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Miembros y suplentes de las mesas electorales exigen el aplazamiento de las elecciones

Se organizan en grupos para protestar por la falta de información y de medidas de seguridad y piden la mediación del defensor del pueblo catalán.

Se organizan en grupos para protestar por la falta de información y de medidas de seguridad y piden la mediación del defensor del pueblo catalán.
Imagen de archivo de las últimas elecciones catalanas. | EFE

La posibilidad de contraer el coronavirus es el argumento más empleado por buena parte de las 75.000 personas elegidas por sorteo para formar parte de las mesas electorales del próximo 14 de febrero en Cataluña. Muchas de ellas se están organizando en grupos que piden en las redes sociales el aplazamiento de los comicios hasta que la pandemia haya remitido.

No son pocos quienes aseguran ante los medios de comunicación que se plantean no acudir a la mesa si no se les admiten las alegaciones. Saben que la incomparecencia puede acarrear pena de cárcel de tres meses a un año o una multa de 1.800 euros, pero manifiestan que prefieren asumir esas consecuencias que exponerse a la posibilidad de contraer la enfermedad.

Las posibilidades de eludir el compromiso son pocas y están muy reguladas. Tener más 65 años, enfermedades crónicas, estar embarazada de más de seis meses, estar de baja laboral o prestar servicios esenciales (sanitarios, bomberos y policías, entre otros) son algunas de las causas que eximen de formar parte de las mesas.

Las primeras protestas procedían de entornos separatistas ofuscados por la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de mantener los comicios el 14 de febrero. Apelaban a una suerte de objeción de conciencia y animaban a no acudir a los colegios el día indicado para boicotear las elecciones. Sin embargo, esa corriente se ha visto superada por quienes al margen de consideraciones políticas aducen el temor al contagio. En la red social Twitter utilizan la etiqueta #meses14F (meses es mesas en catalán) para mostrar su rechazo a la convocatoria electoral.

Se quejan de falta de información y de que en la última hora de la votación, de siete a ocho de la tarde, se verán sometidos a un alto riesgo de contagio, puesto que esa es la franja designada por el gobierno catalán para que voten las personas contagiadas y sus contactos. La Generalidad ha dicho que hará pruebas de antígenos a los componentes de las mesas y que les proporcionará mascarillas y también equipos de protección individual para el último tramo de la votación. Los afectados aseguran que nadie les ha explicado cómo utilizar dichos equipos y que para ponérselos hacen falta dos personas y una mínima experiencia.

Las juntas no atienden presencialmente

También se quejan de que a causa de las medidas excepcionales por la pandemia, las juntas electorales de zona no atienden presencialmente las alegaciones de los escogidos, pero en cambio dichos escogidos deberán recoger los votos de manera presencial.

El director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales de la Generalidad, Ismael Peña López, afirma que no habrá riesgo alguno en los colegios electorales, que los miembros de las mesas contarán con asistencia sanitaria y medidas de seguridad añadidas como los equipos de protección individual para el tramo de los votantes contagiados y difunde a través de Twitter el manual de instrucciones para los miembros de las mesas electorales que muchos de ellos denuncian que no reciben con la notificación de que han resultado elegidos para formar parte del proceso electoral.

A la contra, muchos de los designados plantean quejarse ante el Síndic de Greuges, el Defensor del Pueblo catalán, Rafael Ribó, quien ha mostrado en todo momento su rechazo a la celebración de las elecciones autonómicas en estas circunstancias epidemiológicas.

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