Menú

El odio a Vox desborda a 'El País': "Los nazis estaban aquí, agazapados"

Lo de las cartas con balas se ha convertido en algo cotidiano, como la publicidad de Telepizza en tu buzón.

Lo de las cartas con balas se ha convertido en algo cotidiano, como la publicidad de Telepizza en tu buzón.
Santiago Abascal y Rocío Monasterio en un acto | EFE

El Mundo

"Los socialistas admiten que su estrategia de polarización no ha funcionado". 'Difícil, pero no imposible'. Así afronta el PSOE la recta final de la campaña electoral en Madrid", cuenta Raúl Piña. La sobreactuación con Vox "no muestra la movilización pretendida". Se han pasado de frenada. Lo de las balas y las navajas ha sido lo más sucio y ridículo que se ha visto en política. Y luego está el factor Iglesias, que cada vez que habla, y mira que habla, dan ganas de coger un avión a la Polinesia.

"La asignatura pendiente para el PSOE será precisamente ahondar en el peligro de que Vox gobierne o apoye al PP". ¿Más? Como sigan ahondando en eso van a llegar al centro de la tierra. Al margen de que pocas lecciones de pactos puede dar quien gobierna con la ultraizquierda más violenta que se ha conocido en 40 años, con proetarras o con gentuza que se niega a vacunar a policías y guardias civiles.

Rafa Latorre deja en bragas a la izquierda con el abuso de las amenazas postales. "Un ciudadano aquejado de problemas mentales lleva 25 años enviando cartas amenazadoras y perfectamente ignoradas hasta que un día, a una semana de que los madrileños acudan a las urnas, se transforma en la encarnación de un nazismo endémico que amenaza a la democracia". Y es que ni se retractan, oye, siguen erre que erre.

"La fuerza arrolladora del activismo de izquierdas es el fenómeno, verdaderamente fascinante, de este tiempo y este país. La operación ha fracasado, ¿pero acaso no fue una demostración de poderío?". La fuerza y el poderío, Rafa, se lo dan las terminales mediáticas, que actúan como altavoces ensordecedores de todas la barrabasadas de la izquierda.

David Jiménez Torres sigue gastando neuronas con Ciudadanos. Hoy le da vueltas a la estrategia del PSOE para pedir el voto a Cs. "Si lleva tres años intentando atraer al votante de Cs, ¿por qué ha tomado tantas decisiones que solo le podían causar rechazo?". Y enumera unas cuantas.

"Quizá la manera de atraerlo no pasaba por pactar presupuestos con ERC, por llamar fascista a todo el que no piense como Adriana Lastra, por el esperpento del CIS, o por nombrar vicepresidente a Iglesias tras decir que un gobierno con Podemos le quitaría el sueño. Quizá la mejor forma de atraer a exvotantes de Cs no era poner al ministro del Interior y a la directora de la Guardia Civil a mitinear como si estuvieran en una reunión de las juventudes del partido. Quizá la forma de atraer a la versión matritense de ese votante tampoco pasaba por proclamar que hay en marcha un amenazante "secesionismo madrileño". Quizá, David, la respuesta a tu pregunta sea solo una. El PSOE ya no existe, ha sido absorbido por un sanchismo radical, no hay más que ver a Lastra. Pero si huyen hasta los socialistas históricos.

El País

"La campaña de la crispación sin fin", dice Xosé Hermida con una cara de cemento armado cuando la crispación la han inventado ellos. Veamos a Sánchez, Iglesias y Ayuso. ¿Quién está crispando?

"La campaña madrileña está siendo tensa, sucia, salpicada de agresividad verbal. Y también con un punto extravagante y hasta folletinesco. No hay día sin una nueva entrega, ahora las cartas amenazantes, convertidas en serial". Ya uno no es nadie si no recibe una carta con balas.

La voz cantante del sectarismo la lleva hoy Berna González Harbour con una columna abominable. Empieza culpando a Aznar de los orígenes de la crispación por el "váyase, señor González", que nos suena a nana oyendo los berridos de Iglesias. Mezcla "la conspiración sobre el atentado del 11-M" obviando la violación del día de reflexión con el acoso a las sedes del PP tras el pásalo de la SER.

"Todo eso emponzoñó nuestras vidas" y "tras la era de la crispación empieza la del amedrentamiento". Y no, no se refiere a los ataques que ha sufrido Vox, ni a la violencia separatista contra los partidos constitucionalistas, ni a los mensajes incendiarios de Pablo Iglesias. No.

"Las instrucciones salvajes de Rocío Monasterio al expulsar a Iglesias no de su casa, sino de la casa ajena que es Gran Vía, 32 y de la propia España no parece tener precedentes en política nacional". A bote pronto, se me ocurre el precedente de cuando Iglesias le espetó a Espinosa de los Monteros, diputado elegido con el voto de los ciudadanos, "cierre la puerta al salir" tras acusarle, sin ninguna prueba, de querer dar un golpe de Estado. Pero esto no es salvaje para la señora Berna, es muy demócrata.

"Ella como portavoz de España entera y España como patrimonio suyo es de un franquismo resucitado que no necesita viajar a la Alemania nazi para encontrar referentes. Estaban aquí, agazapados", sigue soltando barbaridades.

"Las amenazas de muerte mediante el envío de balas y navajas a varios líderes y la necesidad de reforzar escoltas lo dice todo sobre cómo hemos descendido un escalón por debajo de la crispación". Parece que esta tía no se ha enterado de que la navaja la mandó un chalado y lo de las balas lo ha convertido Iglesias en la última serie de Netflix.

"Un 78% de los votantes del PP están de acuerdo con un pacto con Vox en la Comunidad de Madrid a pesar de las fotos xenófobas y del despotismo sin ilustrar de Monasterio". Y luego los del odio y los insultos son los demás. Esto es lo que le espera a Madrid como gane la izquierda. Odio, amenazas y amedrentamiento.

ABC

"Ayuso podría ser presidenta sin necesitar el 'sí' de Vox". "En el Partido Popular están viendo, en estos últimos días de campaña, que el apoyo de Isabel Díaz Ayuso en la calle no ha bajado, sino todo lo contrario. 'Parece una rock star', comentan en el PP madrileño", cuenta Mariano Calleja. Es que ves a Iglesias fuera de sí, insultando, provocando, violentando por donde pasa y luego ves a Ayuso y, quillo, te entra una tranquilidad.

El editorial explica la columna de Berna González. La izquierda está desconectada con "la realidad social de Madrid". "Los ciudadanos no se sienten reconocidos en ese manido llamamiento al antifascismo y a los cordones sanitarios" a quien ellos deciden que son fascistas, que es todo quisqui que no piensa como ellos.

"Esta izquierda que tanto se lamenta está políticamente asociada a lo más parecido al fascismo que hay en España, que es el independentismo y su más puro supremacismo etnicista". Y al comunismo.

"¿Qué veto a Vox es creíble si lo apoya Podemos? El partido de Pablo Iglesias hace profesión pública de apoyo a la sedición, incita ataques a la Monarquía, justifica a delincuentes como Alfon o Rodrigo Lanza, y envenena la convivencia azuzando a sus seguidores contra sus adversarios con escraches o con adoquines". Aquí la violencia siempre la ejercen los mismos y están en la izquierda.

Luis Ventoso dice que "la victoria de Ayuso y su partido será significativa, porque llegará tras sortear un festival de marrullerías del sanchismo y toda la potencia de fuego del Orfeón Progresista mediático. Todos los que no son progresistas son ultras (y en el caso concreto de Vox, merecedores de unos nuevos juicios de Nuremberg)". Algunos se están pasando de la raya.

La Razón

"La policía cree que hay un grupo organizado tras las cartas bala". ¿Un grupo terrorista que manda amenazas postales a todo Dios? Pues vaya terroristas de chichinabo.

Marhuenda jubila a Iglesias. "Uno de los aspectos más interesantes de esta campaña es la posible jubilación forzosa de Pablo Iglesias", más contento que unas castañuelas.

"Las encuestas muestran que camina con paso firme a la irrelevancia, porque ni conseguiría gobernar ni superar a su peor enemigo que es Errejón y su partido". "La sobreactuación del macho alfa de la izquierda populista muestra la deriva patética de su declive". ¿Dónde hay que firmar?

Juan Ramón Rallo corrobora que "la campaña a las elecciones autonómicas de Madrid es una de las más tóxicas que podamos recordar". Pero no por Vox, ni mucho menos. "Vox y Monasterio ya concurrieron a las elecciones autonómicas de 2019, en medio de un clima político igualmente tenso (hacía pocos meses de la foto de Colón), y ni remotamente vivimos una campaña tan desagradable, e incluso violenta, como la presente".

"Lo que realmente ha cambiado desde entonces ha sido la presencia de Iglesias en estos comicios", "ha sido Iglesias el que ha imprimido un tono crispado y frentista a esta campaña". "Si Podemos y, en menor medida, el PSOE sufren un batacazo electoral el próximo 4 de mayo, quizá comiencen a replantearse su estrategia electoral basada en la extrema polarización social". El PSOE es tan culpable como Iglesias de la violencia de esta campaña. Y a ver si para ya la tontuna de las cartas con balas que han instigado Iglesias y Marlaska al darle tanta publicidad.

Temas

En España

    0
    comentarios