Pablo Iglesias ha anunciado que abandona la política y deja todos sus cargos tras su fracaso sin paliativos en las elecciones madrileñas. "Tengo la conciencia absoluta de haberme convertido en un chivo expiatorio que moviliza los afectos más oscuros y contrarios a la democracia", ha asegurado Iglesias, "estos resultados lo dejan claro, no soy una figura que contribuya a sumar".
En su comparecencia para valorar los resultados electorales, Iglesias ha confirmado lo que era un secreto a voces: se va y deja "todos los cargos" políticos "tras constatar que la alta participación registrada" no ha contribuido a "frenar a la derecha". "Cuando uno no es útil tiene que saber retirarse", ha dicho Iglesias, después de reconocer que ha habido una gran movilización en la derecha y que él ha generado más rechazo que impulso para la izquierda y se ha convertido "chivo expiatorio", y que por tanto ha fracasado.
"Seguiré comprometido con mi país pero no voy a ser un tapón", ha afirmado Iglesias, cuya formación no ha llegado ni al 7,5% de los votos y apenas ha mejorado los resultados que obtuvo Isa Serra en las pasadas elecciones. De 7 escaños han pasado a 10, una cifra que el propio Iglesias ha reconocido "insuficiente" para formar un gobierno de izquierda.
También ha felicitado a Más Madrid por su "magnífico" resultado y ha anunciado que da un paso atrás para dar espacio a nuevos liderazgos y rostros que trabajen en la renovación de su proyecto político.
Según adelantó Libertad Digital, Iglesias deja tirados a sus votantes y cede el liderazgo de Podemos a la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que ya le reemplazó en la vicepresidencia del Gobierno cuando decidió ser candidato a las elecciones autonómicas de Madrid. El futuro de Iglesias se orienta hacia el poder mediático y lleva ya un tiempo negociando un contrato con el empresario de medios de comunicación Jaume Roures, según ha publicado ABC.