir peras al olmo, Rosell, conformémonos de momento con que los intereses políticos de Sánchez no provoquen más muertes.

Arcadi Espada se extraña de "la indolencia del pueblo" que aguanta calladito escándalo tras escándalo mientras se manifiestan los antivacunas. "He de concluir, conspiranoico, que manejando esta insidiosa voz en sordina que va repitiendo su aprensión a las vacunas está la autoridad. Una autoridad que está lejos de lanzar apasionadas campañas en pro de la vacunación por las mismas razones que en primavera no recomendaba las mascarillas: ni ayer tenía mascarillas ni hoy tiene vacunas". Así que mejor que se multipliquen los antivacunas, total, no hay.

"Especialmente intrigante es la desafección movilizadora de la izquierda. Hay base para sostener una revuelta" contra lo que está sucediendo con las vacunas porque "detrás solo está el dinero". Arcadi, la izquierda tiene toda su artillería disparando contra un hospital, no tienen tiempo de alzar su voz contra el escándalo de las vacunas.

Raúl del Pozo opta por no amargarse la vida, como debe ser. "Las vacunas nos sacarán de la crisis y llegará una época de progresos y descubrimientos, como después de la gripe española. El coronavirus ha animado la venta de libros". Oye, pues genial, el que no se consuela es porque no quiere.

Rafa Latorre destaca las similitudes y diferencias entre el 8-M y el 14-F. "Hay razones poderosas, difícilmente rebatibles, para pensar que Pedro Sánchez demoró la alarma para no desperdiciar la potencia propagandística de la cita" del 8-M. "Es decir, que arriesgó la salud pública para preservar la propaganda y eso tuvo graves consecuencias". "El Gobierno hizo cálculos políticos con la salud de los españoles", con el "atenuante" entonces de que "no imaginaba la verdadera gravedad del coronavirus". Ahora, con el 14-F, ha vuelto a hacerlo. "Como casi un año y decenas de miles de muertos después no han cesado los cálculos políticos más groseros con la vida y hacienda de los ciudadanos, ya sólo un idiota podría seguir fantaseando con atenuantes morales". ¿Dónde están los que gritaban asesino a Aznar? Ah, en el Gobierno.

El País

El escalofriante relato de Carlos Cué, no apto para personas con conciencia o con estómago delicado, pone los pelos como escarpias.

"El Gobierno busca sacar fruto en la campaña del 'todos contra Illa'". "Sánchez apura el cese del ministro para multiplicar su exposición y dominar la escena". No, si la escena la domina. Muertos, enfermos, contagiados, ruina, hospitales colapsados.

Pero "el Gobierno y el PSC parecen encantados con este arranque de campaña", "la Moncloa y el PSC aspiran a sacar todo el jugo posible a este "todos contra Illa" que ensayaron ayer varios partidos y que convierte al ministro en el centro de la batalla. Pedro Sánchez apuró hasta el final el cese para dominar la escena". En otras palabras, que la gente muriendo por cientos cada día, contagios a miles, sanitarios al límite de sus fuerzas... todo por una escena.

El relato de terror continua. "Hace casi un mes, cuando se supo que Salvador Illa sería el candidato del PSC, fuentes de este partido señalaban con incredulidad que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tenía intenciones de mantener en el puesto a Illa hasta que se iniciara la campaña electoral". ¿Todavía queda gente en ese partido con corazón?

"Sin embargo, Sánchez aguantó las críticas y la polémica. Illa también. El beneficio, en su visión, era muy superior al coste: no hay mejor escaparate para una campaña que en la que se pretende vender gestión", pese "a tener uno de los peores datos de contagio del mundo". ¿El coste? Vidas, el coste son vidas.

En resumen, para que Sánchez sacara jugo y dominara la escena han tenido que morir miles de personas. Tiene que quedar algún juez decente que le impute por crímenes contra la humanidad. Tras este frío testimonio de Carlos Cue hay que poner una denuncia colectiva hasta en los tribunales europeos.

ABC

"Illa se va en el peor momento y con el reproche del Congreso". Totalmente en desacuerdo, cualquier momento es bueno para que se vaya Illa. Es la única oportunidad que nos queda para salvar vidas.

El editorial dice que "Illa fue despedido del Congreso prácticamente a bastonazos por parte de todos los grupos parlamentarios, incluido Podemos, su socio de gobierno, por huir en pleno pico de contagios de la tercera ola, y cuando media docena de autonomías superan ya las dramáticas cifras de marzo o abril".

"Illa se va cuando de nuevo España se encuentra a ciegas, dejando tras de sí una gestión nefasta, sin admitir que ya han fallecido unas 80.000 personas, con un portavoz achicharrado como Fernando Simón, y abandonando a las autonomías a su suerte a cuenta de una cogobernanza fallida". Pues por eso hay que celebrarlo, tontos. Ya no se puede hacer nada por los fallecidos, pero aun estamos a tiempo de que no nos mate a todos.

Rosa Belmonte habla del Zendal, el hospital al que la izquierda mediática quiere convertir en Auschwitz en una campaña de acoso y derribo por la que alguna vez tendrán que rendir cuentas. "Que no tiene quirófanos. Es para covid. Que hay alas vacías en hospitales. También será importante no utilizar hospitales generalistas y aliviarlos en una catástrofe invasiva como esta". Que tiene papeleras muy pequeñas, Rosa, no te olvides. "Ves volar el hospital de campaña de Valencia y a los pobres pacientes evacuados y piensas en Los tres cerditos. En que Ayuso es la cerda lista". Justicia poética.

La Razón

"Es aterrador. Ingresamos tres covid a la hora". "Es tan alto el número de enfermos que cuando no caben más los acaban ingresando en una silla de la sala de espera". Oh, vaya, ¿y cómo es eso? Pues concretamente en Madrid, resulta que los pacientes prefieren que los atiendan en el suelo antes que ir al Zendal por la criminal y lacerante campaña de la izquierda contra este hospital por el mero hecho de que ha sido idea de Ayuso. Así que habrá que señalar como responsables a esos medios de comunicación, incluido Atresmedia a través de La Sexta, por acribillar a un hospital de pandemias en plena pandemia por ideología política.

Por cierto que José María Marco nos explica a los no catalanes el misterio de Illa. "Los que viven fuera de Cataluña la opción Illa les resulta difícil de comprender, el principal responsable de la desastrosa gestión contra la covid". Tampoco te creas que nos come mucho la cabeza, Marco, entender a Cataluña es algo en lo que ya no perdemos el tiempo. Dice que es que a muchos catalanes les parece una "opción al callejón sin salida del separatismo". Ay, qué conmovedor, pobres. Y mira que los teníamos por los más listos del mundo mundial. En fin, que con su pan se lo coman. A nosotros nos han quitado una losa de encima. O una lápida, para ser exactos.

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