El Ministerio de Educación no ha detallado qué hechos históricos deben estudiar los alumnos españoles de la ESO (entre 12 y 16 años) y deja a las Comunidades Autónomas que elijan su propio temario de Historia. Según el borrador del currículo de la asignatura avanzado por El Mundo, el Gobierno ha descentralizado el currículo de Historia de la ESO para "no incurrir en enfoques exclusivamente academicistas".
Después de las Matemáticas "con perspectiva de género", el Gobierno ha desmantelado la asignatura de Historia y ha planteado un temario abstracto, sin ningún tipo de orden cronológico y donde cada Comunidad elige qué eventos históricos se insertan en epígrafes como: la "desigualdad social y la disputa por el poder", la "marginación, segregación, control y sumisión en la historia de la Humanidad", "la familia, el linaje y la casta", "el papel de la religión en la organización social", "la transformación política de los seres humanos de la servidumbre a la ciudadanía", "el colonialismo, el imperialismo y las nuevas subordinaciones económicas y culturales".
Fuentes del Ministerio han señalado a El Mundo que "la idea es que las CCAA y los centros educativos concreten los contenidos. Pero los primeros pueden determinar los que quieran, a su elección, y los profesores profundizarán en función del nivel del aula". Es decir, a partir de ahora puede haber alumnos españoles que no tengan ni idea de quiénes son los Reyes Católicos si su centro educativo considera que no es materia de estudio.
Según el borrador filtrado por El Mundo, la asignatura está dividida en tres bloques: los retos del mundo actual (emergencia climática, biodiversidad, TIC, distribución de la riqueza, despoblación...); el segundo se denomina Compromiso Cívico Local y Global y aborda los derechos universales, igualdad de género, conciencia ambiental, hábitos de consumo, redes sociales o gestión de las emociones. El tercer bloque, Sociedades y Territorio, entra más en materia, pero de forma "arbitraria", según los docentes consultados.