Irene Montero desvaría en Twitter: las afganas también sufrían violaciones de derechos humanos bajo el poder de EEUU

El Ejecutivo está de vacaciones, y alguno de sus miembros más mediáticos, directamente desaparecidos. A Moncloa, según nos han contado algunas gargantas profundas a través de los medios de comunicación, ya le costó que Teresa Ribera compareciera para explicar la brutal subida de la factura de la luz. Y todo para evitarle al presidente Sánchez una incómoda pausa de sus vacaciones.

Sin embargo, los Talibán y su rápida reacción a la precipitada salida del país del ejército norteamericano, han devuelto súbitamente a la actividad a los líderes mundiales. Macron, Merkel o Boris Johnson ya afilan sus agendas para tratar de reaccionar al regreso del terror al país Afgano, sacar a sus delegaciones diplomáticas y colaboradores y abordar el problema humanitario y de refugiados que se abre ahora.

Y es que, si bien los primeros a los que los Talibán están pasando a cuchillo es a los hombres a los que considere que colaboraron con occidente, las mujeres son un símbolo en sí mismo, en tanto en cuanto, durante estos últimos 20 años han podido conquistar cotas de libertad absolutamente impensables bajo el yugo de la sharía. Podían estudiar, trabajar, salir solas a la calle. En definitiva, una vida de libertades que, aunque todavía con alguna limitación, nada tienen que ver con la condena al burka y, en muchos casos, a la esclavitud sexual a la que las someterán los nuevos dueños del país. Y esas libertades han sido posibles durante los últimos 20 años gracias a las armas, las vidas y el dinero de los occidentales que ponían coto a los talibanes.

¿Y Pedro Sánchez?

Mientras los líderes se reunían para buscar soluciones a la situación, el presidente sólo atinaba a publicar una fotografía en alpargatas frente a un escritorio vacío en una pretendida reunión con sus ministros implicados. Y todo, 4 días después de la toma de Kabul por los asesinos del turbante negro.

Otro de los líderes del Ejecutivo, la mediática Irene Montero, ministra de Igualdad, muy ocupada en luchar contra el machismo en España, nada había dicho hasta la noche de este miércoles sobre lo sucedido en Afganistán y el terrible futuro que le espera a la población que no sea capaz de escapar del país.

Montero, como el resto de la izquierda española lleva años pidiendo la salida de las tropas extranjeras de Afganistán. Lo que no podían imaginar es que la salida efectiva de esas tropas iba a traer tan pronto las consecuencias: el regreso del terror al país.

¿Qué dice Montero?

Tras varios días de silencio, ayer Montero escogió Twitter, como Sánchez, para hacerse notar. Y lo hizo con tres comentarios consecutivos en Twitter. Decía la ministra de Igualdad, esa que dice luchar por los derechos de las mujeres en España, calificada por numerosos informes y rankings como el mejor país del mundo para nacer mujer, que los ejércitos occidentales nada han tenido que ver con las mayores cotas de libertad de las que han disfrutado las afganas. Es más, por mucho que las afganas estén recordando las libertades que habían conquistado y que acababan de perder, en realidad no saben de lo que hablan.

Dice Montero que "las mujeres afganas llevan décadas viendo sus derechos fundamentales vulnerados, una violación de Derechos Humanos que ahora se ve duramente agravada. Ninguna intervención militar ha servido para evitarlo", dice.

Pero no contenta con esto, añade que "las mujeres afganas han estado aún así al frente de la conquista de derechos humanos como evidencia la lucha de numerosas activistas del país. Garantizar los derechos de mujeres, niñas, personas LGTBI y población civil debe ser la inmediata prioridad de la comunidad internacional".

Pero, eso sí, no con las armas. La solución de Irene Montero pasa por entregar el poder a los talibán mientras se establecen "vías de entrada legales y seguras y agilizar la acogida" para proteger, dice Montero, a las mujeres y niñas afganas.