Como ya es tradición, Colón ha vuelto a ser el escenario del cierre de campaña de Vox en Madrid, que ha celebrado el mitin más multitudinario de la contienda reuniendo a más de 5.000 personas, 3.500 en sillas para cumplir las restricciones impuestas por la covid.
"Hemos logrado una movilización histórica que ningún partido ha podido igualar", ha presumido el presidente del partido, Santiago Abascal, agradeciendo a los dirigentes y simpatizantes de Vox su trabajo en esta campaña marcada por la violencia contra ellos. "Lo habéis hecho sin miedo a nada ni a nadie y sin pedir permiso ni perdón a la izquierda", ha elogiado.
Un discurso que tiene lugar después de conocerse que el Gobierno ocultó durante diez días que entre los agresores detenidos en Vallecas por golpear a policías en el mitin de Vox, había empleados de Podemos. "Nos han tenido diez días hablando del sainete balístico mientras ocultaba que los sicarios que manda Pablo Iglesias eran los que habían agredido a policías", ha criticado con dureza Abascal, elevando el tono muy enfadado.
Objetivo: echar a Pablo Iglesias
Frente a una marea de banderas españolas, el líder de Vox ha calificado la ocultación del Gobierno como "el mayor acto de corrupción que se ha perpetrado en unas elecciones en España" y ha arremetido contra Pablo Iglesias por "traer la batasunización de la política".
La candidata del partido en Madrid, Rocío Monasterio, ha prometido "conseguir que Iglesias se vaya a su casa" el 4-M, insistiendo en que el principal objetivo de su partido en estas elecciones es "impedir el asalto de la izquierda al Gobierno de Madrid".
El líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, ha sido el encargado de presentar el acto, acompañado por los principales dirigentes del partido, Macarena Olona, Javier Ortega y Jorge Buxadé, que han recorrido Madrid en diferentes caravanas electorales para visitar todos los barrios de la capital y casi todos los municipios.
Una campaña marcada por la violencia
Vox arrancó la precampaña sufriendo uno de los actos más violentos que se recuerdan, al ser agredidos con piedras, palos o botellas en Vallecas. Un acto que no fue condenado por Pablo Iglesias que incluso responsabilizó a los dirigentes del partido de lo ocurrido por "haber ido a provocar".
El discurso de Vox contra la inmigración ilegal y los menas, acompañado del polémico cartel en el que aparecen un menor y una abuela con el mensaje "un mena 4.700 euros al mes, tu abuela una pensión de 476 euros al mes", les mantuvo en el centro del debate político y la atención de los medios.
Pero, sin duda, uno de los momentos que más se recordarán de la campaña fue el enfrentamiento que protagonizó Rocío Monasterio con Pablo Iglesias en la Ser, cuando retó al candidato de Podemos a marcharse después de que intentara echarla del debate obligándola a condenar las cartas amenazantes con balas que habían recibido él, Fernando Grande-Marlaska y la directora de la Guardia Civil, María Gámez.
Un episodio que el propio Abascal rememoraba en el último mitin de la campaña asegurando que servirá en el futuro de ejemplo en la batalla que el partido mantiene contra la izquierda, llegando a "darles el triunfo" en las elecciones. "Rocío se ha enfrentado a la violencia, a la censura y a las encerronas y ha dejado nuestros principios y convicciones en lo más alto, ante quienes no soportan a las mujeres libres", ha dicho, pronosticando que "esta campaña deja un recuerdo que dará la victoria a Vox" en las generales.
Las encuestas sitúan a los de Abascal como claves para que el PP de Isabel Díaz Ayuso logre la mayoría absoluta y pueda seguir gobernando, rondando el 9% de votos y los 13 escaños. De cumplirse el pronóstico, supondría un éxito para el partido ya que registrarían una ligera mejora con respecto al 8,9% de apoyos y los 12 escaños que obtuvieron en 2019, consolidando su electorado en medio del exponencial crecimiento del PP.