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El arzobispo Planellas habla del "estado español" y del "diálogo", pero calla sobre Novell

El titular de Tarragona, provincia eclesial a la que pertenece Solsona, se mete en política mientras pasa por alto el caso del obispo "retirado".

El titular de Tarragona, provincia eclesial a la que pertenece Solsona, se mete en política mientras pasa por alto el caso del obispo "retirado".
El nuevo arzobispo de Taragona, Joan Planellas | @MCSTGN

Monseñor Joan Planellas, arzobispo de Tarragona, no ha dicho todavía ni una sola palabra sobre el caso del exobispo de Solsona, Xavier Novell, a pesar de que la diócesis leridana depende de la provincia eclesial de Tarragona. Planellas ha evitado en todo momento pronunciarse sobre el impactante caso de Novell, que renunció a la mitra por una mujer, psicóloga y escritora de novela erótico-satánica.

En medios religiosos, el silencio de Planellas sorprende, toda vez que en calidad de arzobispo metropolitano le corresponde la coordinación y cooperación de las diócesis de su demarcación, tal como apunta el digital de información religiosa Germinans. Planellas, lejos de pronunciarse, ha huido del caso y ha dejado sólo al obispo de Vich, Romà Casanova, que se ha tenido que hacer cargo de la diócesis de Solsona hasta que sea nombrado un nuevo obispo.

La citada web religiosa habla de "la absoluta ausencia del metropolitano Planellas en la crisis del obispado de Solsona, tras el escándalo Novell, en la que no ha efectuado declaración alguna (ni tan siquiera unas palabras de aliento a los diocesanos) ni se ha dignado pisar la sede celsonense, dejando al pie de los caballos al administrador apostólico Romà Casanova. Una crisis en la que el único protagonista parece haber sido el cardenal Omella, en la que el papel más incómodo le corresponde al obispo de Vich, que se enteró tres días antes de su nueva responsabilidad y en la que el arzobispo metropolitano ha estado completamente desaparecido".

Desaparecido hasta este jueves, festividad de Santa Tecla, patrona de Tarragona. En la misa en la catedral, Planellas ha hablado de casi todo e incluso de temas tan espinosos como la actualidad política. El arzobispo tarraconense cobró fama y celebridad en medios independentistas por negarse a retirar una bandera separatista del campanario de la iglesia de Jofre (Gerona), donde ejercía de párroco, a petición de la esposa de Albert Boadella, a quien trató con absoluto desdén. Y este jueves ha vuelto a dar muestra de sus inclinaciones políticas al utilizar las palabras del papa Bergoglio relativas a que España debería reconciliarse con su propia historia para "bendecir" el diálogo emprendido entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el separatismo. Y lo ha hecho además empleando la retórica golpista en la que España no es una nación sino el "estado español".

España y Bergoglio

Así, ha declarado en su homilía que "nuestra labor como Iglesia se debe incrustar en la vida de la sociedad. Demasiadas veces hemos vivido alejados de la sociedad y nada de lo que pasa a nuestro alrededor nos debe ser ajeno. Por eso yo mismo y los obispos de Cataluña en documentos o comunicados hemos reiterado en no pocas ocasiones la necesidad de reconciliación social y de diálogo constructivo para hacer de nuestra sociedad catalana un lugar idóneo para crecer como personas y como colectivo en la libertad de ideas, de creencias, propuestas y actuaciones. Recuerdo ahora como el papa Francisco, en una reciente entrevista, decía, al contestar una pregunta sobre la reconciliación en el estado español que la clave en este momento, en cualquier país con este tipo de disyuntivas, es preguntarse si la sociedad se ha reconciliado de forma adecuada con su propia historia".

A continuación ha leído las siguientes declaraciones de Bergoglio: "No sé si España está del todo reconciliada con su propia historia, especialmente con la historia del siglo pasado. Si no lo está, creo que debe hacer un proceso de reconciliación con su propia historia, lo que no significa claudicar de las posturas propias, sino que significa iniciar un proceso de diálogo y de reconciliación, y, sobre todo, significa huir de las ideologías que son las que imposibilitan cualquier proceso de reconciliación. Además, las ideologías destruyen. Unidad nacional es una expresión fascinante... pero nunca se valorará adecuadamente sin la reconciliación básica de los pueblos. En este sentido pienso que cualquier gobierno debe hacerse cargo de instaurar la reconciliación y ver de qué forma se continúa la historia como hermanos y no como enemigos. Al menos lejos de aquella idea inconsciente y deshonesta que hace que se juzgue a los otros como un enemigo histórico".

Un análisis inquietante

Si alguien creía que después de los pasajes políticos del sermón Planellas entraría al detalle sobre el comportamiento de Novell, se equivocó. Al arzobispo y primado parece que le dé urticaria la cuestión.

Al respecto, Germinans apuntaba también que "el perfil bajo y el papel gris de Mons. Planellas son la comidilla en muchos ambientes eclesiales" y concluye su análisis de un modo harto inquietante: no goza la Iglesia en Cataluña de un presente muy halagüeño ni se adivina un futuro prometedor. La misma incógnita se cierne sobre el monasterio de Montserrat que acaba de escoger a un abad por eliminación: un abad de 51 años, que solo tiene a cinco monjes más jóvenes que él en el cenobio. ¡Un mañana ilusionante! No corren buenos tiempos. Y encima muchos se preguntan qué le sucede al Primat (Planellas) y solo esperan que no surjan más noticias sorpresa".

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