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Ayuso, verdugo de Pablo Iglesias, deja noqueado a Sánchez y "patea varios culos"

Las elecciones madrileñas han supuesto un auténtico terremoto. La izquierda mediática se lame las heridas y la derecha está exultante.

Las elecciones madrileñas han supuesto un auténtico terremoto. La izquierda mediática se lame las heridas y la derecha está exultante.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ejerce su derecho al voto en el colegio La Inmacualada-Marillac en Madrid, este martes. | EFE

El Mundo

"Ayuso noquea a Sánchez y acaba con la carrera de Iglesias". Jo, con la tonta de IDA, menuda killer. Dos pajarracos de un tiro. "Y Madrid votó. Votó como nunca había votado, batiendo todas las marcas de participación, movilizada por la conciencia de un momento decisivo", dice un emocionado editorial. Las históricas elecciones de ayer fueron un "éxito del modelo liberal" y un "rechazo rotundo a lo que el sanchismo significa: la podemización del PSOE de la mano de Sánchez e Iglesias, que ayer ni siquiera tuvo la grandeza de dimitir sin victimizarse. Un final a la altura populista del personaje". A Iglesias no le queda ya ni dignidad personal. Se va como llegó, con su discursito de odio incendiario y sembrando cizaña.

En cuanto a Sánchez, "el protagonismo de un Sánchez cargado de soberbia, junto al guion guerracivilista de un desesperado Pablo Iglesias para evitar la desaparición de Podemos, son los que otorgan mayor mérito a la gesta de la presidenta madrileña y hacen más rotundo el fracaso de la izquierda". Que tome nota Sánchez. La deriva radical que ha mostrado en la campaña le puede llevar al mismo sitio que Iglesias. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar...

También tiene un mensaje para Casado. "La alternativa pasa por la combinación de una gestión exitosa con el coraje en la batalla de las ideas. Pasa por no caer en la trampa tendida por los altavoces mediáticos del sanchismo que lamentan farisaicamente la crispación mientras se entregan a la hipérbole guerracivilista y al cordón sanitario, cuando el único extremismo que acaba de ser severa y democráticamente castigado en la región más abierta de España es el que encarna el sanchismo". "Ojalá quede valor para la autocrítica en Moncloa y no les tiente un revanchismo visceral y contraproducente". Conociendo a Sánchez pierde toda esperanza. Madrid recibirá su castigo, habrá que estar preparados.

Federico Jiménez Losantos atiza al desaparecido Ciudadanos por su incomprensible comportamiento con las mociones de censura. "No sólo han quedado como traidores sino como idiotas. Pensaban que la derecha social es como la derecha política, incapaz de defenderse y de acordarse de las puñaladas. Y no". Atiza a Casado por "vampirizar el éxito rigurosamente personal de Díaz Ayuso" que "ha conseguido resucitar, a pesar de todas las interferencias de la dirección, incapaz de humildad y de talento, a un partido desahuciado".

Y pide al PP que reconsidere su ruptura con Vox "para construir una alternativa a una izquierda que pierde a su representante más siniestro, no al más peligroso, que es Sánchez, ni al más radical, que es Más Podemos. Errejón, Tania Sánchez, Mónica García y demás son exactamente lo mismo que Iglesias". Al menos no contratan matones, algo es algo. "Madrid paró ayer al sanchismo. Pero el peligro sigue". Bueno, Federico, no nos agües la fiesta, ya lo pensaremos mañana, hoy vamos a disfrutar de la victoria de Ayuso y celebrar la mejor noticia que ha tenido España en diez años: Iglesias se pira.

Santiago González dice que ha salido lo que preveían todas las encuestas excepto la del CIS "que guarrea" Tezanos. "Hubo otro perdedor, claro: Pablo Manuel Iglesias Turrión, que se remangó para dar la batalla de Madrid y conseguir tan magro resultado. ¿Eso era todo? ¿Bajar a la pelea para sacar tres escaños más que la delincuente Isa Serra?". El mayor ridículo de la carrera política de machoman. Y ahora le pasa la fregona a la pobre Isa para que recoja los restos de su fiesta antifascista. Es patético que Isa no le haya dado con el palo en la cabeza con un ‘ahí te quedas’ bien sonoro.

"Pedro Sánchez ha iniciado su declive que amenaza el Gobierno de España. Pagará en el viaje todas sus trapacerías y sus mentiras. En los meses próximos va a haber socialistas que se sientan emplazados a replantear ante Sánchez la misma batalla que ya plantearon y ganaron en 2016, cuando el Comité Federal del partido le obligó a dimitir". Ojala, pero el socialismo es hoy un erial. Todo es sanchismo. En Madrid, en concreto, es un sucedáneo de Podemos.

A Jorge Bustos le mola Ayuso. "En su carácter hay una mezcla de fragilidad y determinación que es imposible fingir y que ojalá este soberano triunfo no acabe arruinando. Yo no sé si la fórmula de Ayuso es extrapolable al conjunto de España. Sí sé que los madrileños, hartos del tinglado de la farsa sanchista, han votado a alguien que usa el poder para hacer y no para posar. Que se rebela, decide y lidera".

Lucía Méndez todavía no se lo puede creer. "Quién podría haber predicho que Isabel Díaz Ayuso, la candidata Juanita Calamidad de hace dos años, sería la verdugo de Pablo Iglesias". ¿Juanita Calamidad? Mira, este mote no lo había leído en El País. "Después del 4-M, será imprescindible que alguien se sitúe al lado de Isabel Díaz Ayuso, cuando se levante de la cama, cuando llegue al despacho y cuando entre en la taberna para tomarse una cerveza, con un cartel que diga: 'Presidenta, recuerda que eres mortal'", le advierte.

"Alguien tenía que haberle dicho hace mucho a Pablo Iglesias: 'Recuerda que eres mortal'". Pero qué dices, Lucía, si a alguien se le ocurre decir eso al caudillo le arranca la cabeza.

"El vicepresidente tiene seguidores fieles y enemigos mucho más fieles aún. Sus enemigos poco piadosos— no le han dejado ni siquiera irse en paz. Lo que no tiene son votos. Su presencia mediática en la campaña ha sido arrolladora. Le quieren o le odian los medios, pero no la gente". ¿Qué no le han dejado irse en paz? ¿Alguien le ha hecho algo? ¿Alguien ha contratado matones para echarle? Así que poco piadosos con el piadoso Iglesias, cuyo sectarismo, su intolerancia, su odio al discrepante han enfrentado al país hasta límites insoportables. Costará reconstruir lo que ha destruido en diez años este tipejo despiadado y cizañero.

El País

"Ayuso arrasa en Madrid". El periódico sanchista es incapaz de ocultar su desprecio, su cólera y su amargura. Se aferra al discursito de la utraderecha y deja claro que no piensa cambiar ni un milímetro su línea editorial del insulto burdo, de la confrontación y la polarización. Un editorial plagado de resentimiento dice que "el resultado de las elecciones autonómicas en Madrid constituye un auténtico seísmo político lleno de consecuencias, inmediatas —sobre la Comunidad— pero también indirectas, sobre el conjunto de la política nacional". El "mensaje de rechazo" a las izquierdas "llega hasta la Moncloa y requerirá una profunda reflexión".

"Gana el proyecto de profundización del modelo socioeconómico del PP madrileño, que entre acción propia y circunstancias estructurales ha presidido un periodo de notable crecimiento económico, aunque mal repartido. Este modelo se agudizará, con las prometidas bajadas de impuestos —en contra de un creciente consenso internacional— y los consiguientes deterioros de los servicios públicos e incremento de la desigualdad", dice. Vamos, que el crecimiento económico es malo para el Ibex. Y Calviño una fanática ayusista por decir que no es el momento de subir impuestos. Y de consenso internacional nada. Europa está bajando los impuestos.

"Gana además una actitud de confrontación y de cierta trivialización del discurso político. La victoria no llega a la mayoría absoluta, pero es suficientemente amplia como para limitar la peligrosa influencia de Vox, formación oscurantista, retrógrada y con derivas que desbordan el marco de los valores democráticos", dice como si estuviera dando un mitin Pablo Iglesias.

"El PSOE cosecha un fracaso sin paliativos, fruto de errores pasados y presentes", por "una campaña errática con una apuesta hacia el centro y un posterior incómodo seguidismo del marco y la retórica antifascista planteado por Podemos". Pues la misma que ha hecho —y sigue haciendo, como podemos comprobar hoy— El País.

"En definitiva, el voto impulsa un desplazamiento a la derecha del centro de gravedad conservador y una nueva energía para el choque de polos que sacude España. Un desarrollo poco alentador para los partidarios de una política pragmática y dialogante". Lo desalentador es este editorial. Parece que el periódico del Ibex va a continuar en la línea guerracivilista y del enfrentamiento y del insulto sistemático a Isabel Díaz Ayuso.

Para Márian Martínez Bascuñán los madrileños son todos unos trumpistas, unos gamberros y unos radicales. Unos tabernarios, diría Tezanos. "¿Hemos banalizado a Ayuso igual que se banalizó a Trump? ¿Está Madrid llena de los famosos "deplorables", como calificó Clinton a los votantes del magnate? ¿Representa Ayuso el salto de la política al entretenimiento, consolidado en EEUU en 2016? ¿Se han relajado tanto las líneas rojas de los consensos democráticos que un discurso como el de Vox, gamberro y radical, se premia?". Relajas las líneas rojas es que un partido tenga matones a sueldo y que un periódico lo oculte.

"Génova se equivocaría si el ayusismo acabara impregnando la estrategia de la dirección general. La tentación del espejismo es grande. Hay muchos incentivos para pensar que la vía trumpista construye mayorías, que abrazarse a Vox no tiene ningún coste". Lo que parece claro es que abrazarse a la ultraizquierda, el separatismo y proetarrismo sí que lo tiene.

Xavier Vidal Folch pide venganza. "Nada es gratis. Las ofensas políticas pasan factura a la economía de quien las lanza. Sucederá con Madrid. Como con los demás nacionalpopulismos reaccionarios". No hay manera con ellos. Para la izquierda mediática solo vale que gane la izquierda y solo son legítimos los pactos que haga la izquierda.

ABC

"Madrid tumba a la izquierda". Qué gusto salir de la hiel de El País. ABC está exultante.

El triunfo de Ayuso "sirvió también para dar un aldabonazo liberal-conservador al discurso del odio promovido por la izquierda durante la campaña más cainita y pobre que se le recuerda". "El mensaje de cientos de miles de madrileños es de castigo a Sánchez. Madrid ha sido la constatación del brutal desgaste que están experimentando Sánchez y su coalición con Podemos", dice el editorial.

"Si el PSOE cree que este descalabro es solo achacable a Ayuso, se equivocará. Se ha votado contra su gestión de la pandemia, contra el miedo a la recesión, contra el infantilismo con el que Sánchez trata a la opinión pública, y contra los mantras oficiales de la izquierda porque ya se ha perdido el complejo a replicar a su guerracivilismo. Madrid debe ser el primer paso para que Sánchez salga de La Moncloa lo antes posible". No es por ser aguafiestas, pero no se vislumbra ese horizonte.

Juan Fernández Miranda dice que lo de Ayuso este martes "no fue un golpe en la mesa, fue una patada en un montón de culos: el de Sánchez el primero, pero no sólo. Su gurú Iván Redondo. Su exvicepresidente, Pablo Iglesias. Su candidato, Ángel Gabilondo. Su ministra Reyes Maroto. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y su candidato, Edmundo Bal". A Parla.

Pedro García Cuartango le canta las verdades a Iglesias. "Quiere morir matando. Ha hecho una campaña que roza lo estrafalario con un guerracivilismo y un odio hacia la derecha que resultan impostados". Para nada, su odio es real, Cuartango.

"Tiene una responsabilidad moral y política en este clima de odio y encono que ha ido expandiéndose como la peste". Su paso por la política ha sido lo peor que le ha pasado a España en 40 años. Ha dejado el país hecho unos zorros, sembrando cizaña, alimentando el enfrentamiento entre la ciudadanía. Iglesias ha sido a España lo que el procés a Cataluña. Es puro odio, pura violencia. A ver cómo arreglamos el estropicio.

Iglesias "quiere dejar el poder y recuperar la libertad que ha perdido: el privilegio de decir lo que le plazca". Iglesias siempre ha dicho y hecho lo que le place. Desde Moncloa ha amenazado a periodistas, ha acusado a un grupo político de querer dar un golpe de Estado, ha insultado al Rey, se ha querido cargar la Constitución. No se puede ser condescendiente con este individuo, serlo es lo que nos ha llevado hasta aquí.

Porque como dice José F. Peláez, Iglesias "ha infectado todos los aspectos de la convivencia". "A última hora de la noche salía con la afectación del tahúr, para anunciar que se iba, que se cortaba la coleta y España descorchaba el champán. Lo hacía con un discurso vulgar, tramposo, sin ningún tipo de elegancia y con el estilo arrabalesco y fulero marca de la casa. La realidad es que se va porque ha fracasado, porque España le ha echado y porque prefiere hacer el zángano". Mejor que haga el zángano. Que disfrute de la fortuna que ha hecho en política, pero que nos deje en paz.

"Tras diez años de lucha sin cuartel, de guerra civil mediática, de vómitos y excrecencias de todo tipo, de odio contra todo, de chulería y arrogancia, de justificación e incluso aliento de la violencia, de engañar a todos y de proyectar sombras de corrupción, lo único que ha conseguido es dejar a la derecha gobernando en Madrid con una mayoría abrumadora, a Izquierda Unida desintegrada, a los sindicatos zombies, a Errejón humillándolo y a un PSOE desprestigiado expiando las culpas por haberse echado en sus brazos. Esta es su gran obra, y el resto, apenas una anécdota que pasará como pasan todos los fenómenos televisivos". Que cierre la puerta al salir.

Dice Ignacio Camacho que la marcha del morado "dejará una escena pública más sana y más limpia, y un Podemos limitado a las dimensiones tradicionales de Izquierda Unida. Otra medalla con la que Ayuso puede decorar un balance extraordinario. Sus reflejos, su rasgo de audacia intuitiva para zafarse de la encerrona que le habían preparado tras el amago murciano, han conseguido dejar en precario la falsa fortaleza de un poder con pies de barro". Gracias Ayuso. Como dice Álvaro Martínez, "España le debe dos".

La Razón

"Ayuso: cambio de ciclo". "No sólo ha doblado los escaños que obtuvo en 2019, sino que ha conseguido algo mucho más trascendente, como es la derrota del discurso maniqueo de la izquierda, con un alegato por la libertad", celebra el editorial.

"La izquierda madrileña se ha dejado llevar por el discurso de la catástrofe, casi del apocalipsis, dibujando un retrato de Madrid, que la mayoría de sus vecinos percibían como ajeno a su experiencia de vida cotidiana". Sí, casi te sorprendías cuando bajabas a la calle y no veías gente con la cruz gamada, ni sacos terreros, ni aviones bombardeando Madrid.

"En lo ocurrido en Madrid no sólo cuenta el factor Ayuso, de indiscutible tirón popular, sino los graves errores de la campaña del PSOE, con un candidato que se ha dejado arrastrar por la dialéctica frentista de la extrema izquierda, y que ha provocado, como demuestra la alta participación electoral, una reacción del voto más moderado, incluso, socialista, agrupado en torno al candidato que partía con mejores posibilidades de triunfo. La victoria anoche de Ayuso, lo ha sido en nombre del derecho de cada uno a vivir su vida en libertad y sin imposiciones ideológicas sectarias. En definitiva, en democracia". Sí, democracia. O sea, tolerancia y respeto con los discrepantes.

Francisco Marhuenda no cabe en sí de gozo. "La clara y contundente victoria de Ayuso ha provocado un tsunami que ha arrollado a Iglesias y Sánchez", qué alegría qué alborozo.

"La aceleración de las noticias hace que olvidemos los disparates que han dicho, desde que comenzó la precampaña, algunos políticos y periodistas cegados por su fanático partidismo y soberbia. Hoy tienen la nítida respuesta de lo que piensan realmente los madrileños". Un corte de magas en forma de votos.

"Iglesias ha preferido la radicalidad, el fanatismo y el lenguaje guerracivilista. Su renuncia deja mucha paz en la política española". Pablo Iglesias no puede ejercer la política en un país democrático porque no es un demócrata.

Julio Valdeón dice que el "meteoro" Ayuso "fue sinónimo de esperanza más allá de su electorado. Su triunfo anuncia la carcoma de un sanchismo que hizo de odiar Madrid el pasatiempo favorito de miles de columnistas apesebrados con tópicos".

Para Jorge Vilches "la mayoría ha visto en Ayuso a una persona que se ha partido la cara por la gente. La imagen de valentía y servicio público, de esfuerzo extenuante, ha sido más poderosa que la apelación al miedo y al odio que ha hecho la izquierda".

"La madrileñofobia desatada por el sanchismo, el comunismo podemita y los nacionalistas ha servido para consolidar el proyecto político de Ayuso, reforzando la empatía entre la ciudadanía y la dirigente. Ha conseguido empatizar con la gente con frases llanas, comportamientos comunes y respuestas ingeniosas a los ataques de la izquierda, fuera de la corrección política". Ayuso ha sido un soplo de aire fresco en el insoportable panorama político que se ha instalado en España desde la aparición de Podemos. Tanta paz lleven como descanso dejan.

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