El primer acto público de las vicepresidentas Yolanda Díaz y Nadia Calviño en plena guerra por la reforma laboral se ha celebrado sin presencia de medios y con un llamativo cambio de protocolo. Se trataba de la cumbre hispano-portuguesa en Trujillo, adonde se ha desplazado Pedro Sánchez con nueve miembros del Gobierno.
Lo habitual en este tipo de cumbres es que haya un primer saludo de los dos jefes de Gobierno mientras cerca de ellos se sitúan sus ministros respectivos y a los que, tras la interpretación de los himnos, pasan también a saludar uno por uno.
Pero en esta ocasión se ha cambiado el protocolo y el encuentro de los dos jefes de Gobierno, así como los honores oficiales, ha sido en el castillo de Trujillo sin sus ministros, que les esperaban en el Palacio de los Duques de San Carlos, en el centro de la localidad, libres de los focos.
Hasta allí y tras hacer un breve recorrido por el castillo, se han desplazado después Sánchez y Costa para saludarles. A diferencia, de nuevo, con otras cumbres, el saludo se ha celebrado a puerta cerrada, sin cobertura abierta a los medios y con imágenes oficiales de Moncloa.
Eso ha impedido que los periodistas pudieran observar en directo la imagen de Calviño y Díaz, por protocolo juntas una al lado de la otra, mientras aguardaban la llegada de los dos jefes de Gobierno.
La caricia de Díaz ante la mirada de Calviño
En las imágenes difundidas por Moncloa, se ha podido ver cómo Calviño y Díaz recibían el saludo de Costa y Sánchez. Costa ha conversado brevemente con la vicepresidenta primera seguido por Sánchez, y cuando el primer ministro luso ha pasado a saludar a Yolanda Díaz, el jefe del Ejecutivo ha intercambiado también unas breves palabras con Calviño.
Después, al situarse Sánchez a la altura de Yolanda Díaz, ésta se ha llevado la mano al pecho y mientras los dos se cogían por el brazo, la vicepresidenta ha acariciado con su mano derecha la mejilla izquierda del presidente del Gobierno.
Fuentes del Ejecutivo a Efe aseguran que la relación de las dos vicepresidentas en la cumbre ha sido de plena normalidad y cordialidad.