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El abstencionista Albiac anuncia que votará hoy a Ayuso "en legítima defensa contra el fascismo"

La batalla por Madrid se decide en unas pocas horas tras una campaña marcada por la violencia de Pablo Iglesias que ha amparado Sánchez.

La batalla por Madrid se decide en unas pocas horas tras una campaña marcada por la violencia de Pablo Iglesias que ha amparado Sánchez.
Gabriel Albiac. | LD.

El Mundo

"Isabel Díaz Ayuso se juega Madrid y mide la reactivación del centroderecha". Todos conteniendo la respiración. Nos espera una noche no apta para cardiacos.

"Las elecciones que se celebran hoy en la Comunidad de Madrid dirimen algo más que una pugna ordinaria entre opciones políticas antagónicas", dice el editorial. "Las consecuencias de los comicios no se limitarán solo al ámbito autonómico". Si mañana Pablo Iglesias sale de la política y se va a hacer televisión España no solo le deberá una Ayuso, le deberá la preservación de la democracia.

"El PP afronta el 4-M como un doble reto: prolongar una hegemonía ideológica que se acerca a las tres décadas en Madrid y avanzar en el reagrupamiento del centroderecha no solo en esta región sino en toda España". Verás Rosell, es que en Madrid no se vota PP, se vota Ayuso.

La mejor noticia es que, si Podemos fracasa, "tendrá pie y medio fuera de la política institucional". Será un servicio a España que nunca podremos pagar a Ayuso.

Mientras, "Gabilondo, tutelado desde Moncloa, se ha dejado arrastrar por este fango renunciando así al centro". El PSOE renunció al centro desde que Sánchez ganó las primarias. "El adelanto electoral fue un gesto de audacia por parte de Ayuso, pero puede significar un punto de inflexión para Pablo Casado como alternativa de gobierno". Puf, Casado no es precisamente audaz.

Cómo estará el patio que Iván Redondo no le coge el teléfono a Raúl del Pozo. Así que ha tenido que acudir al "espléndido Jesús Úbeda, que vive la posmovida después de la peste", para que le explique "que los homenajes a Baco no son exclusivos de los gabachos en la capital del reino: la derecha se emborracha colapsando Ponzano y la izquierda atrincherándose en Lavapiés". Vamos, que borrachos no son solo los que votan a Ayuso, como dice Tezanos, que a la izquierda también le gustan las cañitas.

Leyre Iglesias está asqueada, como tantos, de lo que ha hecho el Gobierno y sus terminales mediáticas con la campaña de las cartas bala y la navaja del esquizofrénico. "La gritona utilización electoralista de este caso, en comparación con el sospechoso silencio sobre los detenidos de Podemos en las agresiones a la Policía y a Vox en Vallecas, es una de las cosas más miserables que hemos visto estos días".

"Dicen algunos entusiastas que hoy el sanchismo empezará a derrumbarse. No sé si tanto. Sí sé que cada vez hay más límites traspasados, y que muchos de ellos —la mayoría, ahí está el problema— no los ha cruzado eso que llaman fascismo". El Gobierno ha cruzado una línea roja. Amparar la violencia en una campaña electoral.

Arcadi Espada define a Sánchez. "Figurilla, chuchumeco, drope, avechucho, renacuajo, sacabuche, gurrumino, lipendi, paria, guiñapo, calandrajo, echacantos, sacapelotas, cascaciruelas, espantanublados, pelagatos, pelgar, pelafustán, pinchaúvas, espantajo, zaragate, mondrego, andarrio, zabulón, bergante, sollastre, pardal, pendón, rufián, deshonrabuenos, bacín, vaina, zurriburri, zascandil...". Y así hasta 220 adjetivos. Y se queda corto.

El País

"Madrid elige entre dos modelos de sociedad tras 15 días de crispación". Una crispación alentada por la izquierda, con la complicidad de Moncloa y de este periódico.

Dice el editorial que "las malas maneras empleadas, la escasez de debates, la dudosa oportunidad de la cita y hasta la violencia verbal usada en algún caso pueden ponerse en el debe de la política regional —y nacional, ya que estas elecciones han adquirido una dimensión que va más allá de su ámbito territorial—, pero en el haber hay que poner hoy lo único que verdaderamente cuenta en democracia: los votos". Los votos que el PSOE, Podemos y Cs intentaron secuestrar con una moción de cesura ilegal.

Luego cuenta que Madrid es un desastre, que va fatal, que no funcionan ni los semáforos, en fin, cosas del panfleto sanchista de la mañana. "Los ciudadanos tienen hoy la palabra. Al Gobierno que salga de las urnas le toca apagar las distorsiones de un clima polarizado y centrarse en los asuntos que rigen la vida de los habitantes de la comunidad". Eso solo será posible sin medios de comunicación que oculten algo tan grave como que un partido, que encima está en el Gobierno, tiene matones a sueldo para pegar a los adversarios políticos. Eso sí que es fascismo.

ABC

"Tezanos descalifica a Ayuso y a sus votantes de las tabernas". "El presidente del CIS rompe su deber de neutralidad". ¿Cuándo ha sido neutral este sirviente de Sánchez? Dice Julián Quirós que "ya que no ha podido derrotarla con los sondeos, y mira que lo ha intentado, se desquita con la pluma. Y descalifica a Ayuso por 'su escasa entidad intelectual y política' y denigra a sus votantes 'del mundo de las tabernas'. La taberna y la caverna. Borrachines no ha llegado a llamarlos, ojo, sólo se refiere a los taberneros y sus clientes (tabernarios, según la RAE), que no es lo mismo, aunque quizá los aludidos se consideren eso, aludidos". Ni caso, se ve que las encuestas ilegales que está haciendo le han puesto nervioso.

Dice el editorial que "el PSOE de Pedro Sánchez ha emprendido un giro a la izquierda que no repara en gastos y costes para nuestro sistema de libertades". "Si hay algo que lo ponga en riesgo es la irresponsabilidad del presidente del Gobierno para deslegitimar el juego democrático y lanzar una alerta —de corte antifascista, inspirada en el discurso de Pablo Iglesias que siguió a los últimos comicios andaluces— como la que cerró la campaña del candidato Ángel Gabilondo". "El socialismo tiene el reto moral y la obligación institucional, por su papel en el Gobierno de España, de identificar y combatir los auténticos riesgos que acechan a nuestra democracia. No los tiene muy lejos". De hecho son sus socios.

Hoy va a votar hasta Gabriel Albiac, abstencionista declarado por su rechazo a "los sórdidos mercadeos de la política". "Me impuse esa disciplina hace mucho, cuando del tiempo de la aventura fue aventada hasta la ceniza: jamás participaría en sus andrajosas liturgias". "Me abstuve de jugar en sus partidas trucadas. Y aun de tomar partido en sus timbas".

Pero Albiac es consciente de lo mucho que nos jugamos hoy. "Votaré bajo la constricción de la legítima defensa: votaré contra lo demasiado inaceptable, contra la sobredosis de envilecimiento que nos enfangaría a todos". Votará "contra ese fascismo emergente que es la ola populista. Frente a la cual no veo más dique eficaz, hoy, que el Madrid de Ayuso". Que no es momento de ponerse estupendo ni torremarfileño, como califica Bustos a los de oh, ah, cuánta crispación, oh, ah.

Pedro García Cuartango intenta relajar el ambiente de crispación de esta campaña. "Hoy millones de madrileños acuden a votar. No es cierto que tengan que elegir entre libertad o comunismo. Ni tampoco entre fascismo o democracia". "En esta comunidad no está amenazada la libertad, ni hay peligro de un régimen comunista, ni de que el fascismo secuestre las instituciones".

Isabel San Sebastián le contradice. "La libertad se enfrenta hoy al matonismo y la mentira en una batalla decisiva. Una batalla en la que nos jugamos la democracia. Una batalla a vida o muerte económica, en sentido literal. Madrid no se limita hoy a votar a la derecha o la izquierda. Opta entre la libertad y el yugo". Así que Madrid se juega hoy que tanto Isabel como Pedro puedan ejercer su derecho a expresar su opinión sin arriesgarse a ser agredidos, insultados o silenciados.

La Razón

"Un voto en clave nacional". Dice Abel Hernández que "las elecciones regionales de este 4 de mayo del año de la pandemia desbordan los límites de la Comunidad de Madrid". "De la "batalla de Madrid" saldrán seguramente malheridas, si no muertas, algunas de las formaciones que han marcado estos años el rumbo de la política nacional. Se anuncia la retirada de Pablo Iglesias, el político más incordiante y zaragatero de la última época". El cáncer de España, un veneno para la convivencia, el matón de barra de bar que vino a liarla y a forrarse y ha conseguido ambas cosas. Si España quiere recobrar la tolerancia y conservar la democracia, es fundamental que Madrid sea hoy la tumba política de Pablo Iglesias y esa banda violenta llena de odio que es Podemos.

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