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"Resulta hilarante" ver a la izquierda "pidiendo las sales": "Los talibanes están en Kabul porque ellos lo han querido"

Afganistán reina en todas las portadas y todos, sin excepción, señalan a Biden como responsable.

Afganistán reina en todas las portadas y todos, sin excepción, señalan a Biden como responsable.
Patrulla talibán en Jalalabad (Afganistán). | EFE

El Mundo

"Biden: No combatiremos más en Afganistán, ellos no quieren luchar". Vaya morro tiene el ídolo de la izquierda.

Dice el editorial que "la precipitada retirada de las tropas en Afganistán se ha convertido en el primer gran fracaso de Joe Biden desde que llegó a la Casa Blanca. El mandatario estadounidense fue incapaz de explicar los graves errores de una operación que ha resultado humillante para EEUU". La humillación de EEUU es lo de menos, creo yo, más importante es la situación en la que ha dejado a millones de personas.

"El hecho de que los talibán, desalojados del poder por los estadounidenses hace 20 años, hayan recuperado el control de Afganistán constituye una derrota geopolítica sin paliativos". Un segundo Vietnam.

"La responsabilidad hay que extenderla también a la ONU, que vuelve a actuar tarde y mal, y a los países que participaron en la coalición internacional que debía facilitar la democracia en Afganistán". Una cagada monumental, con perdón.

Arcadi Espada se mofa de la izquierda patria, sus contradicciones y su hipocresía, que ahora se rasga las vestiduras cuando siempre ha criticado la intervención en Afganistán. "Qué gran momento socialdemócrata. Ahí van, dando los grititos de costumbre, pidiendo las sales y preocupándose en pleno apocalipsis por lo que les ocurra a la mitad de los ciudadanos, las doblemente victimizadas: como si se pudiera morir dos veces. Alguna, incluso, patrocinando manifiestos reservados a las mujeres, tal es su frivolidad y la raíz puramente estética de su moral. Si los talibanes están en Kabul es porque ellos lo han querido", toma leche.

"El gobierno legítimo de Afganistán y sus aliados occidentales han cumplido escrupulosamente el mandato socialdemócrata, piénsese: «No a la guerra». Y así los talibanes han entrado en Kabul como las tropas franquistas entraron en Barcelona. Sin derramamiento de sangre, lo llaman". Y ahora se rasgan las vestiduras.

"Solo me pregunto si nuestras socialdemócratas van a salir a las calles exigiendo una Gran Coalición política y militar que arrase a los talibanes y talibanas e instaure la libertad en Kabul". Y culpando a Trump, Aznar, Rajoy, incluso a Casado y a Abascal del desastre de Afganistán.

También Iñaki Ellakuría se divierte de lo lindo con nuestras izquierdas histéricas. "La misma izquierda a la que Afganistán le interesó solo cuando tocaba criticar el «imperialismo yanki» empezó a reprochar al vacacional Biden -el buen americano que, según los editoriales del sanchismo, iba a alumbrar una era de diálogo y paz- la vergonzosa despedida a la vietnamita de las tropas norteamericanas". Ahí os quedáis, que yo me doy el piro.

"Si no estuviéramos ante la condena a la esclavitud de miles afganos, esta apelación a EEUU para que «haga algo» -¿una nueva invasión?- resultaría hilarante viniendo de quien viene. Los mismos que tras los atentados del 11-S y la decisión norteamericana de golpear al terrorismo entonaron el no a la guerra por un estricto interés doméstico: acorralar política y socialmente al PP y recuperar el poder con Zapatero". Ahora lo pagarán los afganos. Y las afganas. Menos manifiestos y más coherencia.

El País

Veamos qué dice ahora el periódico de "El mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush". "El sacrificio perdido de dos generaciones de afganos. Los jóvenes temen la vuelta del mismo régimen del terror talibán que llevó a sus padres a huir en los noventa". El régimen de terror al que la izquierda, también la mediática, se negaba a combatir.

Al periódico del no a la guerra le parece ahora que todo es muy "amargo". "Las imágenes de cientos de personas invadiendo la pista del aeropuerto de Kabul mientras los aviones militares tratan de abrirse paso para salir del país perseguirán al Ejército de Estados Unidos mucho tiempo y marcarán en buena medida la presidencia de Joe Biden", su querido candidato. "Son escenas de desesperación, momentos que el mundo no olvidará". ¿Que el mundo no olvidará? Vamos, le doy una semana a Afganistán en los medios. Y porque estamos en agosto.

"Pero cualquier análisis político palidece ante la situación que se abre para los afganos que no se suban en esos aviones, especialmente las mujeres. Lo urgente es articular el operativo y la logística para atender a cuantos padezcan la violencia si los talibanes dan por finalizado este periodo de gracia en el que su prioridad es, aparentemente, mantener el orden sin venganza. Son urgentes compromisos concretos de ayuda por parte de la UE y EE UU". Anda, pues no han tardado nada la izquierda mediática en pedir una coalición que actúe en Afaganistán.

"La retirada completa de Afganistán siempre fue un gambito de alto riesgo en el que Estados Unidos se jugaba su prestigio internacional como socio militar. Los afganos se jugaban la vida. Ambas cosas se encuentran ahora a merced de la magnanimidad de una banda de fanáticos". Esos fanáticos a los que la izquierda quería proteger.

ABC

"Occidente huye de Afganistán sin mirar atrás". Dice el editorial que "es posible conceder que en algún momento había que tomar la decisión de abandonar el apoyo militar directo al Gobierno afgano que ahora ha huido despavorido. Lo que no se puede aceptar es que los servicios de información norteamericanos, desde enero a las órdenes de Biden, no hubieran sido capaces de detectar la situación real de los insurgentes terroristas sobre el terreno ni anticipar que los talibanes irían más rápidos para hacerse con el país que los militares estadounidenses para evacuarlo". A lo mejor sí lo detectaron pero ya estaban en otra pantalla, la de salir por patas.

"La administración de Joe Biden ha tenido al menos ocho meses para preparar una salida más decorosa de ese avispero, al menos para tratar de rescatar parte del armamento moderno que ahora caerá en manos de estos fanáticos". Anda, mira, encima les dejan regalitos.

"Lo que ha pasado en aquel país en los últimos meses ha sido un error de dimensiones colosales para Estados Unidos y para la OTAN, que también deberá explicar cómo piensa superar este duro trauma que pone en duda su reputación global y su propio futuro como alianza militar". Desde luego, como la OTAN nos tenga que salvar de una invasión marroquí que Dios nos coja confesados.

La Razón

"El terror llega a Kabul". Dice el editorial que "las escenas del aeropuerto de Kabul, con centenares de aterrorizados afganos tratando de aferrarse al fuselaje de cualquier avión que pueda sacarles del país, no es más que el dramático augurio del dolor que aguarda a millones de afganos tras la incalificable actuación del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden".

"La decisión de retirarse prácticamente a la carrera de Afganistán, tomada por el actual inquilino de la Casa Blanca transmite al resto del mundo que la defensa de los principios occidentales sólo responde a cuestiones de coyuntura política o de intereses meramente internos". Y que les den cuando no interesan.

" Aceptando el hecho de que la retirada era inevitable, la manera con que se ha llevado a cabo, dando carta de naturaleza a quienes nunca han respetado los derechos civiles más básicos y quemando etapas, sin obtener el menor compromiso por parte de los talibanes del cumplimiento de los acuerdos de paz, carece de la menor justificación y retrata la estulticia". Tampoco el compromiso de un talibán vale mucho.

También Marhuenda pone a caldo a Biden. "Los errores de la administración Biden en Afganistán son antológicos y constatan el declive de la primera potencia mundial". "Es cierto que Trump es un bravucón, con unas formas imposibles y un lenguaje insólito, pero su política exterior, aunque les moleste a los progres, mantuvo el poder y la influencia de Estados Unidos. No cometió ningún error y sus tradicionales enemigos se mantuvieron a una prudente distancia. Ahora tenemos un incompetente en la Casa Blanca". Pues ya tiene sus añitos, caramba. "Biden pasará a la historia como el presidente que huyó de Afganistán y el comandante en jefe más incompetente. La imagen de la huida del personal diplomático por el tejado de la embajada es el mejor resumen de lo sucedido. No se puede alcanzar un mayor deshonor".

Y como colofón, como dice José María Marco, "aunque sea en el infierno, Bin Laden andará todavía carcajeándose de una decisión que le otorga una victoria póstuma como ni en sus sueños más explosivos habría imaginado".

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