La Guardia Civil detuvo el pasado domingo a cuatro inmigrantes ilegales como presuntos autores de una agresión sexual en grupo en un parque de Mogán, en el sur de Gran Canaria. Según ha podido saber Libertad Digital, todos ellos habían sido expulsados previamente de los hoteles en los que el Gobierno les había alojado tras su llegada a la isla debido a su "mal comportamiento". Además, según fuentes cercanas a la investigación, al menos uno de ellos contaría ya con antecedentes por hechos similares.
Las fuentes policiales consultadas por este periódico aseguran que dos de ellos residían en el Holiday Club Puerto Calma, otro en los apartamentos Canaima —ambos alojamientos ubicados en la localidad grancanaria de Puerto Rico—y otro en el hotel Servatur Waikiki, en San Bartolomé de Tirajana. Sin embargo, las "conductas agresivas" de todos ellos habrían llevado a la Cruz Roja a expulsarles de dichos alojamientos antes de que sucedieran los hechos.
La denuncia de la víctima
La víctima es una mujer de 36 años y origen islandés que reside desde hace tiempo en el sur de la Isla junto a su familia. Según el periódico El Día, el pasado viernes, la joven paseaba por un parque de Mogán cuando entabló una conversación con un pequeño grupo de inmigrantes para conocer cuál era su situación y fue entonces cuando se habría producido la violación grupal.
Tras acudir a un centro sanitario, la mujer presentó una denuncia acompañada por un informe médico en el que se detallan lesiones que podrían corroborar lo sucedido. El arresto de los cuatro jóvenes —todos de ellos de origen magrebí— se produciría 48 horas después.
¿"Negligencia" de Cruz Roja o del Gobierno?
Fuentes policiales lamentan el descontrol que existe en la isla con los inmigrantes que son expulsados de los hoteles por Cruz Roja, que es quien gestiona la mayor parte de los recursos alojativos contratados por el Gobierno. Los agentes aseguran que cuando se toman este tipo de decisiones nadie les informa, lo que puede dar lugar a un grave problema de inseguridad.
"Una vez que se quedan en la calle no tienen dinero ni para comer ni para beber. ¿Qué van a hacer entonces? De alguna manera tienen que buscarse la vida", advierten los agentes. No en vano, en los últimos meses son varias las tiendas y restaurantes de este pequeño municipio del sur de Gran Canaria que han denunciado hurtos y agresiones en sus establecimientos.
Este periódico ha tratado de ponerse en contacto con Cruz Roja para conocer su versión de los hechos sin que hasta el momento haya recibido respuesta. Entre otras cuestiones, los agentes creen que se debe dilucidar si las expulsiones se ponen en conocimiento de la Delegación del Gobierno, ya que, de ser así, estaríamos ante una "negligencia del Gobierno" que pone en jaque la seguridad del municipio.
Un largo historial de violencia
Desde el Ayuntamiento de Mogán también confirman a LD su preocupación por el limbo en el que se quedan los inmigrantes a los que la ONG expulsa de los hoteles por su mal comportamiento. Tal y como la alcaldesa, Onalia Bueno, ha venido denunciando desde hace tiempo, las agresiones por parte de los ilegales son una constante.
El mes pasado un grupo de menas protagonizó un motín de película en los apartamentos Tamanaco de la localidad. Los menores inmigrantes lanzaron microondas desde la azotea, arrancaron urinarios y lavabos, y rociaron de agua y jabón los pasillos para que los policías que acudieron ante la llamada de socorro de sus educadores se resbalasen.
En enero, los agentes también sufrieron un ataque a pedradas por parte de otros 150 menas de este mismo establecimiento. En aquella ocasión, los ilegales lanzaron a los agentes piedras, sombrillas, hamacas y hasta pasamanos cerámicos para impedir que entraran al hotel en el que se alojaban.