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Las incógnitas de la muerte de Esther López: dos sospechosos y muchas contradicciones

La investigación se centra en la sorprendente aparición del cadáver en una zona ya peinada anteriormente y en las contradicciones de uno de sus amigos

La investigación se centra en la sorprendente aparición del cadáver en una zona ya peinada anteriormente y en las contradicciones de uno de sus amigos
Efectivos de la Guardia Civil en la zona donde apareció el cadáver | EFE

La autoridad judicial confirmaba este sábado que el cuerpo hallado en las inmediaciones de Traspinedo (Valladolid) es el de Esther López de la Rosa, la joven desaparecida el pasado 12 de enero. Según fuentes de la investigación, esa misma mañana habían recibido la llamada de un ciudadano alertando de que había visto "algo extraño" en una zona de maleza situada a unos cuatro kilómetros del centro del pueblo y a menos de un kilómetro del cruce donde desapareció la joven. Cuando los efectivos de la Guardia Civil llegaron al lugar señalado, se encontraron el cadáver.

A pesar de que las fuerzas de seguridad han eludido hacer elucubraciones al respecto, el coronel Miguel Recio no escondía este sábado su sorpresa por el hecho de que esa zona ya había sido peinada con anterioridad por sucesivas batidas, tanto de voluntarios como de la propia Benemérita. Esto, unido a que el cuerpo apareció en "superficie", en una zona descampada y sin que estuviera enterrado, alimenta las sospechas de que el cadáver pudiera haber sido traslado hasta allí en las últimas horas.

El día de la desaparición

La joven, de 35 años, desapareció el 12 de enero tras haber quedado con unos amigos para ver la Supercopa en un bar del pueblo. Después, fueron a casa de uno de ellos y, más tarde, a otro bar. El último punto en el que se la sitúa es en el cruce de la N-122 en el que se encuentra el restaurante La Maña. Sin embargo, es aquí donde las declaraciones de sus amigos empiezan a incurrir en contradicciones.

Entre las 2:30 y las 3 horas de la madrugada, Esther llegó al mencionado cruce en el coche de su amigo Óscar. Otro de sus amigos, Carlos, también viajaba en el vehículo, pero, tal y como recogen unas cámaras de seguridad, éste se bajó y se dirigió a su casa. Sus hijos habrían corroborado la hora de llegada, por lo que su coartada parece sostenerse.

Las contradicciones de su amigo Óscar

El último en verla sería, por tanto, Óscar, cuyo testimonio ha ido variando con el paso de los días hasta ofrecer tres versiones distintas de lo sucedido. Según la primera de ellas, la joven se enfadó porque quería seguir de fiesta y él quería irse a casa a dormir. En una segunda toma de declaración, el sospechoso aseguró que se bajó en ese punto de la carretera porque alguien iba a venir a por ella. Y esta es precisamente la explicación a la que se aferraron en un principio los investigadores, ya que muy cerca del cruce en cuestión se encuentra el chalet de Ramón, "El Manitas", un pequeño traficante de droga y viejo conocido de Esther. Sin embargo, en una tercera versión, Óscar dijo que, en realidad, su amiga le había dicho que se bajaba del coche para ir en busca de Carlos.

Los cambios de versión y otros dos detalles más le apuntalan como uno de los principales sospechosos. En primer lugar, las horas que ofrece en su testimonio no cuadran con las que manejan los investigadores. Además, La Sexta ha revelado que, tras la desaparición de la joven, uno de sus amigos trató de ponerse en contacto con él insistentemente y él no cogió el teléfono ni respondió a sus mensajes hasta las 18:00 horas del día siguiente, asegurando que la joven habría tenido algún problema con su familia. También llama la atención el hecho de que su coche estuviera "demasiado limpio". Tras ser inspeccionado por los agentes, estos constataron que ni siquiera había polvo en las alfombrillas del suelo, lo que podría indicar que había sido limpiado tras la desaparición de Esther.

Ramón, ‘El manitas’

El otro sospechoso -y el único que ha estado detenido hasta ahora- es Ramón, "El manitas". Tras pasar seis días en el calabozo, confesó que Esther había dormido en su casa en alguna ocasión, pero aseguró que hacía dos o tres meses que no la veía y que, por tanto, no estuvo con ella el día de su desaparición. Su casa y su coche también han sido inspeccionados sin que se haya encontrado nada relevante para la investigación.

En estos momentos, se encuentra en libertad provisional con la condición de personarse todos los días en el puesto de mando de la Guardia Civil de Laguna de Duero y, además, tiene prohibido salir de España.

Una denuncia tardía

La investigación ha sido complicada desde el primer momento por una razón fundamentalmente: la familia de Esther no denunció la desaparición de la joven hasta cinco días después. Su padre alegó que no era la primera vez que no regresaba a casa. "Lo raro era que no llamase", explicó después.

El hecho de que soliera hacer cosas parecidas con frecuencia hizo que los agentes la consideraran una desaparición de riesgo bajo. Así, cuando realmente comenzaron a buscar en serio a la joven ya había pasado más de una semana, tiempo más que suficiente para que su asesino pudiera deshacerse de cualquier prueba que le incriminase.

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