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Crece la desconfianza entre ERC y JxCat, que aplazan la discusión sobre el reparto de cargos

Republicanos y neoconvergentes no han avanzado nada después de casi ocho semanas de negociaciones.

Republicanos y neoconvergentes no han avanzado nada después de casi ocho semanas de negociaciones.
Reunión del Gobierno de la Generalidad este martes. | EFE

Segunda parte de los contactos entre ERC y Junts per Catalunya (JxCat). Tras el parón de la Semana Santa, las delegaciones de ambos partidos han retomado las conversaciones para formar un nuevo Govern separatista. El marco previo es que JxCat apunta la posibilidad de investir al republicano Pere Aragonès y pasar a la investidura y que ERC contempla la opción de gobernar con la CUP y los comunes sin descomponer el gesto. Van de farol dicen los unos de los otros y viceversa.

Sobre la mesa siguen los mismos expedientes que al principio de las negociaciones. La semana que viene se cumplen dos meses desde la celebración de las autonómicas y no se ha producido ningún avance significativo. Más bien ha habido retrocesos, amenazas y una distancia cada vez mayor después de la abstención de JxCat en las dos sesiones de investidura registradas hasta el momento.

La destitución del juntero Jaume Alonso-Cuevillas de la mesa del Parlament tras sus dudas sobre la eficacia de la desobediencia ha contribuido a profundizar en las divergencias entre JxCat y ERC, hasta el punto de que los republicanos han amagado primero con no votar a la sustituta propuesta por Junts, Aurora Madaula, y después con vincular la plaza de JxCat en el órgano rector de la cámara con la investidura de Aragonès. De momento, se ha aplazado la cuestión porque en JxCat no están dispuestos a votar a Aragonès a cambio del cromo de un peón en la mesa.

Sigue sin haber acuerdo sobre el papel del Consell per la República y del prófugo Puigdemont. Tampoco hay consenso en torno a la unidad de acción separatista en Madrid toda vez que ERC se niega a compartir protagonismo con JxCat en los contactos con el Gobierno. Tampoco ha habido acercamientos en materia de hoja de ruta. Junts reprocha además a ERC que haya pactado primero con la CUP y avisa de que los contenidos de ese pacto no se corresponden con su modelo social. Los neoconvergentes tampoco están por la labor de dar un margen de dos años de confianza a ERC y su mesa de diálogo con el Gobierno ni que el desenlace de la legislatura consista en un nuevo referéndum porque para ellos ya se votó el 1-O y esa es la única consulta válida.

En esas circunstancias, aumenta la frialdad y la desconfianza entre las delegaciones, de modo que el principal expediente, el reparto de cargos, se ha aplazado "sine die". Se sabe que JxCat quiere el área económica más educación y sanidad. ERC no está por la labor de ceder la vicepresidencia económica mientras aspira a hacerse con el control de los Mossos. Al tiempo, prefigura dos tres nuevas consejerías: Feminismos, Cambio Climático y Universidades e Investigación. El nuevo esquema del gobierno regional obligará a efectuar cambios y recomposiciones en los actuales departamentos, algo que en JxCat no ven claro. En definitiva, no hay avances.

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