La elevada edad de la cúpula política del Ministerio de Defensa tiene una consecuencia directa: sus integrantes están siendo llamados estos días para ser vacunados contra el coronavirus, al formar parte de los grupos de edad que mayor riesgo. Antes del fin de semana habrán sido tres las personas que habrán recibido su primera dosis en diferentes instalaciones que están siendo utilizadas por la Sanidad madrileña.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, de 64 años, tiene cita este jueves 1 de abril a las 20.29 horas en el Wanda Metropolitano, el estadio del del Atlético de Madrid, para recibir su primera dosis de AstraZeneca. Por su parte, la secretaria de Estado, Esperanza Casteleiro, de 64 años, acudirá el viernes al Hospital Enfermera Isabel Zendal, donde previsiblemente recibirá una dosis de AstraZeneca, aunque este punto no ha sido confirmado por Defensa.
Quien ya ha recibido su dosis de vacuna es la subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, de 65 años de edad, que acudió durante la jornada de ayer martes hasta el Wanda Metropolitano. Un hecho que ha sido aprovechado por el Ministerio de Defensa para atacar la organización de la vacunación en la Comunidad de Madrid, criticando que se había llamado a mucha gente, que había colas al aire libre y pocos puestos de vacunación.
"Ayer se vacunó con la vacuna AstraZeneca Amparo Valcarce, subsecretaria de Defensa, quien acudió al Wanda Metropolitano, al igual que el resto de los madrileños citados en ese recinto, con más de una hora y media de espera, en una cola al aire libre. También pudo constatar que había pocos puestos de vacunación para unas instalaciones inmensas y el elevadísimo número de personas citadas. De incrementarse este número se podría hacer menos sufrida la espera para todos los ciudadanos, dándoles un mejor servicio", dice el comunicado de Defensa.
Una cuestión más que llamativa, ya que Defensa no está facilitando información tan detallada sobre la vacunación dentro de las Fuerzas Armadas, que tienen un plan propio con dosis que le facilita directamente el Ministerio de Sanidad, ni tampoco fueron tan locuaces con la polémica de las vacunaciones en el Estado Mayor de la Defensa, que acabó con la dimisión en enero del JEMAD Villarroya, que fue sustituido por el almirante general López Calderón.
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