Menú

Las 7 razones por las que las feministas consideran que la ley Trans es una "aberración"

La Confluencia Movimiento Feminista acusa a Montero de traicionar a las mujeres y no haber hecho nada por la igualdad, salvo retroceder en derechos.

La Confluencia Movimiento Feminista acusa a Montero de traicionar a las mujeres y no haber hecho nada por la igualdad, salvo retroceder en derechos.
Manifestación de la Confluencia Movimiento Feminista en la Puerta del Sol | EFE

Las feministas se rebelan contra la ley Trans de Irene Montero, a la que acusan de no haber hecho otra cosa que retroceder en los derechos que tanto les ha costado conquistar. "Es una ley que traiciona a las mujeres, que viola todos nuestros derechos, que supone un retroceso de décadas, por no decir de siglos, y que, además, no incluye verdaderamente ningún derecho para las personas transexuales más allá de la libre autodeterminación de género", denuncia Sonia Gómez, portavoz de la Confluencia Movimiento Feminista.

En declaraciones a Libertad Digital, Gómez asegura que la ministra "está obsesionada con la ley Trans" y, sin embargo, "no ha hecho nada por la igualdad de las mujeres, que se supone su mayor cometido dentro del Ministerio". En un duro alegato, las feministas lamentan que Irene Montero se limite a "mandar tuits con cariño y muchos abrazos a las mujeres asesinadas", sin haber hecho "nada" para mejor sus condiciones: "Tanto que queríamos un Ministerio de Igualdad y lo único que ha hecho es ir en contra de nuestros derechos".

A su juicio, el anteproyecto aprobado este martes por el Consejo de Ministros es una "aberración" y "una ley acientífica completamente". Por eso, lamenta que no se hayan escuchado lo suficiente los argumentos de todos aquellos que, como ellas, están radicalmente en contra.

La autodeterminación, "un fraude de ley"

El origen de ese rechazo frontal radica en la libre autodeterminación de género sin ningún requisito previo. "Cualquier hombre, sin ningún tipo de cambio físico, sin necesidad de cambiar de nombre y sin ningún tipo de informe médico puede ir al registro y decir que se siente una mujer", lamenta Sonia Gómez, que asegura que el hecho de que finalmente haya que esperar tres meses "es un simple cambio burocrático".

La portavoz de la Confluencia Movimiento Feminista cree que esto no tiene ni pies ni cabeza, ni tampoco precedente alguno. "Yo no me puedo autodeterminar española sin nacer en España o tramitar una nacionalidad, ni me puedo autodeterminar joven o persona con discapacidad y pasar a tener sus mismos derechos". Precisamente por eso, el colectivo denuncia que ésta "es una ley que permite el fraude de ley y lo avala".

En la práctica, las feministas advierten, además, de que esto supondrá que cualquier hombre podrá "ocupar cupos de mujeres en las listas cremallera, entrar en todos los baños y vestuarios de niñas y mujeres libremente u ocupar plazas en las casas de acogida… En definitiva, puede entrar en absolutamente todos nuestros espacios protegidos y en esos cupos que tantas décadas nos ha costado conseguir".

Violadores en cárceles de mujeres

Dentro de esos "espacios protegidos", a las feministas les preocupan especialmente las cárceles de mujeres, ya que, al no haber ningún requisito, "cualquier violador o maltratador puede autodeterminarse mujer y entrar en una prisión de mujeres, poniendo en riesgo absoluto a todas las mujeres que están encarceladas".

Sin ir más lejos, explica Sonia Gómez, esto es lo que ha sucedido con el asesino confeso de una joven canaria en 2018. Durante el juicio, el individuo solicitó que le llamasen Lorena, en lugar de Jonathan, y aseguró que había iniciado el procedimiento para cambiar de género. "Será juzgado como un hombre, pero puede que entre en una cárcel de mujeres con el peligro que ello conlleva —advierte—. Eso viola absolutamente toda la idea de protección a las mujeres".

Adiós a las estadísticas de igualdad

Por otro lado, las feministas también alertan del impacto que la ley Trans puede tener en las estadísticas. Para empezar, en aquellas que sirven para analizar si la sociedad avanza o no hacia la igualdad real entre hombres y mujeres.

"Si los hombres se autodeterminan libremente mujeres... ¿dónde está la brecha salarial?", se pregunta la portavoz de la Confluencia Movimiento Feminista. El ejemplo es bien claro: "Hay hombres que han hecho su carrera como hombres y han logrado ascender precisamente por su condición de hombres, que se autodeterminan mujeres a los 50 años y empiezan a formar parte de las estadísticas de las mujeres. Eso rompe las estadísticas de brecha salarial".

Lo mismo temen que suceda con los índices de criminalidad. "Hasta ahora, las estadísticas de mujeres violadoras y asesinas son prácticamente despreciables. Hay muy pocas mujeres que asesinen por razón de sexo y, en cambio, hay muchos hombres que asesinan a las mujeres por ser mujeres —defiende Gómez—. Toda la violencia de género está basada en este concepto, así que, si comenzamos a alterar las estadísticas… ¿cómo vamos a sacar conclusiones realistas de nuestra sociedad? Es absolutamente imposible".

Sin embargo, las consecuencias de esta ley van más allá. "Si cualquier hombre puede autodeterminarse mujer, los estudios de enfermedades que normalmente afectan solamente a las mujeres, que ya son pocos y escasos, quedarían totalmente anulados", advierten las feministas.

El "maltrato infantil"

Especialmente dura es la crítica de este colectivo en lo relativo a los menores, que podrán cambiar de género desde los 14 años —12 con autorización judicial—: "Es absolutamente grave y puede constituir maltrato infantil". Precisamente por eso, uno de los lemas que más se han escuchado en las manifestaciones de los últimos días es que "la infancia no se toca".

En conversación con Libertad Digital, Gómez denuncia que el Gobierno pretende "convertir a las escuelas en policías del género" y que sean las que decidan si un niño es una niña o una niña, un niño. "Que un niño juegue con muñecas no lo convierte en una niña. Que una niña juegue al futbol no la convierte en un niño. Y esos son los patrones que se están tomando para diagnosticar a las personas trans: que no cumplan los roles de género. ¿Dónde está aquí la igualdad?", se pregunta.

La portavoz de la Confluencia Movimiento Feminista lamenta, además, que haya quien defienda que incluso un niño de 3 años pueda definirse del sexo contrario, cuando los niños "no tienen esa conciencia" y la fantasía en el mundo infantil forma parte de su desarrollo. "Si se declaran Superman… ¿les dejamos que se pongan una capa y se lancen por la ventana? No", se responde a sí misma.

Por otro lado, Gómez muestra su preocupación por el hecho de que se pueda acabar hormonando a los menores y recuerda que son varios los "países de nuestro entorno, como Suecia, Reino Unido o Finlandia, que han aprobado leyes trans hace años y que están retrocediendo y han prohibido la hormonación infantil por los gravísimos efectos secundarios que trae consigo".

Según explica a LD, en muchos casos se ha permitido a los niños hacerse una doble mastectomía, "un tratamiento absolutamente irreversible y que también afecta al desarrollo del cerebro y de los huesos de niños y adolescentes". A su juicio, "esto es una aberración en sí misma" y prueba de ello es el caso de Keyra Bell, una chica trans arrepentida, que ha ganado la batalla judicial al Servicio Nacional de Salud británico porque a los 16 años le permitieron hacer una doble mastectomía "cuando no tenía la madurez suficiente para tomar una decisión semejante".

Patologías sin tratamiento

Otra de las polémicas reside en la despatologización de las personas trans, que dejarán de considerarse enfermas. A pesar de que se ha vendido como un gran avance, la Confluencia Movimiento Feminista alerta de la gran tragedia que esto puede suponer para mucha gente: "Si no hay diagnóstico… ¿qué pasa con las personas que sufren verdaderamente disforia de género? Se quedarán sin tratamiento psicológico y eso es terrible, pero, además, hay otras patologías que quedarán ocultas". En esta línea, la portavoz de este colectivo asegura que "hay estadísticas que hablan de muchas personas del espectro autista que se autodeterminan trans por su confusión y que se quedarían sin tratamiento para su patología".

Además, las feministas hacen hincapié en la incoherencia que se pone de manifiesto con este asunto. "Pretenden despatologizar la cuestión trans, pero que la Seguridad Social les pague los tratamientos médicos. Esto es una contradicción en sí misma", lamenta Gómez, que recuerda que esto es algo que nadie más puede hacer. "Yo no me puedo autodiagnosticar de algo y que me operen. Tiene que haber un comité médico que me diagnostique de cualquier enfermedad y, hasta que no me diagnostiquen un montón de médicos, no puedo acceder a ningún tratamiento".

El deporte femenino se desvirtúa

Otra de las cuestiones más controvertidas es la repercusión que esta ley tendrá en el deporte, ya que cualquier hombre que se autodetermine mujer podrá participar en competiciones femeninas. "¿Qué mujeres van a acceder al medallero si esto sucede?", se preguntan las feministas que, a pesar de defender la igualdad de derechos, creen que hay cuestiones biológicas que no se pueden obviar.

"Todos los récords femeninos de los deportes son mucho más bajos que los masculinos por una cuestión biológica: los hombres son más fuertes, tienen más masa muscular y mayor capacidad torácica, así que se llevarán todas las medallas", vaticina. Pronto tendremos ocasión de comprobarlo, ya que Nueva Zelanda acaba de seleccionar a la primera atleta trans para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio en la categoría de Halterofilia.

Cuidado con los nuevos delitos de odio

Por último, la Confluencia Movimiento Feminista alerta sobre el impacto que la nueva ley puede tener en la libertad de expresión. "A partir de ahora, si tú dices que las mujeres tenemos vagina o que no tenemos pene o nombras la palabra vulva, pueden sentirse ofendidos y se puede considerar un delito de odio", advierte su portavoz, que pone un ejemplo muy concreto: "Si tú tienes delante a una persona con aspecto masculino, barba, vestido de hombre y que se llama Carlos, pero que decide que es ‘ella’ y te equivocas y le llamas ‘él’, puedes ser denunciado".

En España, la ley contempla multas de hasta 150.000 euros por delitos de odio, pero todavía no se han definido. Sin embargo, las feministas temen que, cuando se definan, "incluyan cosas que se incluyen en otros países". En esta línea, recuerdan el caso de una mujer detenida y juzgada en Escocia por publicar en Twitter una bandera sufragista.

"Estamos llegando a unos límites de intolerancia que no podemos permitir. Ya no digamos en países en donde ya se está pretendiendo borrar la palabra mujer o la palabra madre y sustituirla por cuerpo gestante. Todo es un delirio que no tiene ni pies ni cabeza", denuncia.

Temas

En España

    0
    comentarios